-¿No quieres saber dónde está tu hijo?- Alonzo arqueó una ceja.
-¡Sí! ¡Pero quiero que me lo digas tú mismo!- respondió Oscar con calma.
-¡Si vas a la comisaría y te entregas por soborno a altos funcionarios, te diré dónde está el niño!- dijo Alonzo.
-¿Estás seguro de que tienes pruebas?-
-¡Hay demasiadas pruebas como esta!- Alonzo sonrió con frialdad,
-Con cualquiera de ellos es suficiente para que vayas a la cárcel durante diez años.-
-Alonzo, no eres rival para mí, ¿sabes a qué te pareces ahora?- se rio Oscar.
-¿Qué quieres decir?-
-¡Realmente pareces un payaso!- Oscar negó con la cabeza con impotencia,
-¡Si no fuera por nuestros muchos años de amistad, no te perdonaría! ¿Y qué si esa villa está a mi nombre? Me apetece dejárselos para que vivan allí. ¿Y qué si la cuenta bancaria tiene más dinero? ¿No está permitido que la cuñada del alcalde gane dinero?-
-¡Oscar, no necesitas predicarme, tú y yo somos enemigos, la familia Rasgado y yo somos enemigos de toda la vida! ¡Esto es lo que la familia Rasgado le debe a mi madre!- Alonzo finalmente se enfureció.
-La supuesta evidencia que tienes tiene su origen. Aunque quisiera hacer un soborno comercial, ¿cómo iba a dejar evidencias para que otros me puedan delatar? No se puede encontrar el supuesto déficit de 13 millones de euros. Lo he dejado a propósito para ti. En cuanto al dinero que muchas veces no se ha podido encontrar en la investigación fiscal, ya ha sido devuelto a la cuenta del Grupo Rasgado de otra manera, ¡y están todas las facturas!- Oscar sonrió levemente.
Alonzo hizo una pausa, pareciendo estar un poco conmocionado.
-Una cosa más, también te digo, que he encontrado a mi hijo, ¡y también hemos encontrado el hijo de Max! ¿Sorprendido?-
-¡Imposible!- Alonzo entró en pánico.
-Iker es mi hijo, pensé que eras más inteligente, ¡pero no eras para tanto!- Oscar se sintió incluso un poco decepcionado,
-Mi padre se ha ido a buscar a tu madre. Creo que pronto sabremos la verdad. Una vez más, sospecho que no eres mi hermano porque eres demasiado estúpido. Excepto por el hecho de cambiar a Iker, donde hiciste un trabajo realmente inteligente, en otras cosas eres realmente regular.-
-¡Oscar, espera para ir a la cárcel!- Alonzo no escuchó a Oscar en absoluto, estaba sorprendido de que Oscar supiera sobre el niño.
Las palabras de Oscar son muy despectivas,
-Si paras ahora, sigo manteniendo lo que dije, haré como si no hubiera pasado nada. Si te niegas, puedes ir a la policía y reclamar, pero te aviso, todos tus esfuerzos, solo van a hacerte quedar como un payaso, ¡un intermediario que promueva la buena imagen del Grupo Rasgado! Además, aún no han encontrado al responsable del caso del ladrón de cadáver de hace seis años. El médico de la clínica de la Ciudad Verde, la matrona de Amelia se llamaba Paloma Sainz, ¿quieres que salga como testigo para ti?-
-Tú…- Alonzo estaba completamente aturdido,
-¿Así que ya lo tenías todo preparado?-
-¡Prepararse antes de que pase algo, pero nunca quise hacerlo! ¡Déjalo, Alonzo!-
Oscar se puso de pie,
-En cuanto a cómo hacerlo, es asunto tuyo. ¡Me tengo que ir a casa para acompañar a mi esposa e hijos! ¡Además, gracias por enviar a mi hijo de regreso con Laura!-
Alonzo bajó la cabeza desesperado, -¡Yo no lo envié!-
***
Lorenzo regresó, con una mujer de mediana edad a su lado, de unos cincuenta y tantos años, y Lorenzo la llevó directamente a la oficina del Oscar.
Y en la oficina.
Tanto Oscar como Alonzo seguían ahí.
Iris entró y llamó a la puerta para informar, -¡Jefe, el presidente está aquí!-
-¡Entendido!- Oscar colgó el teléfono.
La puerta se abrió en este momento.
Alonzo volvió la cabeza y miró a Lorenzo y su madre Alba Nores que entraban por la puerta. Se quedó muy sorprendido por un tiempo, -Mamá, ¿por qué estás aquí?-
-Alonzo, ¿no me lo habías prometido? Prometiste que no volverías a hacer nada para lastimar a la familia Rasgado.-
Alba no pudo evitar que se le acumularan las lágrimas al ver los ojos de su hijo Alonzo, -¿Cómo puedes romper la promesa?-
-Mamá, ¿por qué? ¿Por qué sigues defendiendo para este hombre quien te abandonó?- Alonzo señaló a Lorenzo, y dijo enojado.
Lorenzo volvió su mirada hacia Oscar, y le miró con una expresión complicada de interpretar, y se volvió hacia Alonzo.
-¡No! ¡No me abandonó, no lo hizo!- Alba negó con la cabeza,
-Hijo, estás equivocado, ¡estás realmente equivocado! ¡No es lo que piensas!-
-¿Entonces qué es?- Alonzo no entendía por qué su madre siempre defendía a Lorenzo,
-¡Alonzo, lo siento, mamá no sabe quién es tu padre!- las lágrimas de Alba volvieron a caer.
Alonzo guardó silencio. Así que la verdad era así, ¿qué había hecho?
-¿No le prometiste a tu madre que no haría cosas estúpidas para lastimar a la gente? Pero aun así lo hiciste.- dijo Alba mientras caminaba hacia Oscar. Se puso enfrente de él y le miró amablemente, -¿Eres Oscar?-
-¡Sí!- asintió Oscar.
-Lo siento mucho, si hace cinco años le hubiera dicho en persona a Laura que el niño era su hijo...-
-¿Usted dejó al niño en la orilla del río?- preguntó Oscar sorprendido.
-Sí, el niño que trajo Alonzo tenía solo cinco días. Dijo que lo encontrado en la calle y me pidió que lo cuidase durante un tiempo. Lo crié por un tiempo, y luego me di cuenta de que algo iba mal. Cuando le pregunté, me dijo que el niño era tuyo y de una madre subrogada. Alonzo dijo que quería venganza y cambió al niño. Yo estaba asustada en ese momento y no me atrevía a buscar a la familia Rasgado, y, además, ¡escuché que, con un niño, podías casarte con otra mujer que era infértil! También dijo que esa mujer sabía que el niño pertenecía a ti y a una extraña. Ella no era buena con el niño. Me preocupaba que el niño lo pasase mal después de enviarle de vuelta.-
-Yo también soy madre, y conozco el dolor de la separación entre una madre y su hijo. Encontré el certificado de nacimiento del niño en el bolso de Alonzo con el nombre de Laura escrito en él. Pagué a alguien para encontrar a Laura, y esa persona me dio una foto. Rápidamente escribí una carta y llevé al niño al río. No me atrevía a dar la cara. Tenía miedo de que pudiera afectar a Alonzo. Solo podía poner al niño al lado del río y vigilarlo mientras me escondía a un lado. No esperaba a que Laura iba a saltar para suicidarse ese día. Ella estaba caminando hacia el río, cuando el niño lloró en ese momento. Tal vez era por algo que había entre una madre y su hijo. No me esperaba a que Laura regresara para abrazar el niño. No soltó al niño desde que lo cogió. Lloraba y reía. Yo estaba a un lado. Mirándola, me sentí reconfortada... Pensé que ella sabría la situación cuando viera la carta, que en realidad el niño era suyo.-
-¡Pero Laura no lo sabía!- Oscar se sintió tan dolorido, no sabía Laura había intentado suicidarse, él tenía la culpa de todo.
-Sí, cuando llegué a casa, encontré que la carta se había quedado en mi casa. Cogí la carta y quería buscarla de nuevo, pero Alonzo dijo que se la daría a Laura.-
-¡Yo no lo se lo di!- dijo Alonzo con dolor, -Mamá, ¿por qué no me dijiste esto antes?-
***
-¡Por eso, todo esto es mi culpa, Lorenzo, ¡lo siento tanto!- Alba volvió a caminar hacia Lorenzo, -Todo es mi culpa, yo crié a Alonzo, no le enseñé bien. ¡Todo es culpa mía! Lo siento muchísimo, y realmente no sé cómo compensar el daño que te causamos.-
-¡Ya pasó! ¡El niño ha vuelto! ¡No te culpes!- Lorenzo negó con la cabeza, -¡Oscar, pide un hotel para Alba, ella se apresuró tanto en regresar conmigo que no descansó bien todo el camino!-
-¡Sí!- Oscar inmediatamente llamó y se lo ordenó a la secretaria.
Después de que Oscar terminase la llamada, miró a Alonzo de nuevo, él había estado abatido durante un buen rato.
-¡Alonzo, lo pasado ya pasó! Pasa de página, nadie lo mencionará de nuevo, ¡sigues siendo mi hermano!- se comportó Oscar con mucha generosidad.
Alonzo se puso de pie, miró a Oscar con una expresión complicada en sus ojos diciendo.
-¡Lo siento!- luego cogió a Alba y se fue.
-Alonzo.- gritó Oscar en voz baja.
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