El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 287

Oscar estaba en un momento crucial, ya no le importaba nada. Miró la piel blanca y suave de Laura, sus ojos estaban terriblemente oscuros.

-Sí, me gusta a mí. Además, le hemos estado diciendo antes a Iker que vamos a darle una hermanita. Ya ha pasado tanto tiempo, y ya es hora de ponerlo en la agenda.-

Después de que Oscar terminase de hablar, volvió a bajar la cabeza y la enterró en el cuello de Laura.

-Estás todo el día diciendo tonterías.-

Laura no pudo frenarle, por lo solo pudo dejarse llevar por las olas del sexo con las mejillas sonrojadas.

El lunes por la mañana, con el lanzamiento del segundo número de la revista, toda la revista volvió a estar ocupada.

Laura dejó el archivo de su mano, volvió la cabeza para mirar a Valeria, como si de repente recordara algo.

-¿Todavía no hay noticias del señor Ichiro?-

Valeria ahora no podía evitar fruncir el ceño cada vez que escuchaba el nombre de Ichiro, -No, su gente se ha negado a vernos. Esta semana, hice todo lo posible para encontrarme con él, pero la otra parte parecía saberlo también. Siempre puede encontrar alguna excusa para evitarme.-

Laura suspiró, -Si no está dispuesto a perdonarnos, dejémoslo por ahora, pero tenemos que tener nuestra actitud. Después, escribiré personalmente una carta de disculpa, entrégaselo personalmente a Revista CRoad más tarde. Si se niega a recogerla, intenta enviárselo por correos.-

Valeria asintió, seguía pensando que no serviría de mucho, pero no dijo nada.

-Sí, jefa. No se preocupe, completaré la misión.-

Media hora después, en la puerta de Revista CRoad, Valeria parecía acostumbrada a la negativa de la seguridad.

Efectivamente, ella había acertado en lo que pensaba.

Pero tampoco importaba. Valeria se alejó de la puerta de Revista CRoad y miró a su alrededor. Vio a un repartidor de comidas que estaba a punto de entrar.

-Chico, ¿puedes ayudarme a llevar esto adentro y dárselo al dueño de la revista?-

-¿Qué?-

El repartidor detuvo su motocicleta y miró a Valeria con extrañeza, -Esto no es muy apropiado. ¿Qué tienes en las manos, señorita? No es que no quiera entregarlo por ti, principalmente es porque que va en contra de nuestras reglas.-

-No pasa nada.- Valeria agitó la bolsa de su mano con fuerza, luego abrió la bolsa y sacó la carta de dentro y se la mostró al repartidor, -Mira, es solo una simple carta y tampoco tiene ninguna amenaza escrita. No te causará problemas y no dejaré que lo hagas por nada.-

Al ver que realmente no había nada más y encima le daba dinero por ello, el repartidor aceptó sin dudarlo.

-Está bien, entonces lo haré esta vez.-

Cuando Valeria cumplió la misión, no pudo evitar dar un suspiro de alivio. Esperó media hora fuera de Revista CRoad para ver entrar al repartidor, luego éste salió con las manos vacías e hizo un gesto de aprobación hacia su dirección. Entonces supo que este asunto ya estaba hecho.

Valeria se dio la vuelta y volvió directamente a la revista.

Sin embargo, la revista en este momento estaba particularmente animada.

Sin saber por qué, Bianca volvió de nuevo a la revista, tenía una mirada perdida y miró a Laura con desesperación.

-Jefa, jefa. De verdad que sé que hice mal, por favor no me despidas, déjame quedarme aquí.-

En esta semana, Bianca tampoco lo pasó muy bien. Con la experiencia laboral en Revista LR, al principio pensó que sería fácil encontrar trabajo.

Pero quién iba a saber que desde que salió, estaba bien cuando entregó su currículum, pero una vez que la habían citado para la entrevista y fue a la empresa, la situación cambió de inmediato.

Casi todos los entrevistadores después de escuchar las palabras de Bianca, solo le dijeron una cosa, y era pedirle que regresara a casa y esperara, pero no le dieron una noticia clara. Después de eso, la búsqueda de trabajo se quedó allí. Después de que le multaran una gran suma de dinero, Bianca había estado gastando dinero sin parar. En solo una semana, ya se había quedado sin ahorros, pero tampoco pudo encontrar otro trabajo.

Después de pensarlo, Bianca solo pudo volver para buscar a Laura. De todos modos, Laura era una persona bondadosa, y también había dicho que se parecía a ella de joven. Antes solamente había cometido un error, pero ahora se había dado cuenta de su error. Seguro que Laura estaría dispuesta a dejarla regresar.

Bianca lo había planeado muy bien, pero no todos iban a hacer las cosas como ella quisiera.

Laura arqueó sorprendida las cejas cuando vio a Bianca regresar, realmente no esperaba que pudiera volver después de todo lo que pasó.

-Jefa, de verdad que me he dado cuenta de mis errores. Por favor, dame otra oportunidad. Añoro a nuestra revista y a vosotros.-

-Que nos añoras, eres muy caradura.- se burló Rigoberto, quien había caído en la trampa de Bianca antes, y comenzó a burlarse sin dudarlo, -Cuando te fuiste antes, ¿no estabas muy decisiva? Echando la culpa a nosotros, a la revista y a la jefa. ¿Cómo es que no nos culpas ahora?-

Los sentimientos que Bianca había estado preparando se disiparon con ese discurso, y no supo qué decir. Se calló todas las palabras que tenía planeado para dar pena debido a las palabras de Rigoberto.

-Yo… Yo-

Bianca parpadeó. Después de mucho tiempo, con las lágrimas aun colgando de sus pestañas, terminó titubeando el resto de su discurso.

-De verdad que no lo decía en serio. Antes, estaba demasiado emocionada porque me iban a despedir. Pero esas palabras no los dije de corazón. Jefa, no me malinterpretes.-

Laura bajó la mirada y observó en silencio la actuación de Bianca, como si la conociera por primera vez. Pero, tampoco se burló de ella.

-Ya está bien, déjalo así. Si lo habíamos acordado antes, y te despedí de acuerdo con los estándares y procedimientos legales, volver, definitivamente no te dejaré volver. Tú sabrás lo que haces ahora, no pienses más en jugar sucio y esas cosas.-

-¿Jefa?-

Bianca abrió los ojos de sorpresa y miró a Laura aturdida, no esperaba que sabiendo la situación tan miserable en la que se encontraba, la otra parte no cedió en lo más mínimo y le rechazó.

Al principio, pensó que Laura debería ser fácil de hablar, pero no esperaba...

Al pensar en esto, Bianca decidió luchar una última vez, y se arrodilló directamente.

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