El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 52

Laura no abrió la boca para explicarse.

-¡Mamá, soy un hombre, por supuesto que voy a comprar una casa!-

-¡Hijo! De todos modos, deja que mamá resuelve la compra de casa, sólo eres un niño, aún no eres mayor, no te metas en esto, ¿vale?-

Laura vio que su hijo seguía sin rendirse, su rostro amable cambió de expresión y habló con cara seria, un niño demasiado precoz era demasiado difícil de manejar.

-¡Buen chico!- Max se cuadró, ya no se quedó atrás, -¡Iker, vamos a brindar por tus ambiciosas ambiciones!-

Iker realmente chocó las copas con Max.

Durante el asiento, Max sacó de nuevo el contrato y pidió a Laura que lo firmara.

-Iker, si necesitas algún cambio, ¡me llamas!-

Después de la cena, Max insistió en enviar a Laura y Iker a casa.

-¡Te recogeré en el hospital a primera hora de la mañana!- Max no había olvidado que era el momento de quitarle los puntos de la herida de ella.

-¡No se moleste, Señor Max!-

-Tío, ¿por qué mi mamá va al hospital?- Atraída por su conversación, la voz infantil de Iker sonó inocentemente, -¿Qué le pasa a mamá?-.

-¡Mamá está bien!- Laura dijo nerviosa, -¡voy al hospital a ver a un amigo!-.

-¡Vale!- asintió con incredulidad, para luego fruncir el ceño cada vez más, como si dudara de la veracidad de las palabras de Laura.

A través del espejo retrovisor, Max miró a Iker, por qué un niño que obviamente era sólo un niño de cinco años era tan bueno para preocuparse incluso de la casa. ¿Era su vida tan dura? Pensando en la ropa de Laura, todos parecían ser trajes rígidos, estaba en la edad mejor de mujer, que de esas mujeres eran todas glamorosas, y ella, siempre tan sencilla!

-¡Tío bonito!- Iker recordó algo más.

-¡Oh, Dios! No me llames tío bonito, ¿vale? Llámame tío Max-. A Max lo que más le molestaba era que le llamaran bonito.

-¡Pero eres tan guapo como mamá!-

-¡Entonces tampoco llamaste a tu mamá bonita!-

-¡Bien! Te llamo tío Max-. La mirada pensativa de Iker se congeló, y su carita puramente hermosa volvió a sonreír mientras se erizaba, -Tío Max, ¿por qué no viene el tío Pito en persona?-.

-¡Iker, no lo llames así!- Laura se detuvo.

-Jajajajaja ...-, Max se echó a reír.

La cara de Laura se puso aún más roja.

-¡Porque está ocupado!-

-Entonces, ¿puedo verlo?-

-¡Claro que puedes, es el jefe de tu mamá!-

-¡Entonces dale las gracias al tío Pito de mi parte!-

-Iker, ¿podemos dejar de llamar a ese tío con ese título?- Acariciando su frente con dolor de cabeza, Laura bajó la cabeza por completo, con su rostro blanco lleno de frustración, realmente tenía miedo de que su hijo vaya a conocer a Oscar Rasgado, porque la sola idea de comprarle una caja de condones la hizo sentir muy humillada, ¡y se sentiría avergonzada hasta la muerte cuando lo conociera!

-¡Está bien!- Iker asintió, pero ya era un hábito, no era fácil de cambiar ah-

-¡Laura! Estaré allí pronto - La llamada de Max llegó. -¡Diez minutos más o menos!-

-¿Tan pronto?- Laura se sorprendió.

-Tengo que acompañar a mi salvador al hospital, así que, por supuesto, tengo que darme prisa ...-, rió Max por lo bajo.

-Gracias, Señor Max, ahora mismo yo bajo ...- Laura apagó su ordenador, cogió su bolso y abrió la puerta para salir.

Justo al llegar a la desembocadura del callejón, vio el precioso Bugatti azul y, naturalmente, allí estaba el hombre alto de pie junto al coche, fumando un cigarrillo, con aspecto de llevar mucho tiempo parado y siempre en la misma posición.

“¿Qué está haciendo aquí?” ¡Laura no sabía que él venía!

-¿Salir?- Le preguntó directamente cuando la vio con su bolsa, acercándose a ella por detrás y preguntándole en voz baja.

-Presidente, ¿qué está haciendo aquí?-

-¿Cómo te lo planteas?- No contestó, pero le preguntó por esa cosa.

-¿Qué es?-

-¡Vive conmigo!- Él dijo.

¡Disgusta! ¡Asombrada! Inexplicable.

-¿No dijiste que querías ser mi mujer? Resulta que a mi hijo también le falta una mamá-. Dijo astutamente, acercándose a ella y presionando cerca de ella.

Laura le miró, los bonitos ojos de él estaban rojos, al parecer habían estado despiertos toda la noche, pero eran extraordinariamente luminosos, encontrándose con los ojos de ella y susurrando de nuevo, -¿Hmm?-

-Presidente, he dicho que he dado a luz, no soy la mujer inocente que crees que soy, no tengo intención de ser la esposa o la amante de alguien, ¡no soy apta!- Al ver su propio reflejo en los ojos oscuros de él, tan tranquilo, tan tímido, se sintió satisfecha de su actuación.

Los ojos de Oscar se entrecerraron ligeramente y la sonrisa de su rostro se estrechó un poco, aunque era muy leve, Laura lo notó y supo que estaba empezando a enfadarse, mientras que su rostro sólo tenía una leve sonrisa, su corazón seguía adelante.

Y en ese momento, el coche de Max acaba de llegar a la entrada del callejón, al ver el Bugatti de Oscar, los ojos de Max se oscurecieron, “¿cómo es que todos se han saltado el trabajo hoy?”

En ese momento, Oscar también vio por casualidad el coche de Max, y se quedó un poco aturdido por un momento, sus ojos se dirigieron hacia Laura de forma oscura. -¿Lo invitaste a salir?-

-¡Uh! No ... es!-

-¿Es un 'sí' o un 'no'?- Levantó una ceja.

El coche de Max había girado hacia el callejón, y era evidente que éste era algo estrecho. Enseguida aparcó un Bugatti y llegó un Pagani, que fue muy sorprendente.

-¡Presidente, no esperaba que usted también viniera!- Max ya se había bajado del coche y no se acercó, sólo se quedó junto a su coche y los observó desde lejos.

-¡No molestaré a tu cita!- Los profundos ojos de Oscar se alzaron ligeramente con una pizca de sorna.

Cuando Laura le oyó decir eso, lo guardó en su corazón, ¿qué quería decir? ¿Cuándo salió con Max?

-Oscar, ¿a dónde vas? Voy a llevar a Laura al hospital para que le quiten los puntos, ¿vas a ir?- Max miró a Oscar para que se fuera.

-¡Estoy ocupado!- Oscar dijo con voz grave y se subió al coche.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El hombre con la máscara de zorro