El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 214

-¡Señorita, puedes llamarle a mi papá Señor, no hace falta saber su nombre!- Iker parpadeó sus ojos brillantes, miró a Oscar que acababa de colgar el teléfono

-¡Papá!Esta señorita está preguntando por tu nombre, le dije que te llamara Señor!-

***

Oscar le sorprendió al oírle decir a los desconocidos que él era su papá. Oscar ya se había dado cuenta de que esta mujer estaba intentando seducir a él desde que estaba en la habitación.

Quería deshacerse de ella con la excusa de salir a hacer una llamada, pero la chica no se rindió.

Oscar tomó gentilmente a su hijo de la mano, giró la cabeza, miró fríamente a la mujer, y le dijo a su hijo,

-Iker, obviamente ella es una señora, ¿cómo puedes llamarle señorita?-

Después de decir esto, Oscar cogió a su hijo y le llevó de vuelta a la habitación.

La camarera se quedó atónita, ¿señora? ¡Dios mío! ¿Tan vieja era? ¿Tenía que volver a hacerse el estiramiento facial? ¿Se notaba sus patas de gallo?

-¡Voy a decírselo a mami!- Iker miró con desprecio a Oscar.

-¿De qué?- Oscar bajó la cabeza y le preguntó.

-¡Eres Don Juan!- Iker levantó la cara para mirarlo, -¡Atraes a demasiadas mujeres, como el malo de la televisión!-

-¿Con qué ojo has visto que atraigo a mujeres?- preguntó Oscar divertido.

-¡Esta vez no, pero es imposible garantizar lo mismo para la próxima vez! ¡Será mejor que no lo hagas, o haré que nunca encuentres a mami!-

Se podía ver que parecía muy satisfecho con Oscar.

-Hijo, ¿estás ayudando a tu mami a consolidar su posición?- en ese momento Oscar se dio cuenta de que Iker salió porque descubrió que esa camarera intentaba seducir a él.

¡Dios mío! Qué inteligente era su hijo.

-¡Sí! Mamá no lo percató y como su hijo, claro que tengo que ayudar a mamá a quitar todos los obstáculos del camino. ¡No quiero que mamá esté triste!-

-¿Crees que esa señora puede comparar con tu mamá?- Oscar se acuclilló divertido, con la mirada en el mismo plano a la de su hijo. Estaba muy feliz de que su hijo protegiera tanto a su esposa, pero también le preocupaba si estaba protegiendo demasiado a su madre.

Iker frunció los labios, -¡Ni siquiera una mosca hembra no puede acercarte!-

Una risa profunda se desbordó de la boca de Oscar, le resultaba muy gracioso el tono firme de su hijo.

-¿De qué te ríes, tío Oscar?- preguntó Iker, alzando una ceja.

-¡Pillín, eres un pequeño detective!- Oscar cogió en brazos a Iker, no pudo evitar burlarse de él,

-Bicho, tu padre no es una mosca macho.-

-¡Pero algunas mujeres son moscas hembra, qué pesadez!- Iker frunció la boca,

-Si no quieres convertirte en una mosca macho, ¡ignóralas!-

-¡Diablillo!- Oscar le tocó la nariz,

-¡Entra ya, papá te promete que solo querrá a tu mamá! ¡Llámame papá!-

-¡No!- dijo Iker refunfuñado, -¡Voy a entrar!-

-Bicho terco.- mirando la pequeña espalda de su hijo, los labios de Oscar mostraron una sonrisa orgullosa, se levantó del suelo y entró.

-¿A dónde habéis ido?- Max miró hacia atrás y vio a los dos entrar.

-¡A ningún lugar!-

-¡A ningún lugar!-

Padre e hijo respondieron al unísono.

Iker miró a Oscar, se sentó al lado de Laura y le susurró al oído, -Mami, tienes que vigilar al tío Oscar, no vaya a ser que otras te lo quiten-

-¡Qué!- Laura se sorprendió durante un segundo y miró hacia Oscar confusa.

-¿Qué susurráis?- les preguntó Oscar divertido.

Laura se sonrojó y rápidamente negó con la cabeza, -¡No, nada!-

-¡Estamos hablando de moscas hembra! ¡Justamente hace un momento había una mosca hembra que ha estado dando vueltas alrededor del tío Oscar, así que le dije mami que no se olvide de traer un matamoscas la próxima vez y aplastar a esa mosca de un golpe!- dijo Iker sentándose derecho en su asiento y muy tranquilo.

-¿Qué mosca hembra? ¿Se puede distinguir macho o hembra de una mosca?- preguntó Amelia con asombro.

-Hermano, ¿cómo es una mosca hembra?- Andrés también tenía curiosidad.

-¡Sí! ¿Hay moscas en invierno? ¿Acaso hay moscas que no hibernan? ¡Esa debe ser una especie muy especial mutada genéticamente! ¿Dónde está?- Max también sintió curiosidad.

Oscar se contuvo la risa, -¡Estaba hablando de una camarera que intentó ligar conmigo!-

-¡Dios mío!- susurró Max,

-Mi sobrino es realmente gracioso. Ha heredado mis genes del humor, cariño, ¿te quieres venir a mi casa esta noche?-

-¿Heredado de ti? ¡Qué tontoría!- Oscar le dio una palmada a Max.

-¿No decían que la genética proviene de los padres?- preguntó Iker desconcertado.

Todos se sorprendieron, Oscar dijo, -Sí que proviene de papá y mamá, eres nuestro hijo, ¡por supuesto que heredaste mis genes!-

-¡No, Andrés lo es!- Iker negó con la cabeza.

-¡Los dos lo sois!- dijo Oscar pareciendo estar apuntando a otra cosa.

El camarero trajo la bebida y Andrés fue a buscarla, -¡Serviré el zumo!-

-¡Andrés, ya lo hago yo!- Amelia temía que lo derramara y mojara su ropa.

-Amelia, Andrés puede hacerlo. Nos sirve el té en casa. ¡Andrés ama trabajar, es todo un hombrecito!- Laura elogió con sinceridad a Andrés.

-¡Déjale que te lo sirva!-

-¡Está bien!- Amelia tenía los ojos enrojecidos, este era su hijo, no lo había criado ni un día, y ahora el niño iba a servirla el zumo,

-¡Con cuidado, mi amor!-

Como resultado, todos aceptaron complacidos el servicio de Andrés, y tanto los ojos de Max como de Amelia no pudieron evitar enrojecerse.

Oscar dijo de manera oportuna,

-Andrés, ¿por qué no vas a la casa de Max después de cenar?-

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