El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 286

-Tampoco se podía decir que no fue a la escuela. Manuela se quedó a la mitad de secundaria, y luego dijo que tenía que mantener a su familia. Su padre y su hermano no eran de esas personas que trabajaban y encima eran un poco machistas en su familia. No les importaban mucho las niñas, por lo que ni la dejaron terminar los estudios y le obligaron a trabajar. Cuando le vi por primera vez, solo tenía 16 años, es decir, hace dos años. Era muy delgada y chiquitita, lloraba desconsoladamente. Me dio pena, y pensé que sería una buena acción y la recluté.-

Cuando Emma dijo esto, se emocionó un poco, e incluso ralentizó sus movimientos.

-Así que era así.-

Iker asintió con una mirada pensativa, -Entonces, ¿a Emma te gusta mucho Manuela? Por eso sabes tanto de su familia.-

-Tampoco es que me guste. Aunque tanto el señor Lorenzo como el señor Oscar y la señora me respetan, no soy más que una sirviente. No es que me guste, solo que la chica normalmente dice cosas bonitas y no parecía tener ambiciones. También es bastante trabajadora, por eso la presté un poco más de atención.-

-Así que es esto.-

Iker asintió lentamente, pensando que había entendido algo.

-Entonces, a todo el mundo le gustan los niños animados, listos y obedientes.-

-Tampoco se puede decir eso, nuestro señorito eres agradable de cualquier forma.-

Emma terminó de hablar y frotó la cabeza de Iker con cariño.

-Señorito, no pienses demasiado. Manuelano importa, es solo una sirviente. Además, sé mucho de ella no por otra razón, sino que hay que conocer todos los antecedentes familiares de las personas que entran a trabajar a la familia Rasgado como sirviente, para evitar que entren personas de otras empresas o familias y traigan problemas a la familia Rasgado.-

-Así que es esto.-

Iker asintió con la cabeza, no paraba de agitar sus piernas cortitas, -Entonces, ¿toda la información de antecedentes familiares de los sirvientes de la familia Rasgado está guardado en el mismo lugar? Si no se guarda bien, por ejemplo, si es mordido por un ratón, o si se humedece, ¿se perdería?-

-Sí, está todo en el mismo lugar, pero no se mojarán. Después de todo, el clima aquí no es tan húmedo, y además está guardado en la biblioteca del cuarto piso. La biblioteca a la que entra más luz puede garantizar la sequedad de estos documentos.-

Después de terminar de preparar las costillas, Emma se volvió para mirar a Iker, un poco curiosa.

-¿Por qué el señorito de repente tienes interés en esto? ¿Cómo es que Manuela ha atraído tu atención?-

Iker inclinó la cabeza y pensó por un momento,

-A lo mejor es porque Manuela es especial, y lo que dice es muy interesante.-

Emma se limitó a sonreír cuando escuchó sus palabras y no dijo más.

Iker se apoyó en el reposabrazos de la silla con ambas manos y se bajó de un salto. Después subió corriendo por las escaleras.

-Emma, sigue con lo tuyo, voy a buscar a papi y mami.-

Emma no pudo evitar sonreír y dijo, -Vale, señorito, ten cuidado, no te caigas.-

Después de que Iker subiera las escaleras, la sonrisa de su rostro desapareció gradualmente, y con cara seria, fue directamente a la biblioteca del cuarto piso que mencionó Emma.

Las cosas en el interior estaban ordenadas, probablemente porque no era información muy importante, por lo que el gabinete tampoco estaba cerrado con llave.

Iker vio la carpeta con el nombre de Manuela a primera vista.

-Así que estaba aquí.-

Iker se rio entre dientes, se subió a la silla y bajó la carpeta. Encontró el contacto de los padres de Manuela, lo anotó y luego la volvió a colocar en su lugar. Entonces, se fue satisfecho con su nota, como si no hubiera pasado nada.

Por otro lado, Laura y Oscar estuvieron tonteando por un tiempo. Muy pronto, Oscar reaccionó.

-Ya veo. Lo hiciste a propósito, ¿verdad? No estás enfadada en absoluto, solo querías verme ansioso por consolarte, ¿a que sí?-

Laura tosió levemente, tampoco se sintió avergonzada al ver que había sido descubierta, sino que fingió no haberle entendido en absoluto.

-¿De qué estás hablando? Mi marido me había dado calabazas por otra mujer. Estaba preocupada y volví a casa. Vi a mi marido con la ropa arrugada junto a una mujer desnuda. Cualquier mujer se enfadaría por eso, ¿no?-

-Cualquier mujer.- Oscar arqueó las cejas y tomó la iniciativa. Abrazó a Laura de repente y la empujó hacia la cama, -¿Entonces mi Laura es cualquier mujer?-

Cuando Laura escuchó esto, le dio al hombre un fuerte empujón y luego lo miró con fiereza.

-¿Estás diciendo que no soy una mujer normal?-

-Por supuesto que no.-

Oscar se rio en voz baja.

-Creo que eres la existencia más especial, nadie puede sustituirte.-

Laura se sorprendió cuando lo escuchó, y se conmovió, por lo que no pudo seguir tomándole el pelo.

Ella bajó la cabeza, sus pestañas temblaron levemente y sus mejillas se sonrojaron gradualmente. Sus labios rojos se abrieron y cerraron hasta que finalmente soltó un par de palabras.

-En mi corazón, tú también eres muy especial.-

-¿Sí?-

La mirada de Oscar se oscureció, y hundió la cabeza en el cuello de Laura, respiró hondo y se emocionó.

-Entonces, como el hombre más especial de tu corazón, ¿no debería hacer algo para responder a la pasión de mi mujer por mí?-

-¿Qué?-

Laura parpadeó y por un momento no pudo reaccionar.

-No pasa nada si no lo entiendes, basta con que lo entienda yo.-

Oscar metió silenciosamente sus manos en la ropa de Laura, empezó a toquetearla de arriba abajo. Su voz se volvió baja y ronca.

-Laura, Iker lo había estado esperando durante tanto tiempo, y nosotros seguimos sin tener ninguna noticia. ¿Es esto apropiado? Esto no es apropiado.-

Lo que dijo el hombre para sí mismo de forma descarada, desconcertó por completo a Laura. Qué estaba diciendo de que si era apropiado e inapropiado. Qué extraño era.

Justo cuando los pensamientos de Laura estaban divagando, la sensación procedente de su cuerpo de repente se intensificó, los ojos de Laura se abrieron por la sorpresa y de forma refleja, agarró la mano del hombre.

-¿Qué estás haciendo a plena luz del día?-

Oscar se rio entre dientes de nuevo y contestó,

-No estoy haciendo nada, solo estoy haciendo lo que deberíamos hacer, que es también algo que te gusta mucho.-

Cuando terminó de hablar, Oscar besó afectuosamente los suaves labios de Laura, sin darle la oportunidad de volver a hablar.

-Está bien, Laura, siéntelo. Deja de pensar más en cosas sin importancia, ¿acaso no nos lo pasamos bien cuando estamos juntos?-

-Tonterías, Oscar. Qué dices de que me gusta, obviamente te gusta a ti.-

Cuando se separaron sus labios, Laura giró la cabeza para mirar hacia otro lado, con las mejillas enrojecidas.

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