El Invitado de La Boda romance Capítulo 10

Después de haber salido de almorzar hemos decidido ir al hotel y cambiarnos de ropa para ir a la piscina; hace demasiado calor. Ya con mi traje de baño puesto, camiseta gris, y chanclas; salgo de la habitación y espero pacientemente a que ella haga lo mismo en el pasillo. Mientras espero, reviso las notificaciones de mi celular y correos electrónicos, pero, el ruido de la puerta abriéndose; hace que levante mi mirada de inmediato.

Estoy hipnotizado al verla. Su figura se deja entrever con ese vestido color negro semitransparente de playa. No puedo dejar de observarle de pies a cabeza y ella parece saberlo porque al llegar a su rostro noto que me sonríe. —¿Vamos?— Pregunta y supongo que intenta no decirme nada para que la situación no sea más incómoda.

—Vamos.— Respondo simplemente, pero por dentro mi mente es un caos mortal.

Caminamos por el hotel para poder llegar a la piscina, pero no puedo dejar de pensar en que estoy loco por una mujer que está casada. Definitivamente no es correcto, pero esto que comienzo a sentir cada vez que le veo es inevitable. En estos momentos intento descifrar si es algo simplemente físico o es que está yendo un poco más allá. Tengo miedo, lo admito… ¿y si me enamoro? ¿Y si no consigo olvidarla? ¿Y si su crisis es tan solo por adaptarse al matrimonio?

Todo yo soy un caos y no me gusta. Estoy acostumbrado a mantener el control de la situación y en este caso siento que es ella quien está haciéndolo y no sé por qué ¿Seré un juego en medio de su aburrimiento en esa vida de casada que lleva?

—¿Todo bien?— Me interrumpe cuando ya estamos prácticamente saliendo al área de la piscina.

Solo puedo asentir –Todo más que bien, solo observando todo lo que sucede alrededor.— Miento.

Tan solo me sonríe y sigue caminando ya en el exterior. —¿Te parece bien ubicarnos aquí?— Pregunta refiriéndose a las reposeras.

—Si, donde tú quieras.— Respondo y comienzo a entender que con ella mis respuestas serán de esta manera porque solo busco estar cerca.

Sin decir una palabra ella comienza a acomodar la toalla y su bolso en la reposera y mientras que yo imito su accionar, ella inicia a desprenderse del vestido que le cubría por llamarlo de alguna manera. Estoy sin saber que decir ni cómo actuar al ver su cuerpo mínimamente cubierto por ese bikini; es absolutamente perfecta, pero, también es completamente ajena a mí.

—¿Entramos?— Pregunta interrumpiendo el huracán de sensaciones que hay dentro de mí.

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