El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 259

Luego de eso, el hombre levantó la cabeza y miró a Antonio a través de la proyección, su mirada era firme y su tono de voz era sereno.

-Ahora voy. Me odias, y quieres mi vida. ¿No? Deja ir a Laura, me cambiaré por ella.-

-¿Cambiarte por ella?-

Antonio enarcó las cejas, parecía muy interesado en lo que dijo Oscar. Lo pensó un rato, luego asintió y dijo, -Está bien, si esto es lo que quieres.-

En este momento, en un lugar donde ninguno de los dos podía ver, los hombres vestidos de negro del exterior del chalet, se movieron cada vez más rápido hacia la segunda habitación del tercer piso después de recibir el aviso de Oscar.

Además, Oscar siguió las indicaciones de Antonio y llegó lentamente a la puerta de la segunda habitación del tercer piso. Cuando llegó, cruzó miradas con el hombre de negro que estaba allí, asintió con la cabeza discretamente y le hizo una señal para que esperase a sus instrucciones.

De pie bajo el punto ciego del monitor, el grandullón de negro asintió levemente con una expresión seria, y le hizo un gesto a Oscar diciendo que sus hombres estaban todos listos, a la espera de sus órdenes.

Oscar abrió la puerta y entró en la habitación como si nada y, a primera vista, vio a Laura encerrada en un rincón con las manos y los pies fuertemente atados.

El rostro pálido y tierno de la mujer todavía tenía las huellas de la bofetada de color rojo, y con lágrimas por todo su rostro. En el momento en que vio a Oscar, los ojos de Laura se abrieron de sorpresa y comenzó a luchar, sin parar de negar con la cabeza al hombre.

-Oscar, no, márchate rápido de aquí, es una de sus trampas. Vete, vete, déjame, no necesito que te intercambies conmigo, este hombre loco va a matarte.-

El hecho de que Laura estuviera pidiendo a Oscar a que se fuera finalmente enfureció a Antonio. La abofeteó otra vez para hacerla callarse,. Ella no pudo evitar soltar un grito.

Y esta bofetada también enfureció por completo a Oscar. Volvió la cabeza para mirar a Antonio, le miraba fieramente, -¿Cómo te atreves...?-

¿Cómo se atrevía a tratar a su mujer así? ¿Pegar a su mujer delante de él?

Oscar quiso enojarse, pero considerando la situación de los dos en ese momento, para evitar alertar a Antonio, cerró sus puños que colgaban a ambos lados del cuerpo, se le marcaron fuertemente las venas de la frente, tratando de reprimir su ira que estaba a punto de estallar.

-La he golpeado, ¿y qué? ¿Te ha dado pena?-

Cuando Antonio vio que Oscar estaba enfadado, pero no se atrevía a decir nada, por eso su actitud se volvió más arrogante.

-Jefe Oscar, no olvide el trato entre tú y yo, si has decidido dejar ir a tu cariño, entonces, ¿no tendrías que hacer algo para mostrar tu sinceridad?-

Mientras hablaba, Antoniole tiró una cuerda a Oscar, indicándole que usara la cuerda para atar a su mano.

-Oscar, después de atar tu mano desataré la cuerda de la mano de tu novia.-

Oscar miró profundamente a Laura, tomó la cuerda y dijo lentamente, -Lo hacemos juntos, ato mi mano ahora y tú tienes que desatar a Laura al mismo tiempo.-

Después de escucharlo, Antonio se sorprendió por un tiempo, luego levantó la cabeza y se rio a carcajadas, como si despreciara el comportamiento de Oscar y, también, como si estuviera muy satisfecho de su posición en este momento.

-Parece que el jefe Oscar no confías en mí. Está bien. Ya que el jefe Oscar lo has pedido, tampoco te voy a decir que no.-

Después de decir eso, Antonio se acercó a Laura, con los ojos fijos en los movimientos de Oscar, y al ver que realmente empezó a atarse de las manos, tomó las tijeras y cortó lentamente la cuerda de la mano de Laura.

Al ver que la cuerda de la mano de Laura estaba completamente desatada, en este momento Oscar ya se había atado las manos.

-Muy bien.- Antonio arqueó las cejas, luego empujó a Laura hacia adelante y dejó que Oscar viniera hacia él, -Oscar, ven aquí, ¿no querías hacer un intercambio? Ahora,, habéis intercambiado completamente vuestros papeles, ¿estás feliz?-

Oscar apretó los labios con fuerza, no habló y caminó lentamente hacia Antonio.

-Oscar.-

Laura tenía los ojos rojos. Aunque sabía que Oscar debía de estar seguro de lo que estaba haciendo, seguía mirándole muy preocupada. Con su mano suelta, cogió suavemente la esquina de la ropa de Oscar, no quería que fuera.

-Cambiémonos de nuevo, no quiero que te pase nada.-

-No pasa nada.-

Oscar negó ligeramente con la cabeza, miró discretamente hacia la puerta y le hizo un gesto a Laura para que se acercara a la puerta de la habitación.

Laura siguió la mirada de Oscar hacia la puerta, de un vistazo vio el vidrio en la parte superior del gabinete, frunció la comisura de los labios y comprendió lo que le quería decir Oscar.

-Tampoco pasa nada por intercambiar-

-Está bien.-

Laura había captado la señal y lentamente soltó su mano con una mirada muy reacia, y luego lentamente se retiró hacia la puerta, dado a que cuando se estaba retirando no miró en absoluto el camino, se estrelló contra el gabinete de al lado de la puerta.

Con un fuerte golpe, el vidrio cayó al suelo por el fuerte impacto de Laura, los fragmentos se esparcieron por todo el suelo y el sonido excepcionalmente nítido se notó muy abrupto en la habitación vacía.

Antonio miró todo esto con una mirada fría, un destello de burla pasó rápidamente por sus ojos, consideraba esto como si fuera el último intento de lucha de estas dos personas.

Pero, ¿de qué servía luchar más? El omnipotente Oscar que podía decidir el destino de los demás, ahora estaba en sus manos, y estaba a su merced.

En cuanto a Laura, solo era una mujer que no tenía ninguna habilidad y que solo podía vivir dependiendo de los hombres. Cuando Oscar muriese, aunque fuera la dueña de la familia Rasgado, no serviría de nada. Había muchas cosas impronunciables de las grandes familias, a quién le importaría una mujer que no tenía habilidades una vez que estaba muerto Oscar, aunque fuese la mujer que más amaba el antiguo dueño de la familia Rasgado..

Antonio había supuesto bien, pero subestimó a Oscar y realmente sobrestimó sus propias habilidades.

Junto al sonido de los fragmentos de vidrio, Laura pareció haberse asustado, abrió la puerta de la habitación de repente pareciendo que quería salir corriendo, pero como aún tenía los pies atados, se cayó severamente en el pasillo.

Oscar también actuó en este momento, levantó sus pies que no estaban atados y le dio una patada Antonio en la cara cuando no estaba prestando atención, de forma que el oponente se tambaleó y cayó al suelo.

Cuando notó el dolor repentino, y vio a un grupo de hombres vestidos de negro entrar corriendo a la habitación con disciplina, Antonio ni siquiera había podido reaccionar. Unos segundos después, estos les habían rodeado a los dos.

-¿Qué? ¿qué está pasando?-

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