Y la provocó por dentro para que le confundiera el corazón tranquilo, con intención o sin intención.
Y la miró fijamente, en los ojos brillantes, en los labios entrecerrados y atractivos, en la respiración leve y girante. Podía sentir que sus hombros estaban temblorosos, con una distancia tan corta, podía oler a champú fresco y original, que le seducía el alma.
-¿Cómo te va?- volvió a preguntar.
-¡No!- sacudió la cabeza violentamente, sin creerlo. ¡Era imposible!
Por más que no se refirió a su identidad y estatus, esto por sí solo había dado a luz a un niño era inaceptable para cualquier hombre. Pero, ¿por qué lo dijo así? ¿Estaba loco? ¿Creía que era el creador? ¿Era muy grande?
"¡No! ¡Era imposible!" Laura se negó por dentro.
La miró terca, nerviosa, morlaca… confundida. Él quería ser así, la encerró firmemente en su vista, y así, mirándola toda su vida.
Él entendió el choque por dentro de Laura, de allí que finalmente la soltara después de las miradas profundas y prolongadas. -Buena chica, ¡piénsalo bien tú mismo! Si lo piensas bien, me lo dirás. Recuerda, hablo en serio.-
Ella se quedó en blanco, como si fuera tirado una bomba que encrespó las olas en el corazón.
-¡Mamá! ¡Genial!- Iker salió corriendo de su habitación con emoción. -Mamá, alguien me compró la obra de videojuegos, un tío dijo que quería comprar mi juego, ¡Ah! ¡Mamá! ¿Mamá? ¿En qué estás pensando?-
Desde que volvió del jardín, Laura estaba en trance, pensando en las cosas durante todo el camino hasta cuando comió. Todavía estaba tan aturdida que no oyó las palabras de Iker. Iker se sentó en el sofá, la acercó para preguntar, -¿Mamá, en qué estás pensando?-
-¡Ah! Iker, ¡me asustas!- Laura acariciaba el pecho. Se sorprendió mucho por los gritos de Iker. -¿Qué pasa?-
-¡Mamá! ¿Qué te pasa? ¡No me oíste!- Iker estaba muy decepcionado, con una cara roja y gordita, dijo triste, -Mamá, ¿por qué me dices lo que estás pensando?-
-¡Lo siento! Mi hijo, ¡estoy bien!- Su rostro se puso rojo. Cuanto más quería cubrir, tenía más conciencia intranquila. ¡Era la culpa de Oscar! Las palabras le molestaron mucho, lo que la dejó pensar toda la tarde.
"¿Por qué la provocó? Le dijo que había dado a luz a un hijo, ¡pero él le contestó que no le importaba! ¡Dios míos! ¿No era tonto? ¿o yo sí?"
-Mamá, ¡escúchame!- dijo en voz alta. Iker le agitó el brazo, mirándola distraída otra vez.
-Vale, dime.- Laura finalmente se concentró.
-Mamá, todavía recuerdas al tío Gran Pájalo, quien nos encontramos en el avión. Él dijo que quería comprar mi obra.-
-¡Ah!- Laura se sorprendió, -¿Cómo es posible?-
-Mamá, es verdad, ven a verlo. Este tío ahora está navegando por Internet, ven a hablar con él. ¿No sé cuánto dinero voy a vender?- Iker la tiró hacia la habitación.
-Iker, ¿en serio?- Por fin Laura se dio cuenta de lo que pasaba, mirándolo asombrada a su hijo.
En ese momento, realmente salió una caja de dialogo en la pantalla del ordenador.
-Muchacho, ¿está tu mamá aquí?- preguntó.
-¡Mira! Mamá, este tío es lo que había comprado todos los condones, es él que ha dicho que quiere desarrollar mi juego.- dijo Iker con un dedo señalado en la pantalla, -Dile rápido, quiero saber cuánto puedo cobrar.-
Laura simplemente dio un vistazo a la pantalla para asegurar si este hombre verdaderamente quería comprar el juego diseñado por Iker. Por supuesto, todavía le quedaba la duda, se debería de asegurarlo.
-Hijo, voy a hablar con este tío.- Laura le tocó la cara cariñosamente, -A ver cuánto va a pagar este tío, ¿de acuerdo?-
-¡Muy bien!- Iker se lanzó en la cama, dijo, -Mamá, si os acordáis, me lo dirás.-
-Vale.- Laura empezó a contestar.
Iker dio vueltas en la cama, pensando si ganaba dinero por vender su obra de videojuegos, que no tendrán que trabajar mucho y vivir en la casa de la tía Teresa. Podría comprar su propia casa, y también comprar la ropa nueva para su mamá.
-Señor, ¿si es verdad que va a comprar la obra de videojuegos de mi hijo?- preguntó Laura.
Se contestó rápidamente, -¡Por supuesto! ¿Es la mamá de Iker?-
Laura añadió, -Sí, soy su mamá. Señor, ¿podría informarme en qué parte le atrae este juego de mi hijo? ¿Cómo puedo estar segura de que usted no es un estafador? Perdóname por ser tan directa.-
Parecía haber alguna sorpresa en otra parte de la pantalla. Le costó un largo tiempo contestar, -Señora, usted es muy penetrante, aprecio mucho tu vigilancia, pero sólo quiero preguntarle, si intento estafarlo a tu hijo, ¿por qué me cuesta un largo tiempo hablar con usted sin recoger su obra directamente para desarrollar? Y en ese momento, nada cobraréis. Aunque vaya a demandarme por la infracción, me temo que no podrá presentar las pruebas favorables.-
Laura se quedó un poco pasmada al ver la contesta. Por dentro empezó a reconocerlo. -¡Lo siento mucho! Señor, es que mi hijo es tan joven que debo ser directa.-
-¡Tu hijo es muy inteligente!- dijo él.
-¡Muchas gracias!-
-Tengo la gana de desarrollar este juego, espero que podamos hablar cara a cara.-
-Así, ¡vale!-
-¿Cuándo podemos quedar?-
-¿Cómo está mañana?- últimamente estaba herida, así que tenía las vacaciones.
-¡Hum! Bueno, mañana al mediodía, dejaré que mi asistente te espere en el restaurante JY. ¿Qué tal?-
-¡Vale! Pero, ¿cómo podría ponerme en contacto?-
-Irá con tu hijo, al llegar, encontrará a un señor de apellido Villacrés.-
-¿De apellido Villacrés?- Laura estaba atortolada. ¡Era el mismo apellido del gerente Villacrés!
-¡Sí! Bueno, mañana el señor Villacrés irá a hablar de los detalles con usted.-
-¡Muchas gracias! Señor.- Laura no esperaba eso.
"¿Acaso era estafador?" Laura murmuró por dentro. Era el restaurante que habían quedado. Miró el reloj donde mostró que era la hora quedada. ¿Por qué no vino?
-Mamá, ¿no viene el tío?- preguntó Iker.
-¡No te preocupe! Esperamos un momento más.- Laura le frotó la cara llena de decepción. Iker preguntó, -Mamá, ¿si el tío no me hace caso? Ha dicho que mi juego es muy divertido, ¿y por qué todavía no viene…?-
Iker lo dijo, bajando la cabeza y la voz.
-¡No te preocupe! Voy a preguntar otra vez.-
Llevaron 15 minutos esperando en el restaurante sin encontrarlo.
Laura miró el reloj otra vez y la cara decepcionada de Iker. Era una pena irse en ese momento. -Iker, te pido un vaso de zumo para beber primero.-
-¡No!- Iker sacudió la cabeza, susurró en la oreja de Laura en voz baja, -Mamá, es super caro aquí un vaso de zumo, mamá, vámonos, tal vez este tío me burle.-
Siendo la tristeza por dentro, Laura empezó a culparse por su incapacidad de comprar un vaso de zumo para su hijo y el cuidado de su hijo sobre la situación económica. Ella era realmente inútil.
Se profundizó la culpa en el corazón. ¡No pudo dejarlo sufrir! Ella podía pasarlo pero Iker no.
-Hijo, esperamos un momento, te pido un vaso de zumo, ¡No te preocupe! Yo puedo asumir el gasto.-
-Mamá, ¡no quiero tomarlo!- Iker sacudió la cabeza, dijo muy sensatamente, -¡El zumo realmente saborea mal!-
Laura apartó la cara, con las lágrimas en los ojos. En cambio, Laura llamó al camarero, -Señorita, quiero un vaso de zumo de kiwi.-
-¡Mamá!-
-Es el zumo de kiwi que te encanta. Hijo, sin importar la venta del juego, eres el mejor para mí. No importa el éxito o el fracaso, lo más importante es que nos hemos esforzado, ¿no?- Laura se preocupó de que eso pudiera dar un golpe a Iker, así que lo consoló.
-Mamá, lo entiendo.- Iker asintió con la cabeza.
El camarero los sirvió el zumo. Iker lo empujó frente a Laura, dijo, -Mamá, lo toma, es que tus labios están un poco secos.
Ella estaba a punto de llorar con emoción, dijo, -No lo necesito.-
-Si no lo tomas, yo también no lo tomaré.- Iker sabía que su madre tenía poco dinero, no se maquillaba como las madres de otros niños, ni se llevaba la ropa nueva, pero si tenía dinero, lo primero era que le compró la ropa nueva, la comida sabrosa. Desde muy pequeño, ya todo lo sabía.
-Mamá, ¡lo toma primero!- Iker le entregó la pajita para que lo tomara.
Laura sacudió la cabeza, pero al ver la cara tan mono, se quedó triste y luego, asintió con la cabeza, -Vale, lo tomo primero.-
Levemente tomó un sorbo. El sabor dulce era muy delicioso. Luego, asintió con la cabeza satisfecha y feliz, con las lágrimas en los ojos, -Bueno, lo he tomado, ahora te toca.-
-¡Sí!- Iker inmediatamente se animó y también tomó un sorbo, tendiendo las cejas y sonriendo, -Mamá, está super rico.-
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