El Invitado de La Boda romance Capítulo 33

Mi corazón está a punto de salirse de mi pecho mientras que nos intentamos alejar, pero es tarde, David entra, cierra la puerta detrás de él y se cruza de brazos. –Creía que tú y yo habíamos acordado en algo. — Me dice sin dar tiempo a que ella o yo digamos una palabra.

Alai nos mira completamente confundida y no es para menos –Papá… yo…— intenta explicarse, pero David pone su mano en alto para frenarla.

—¿Crees que no me di cuenta hija?— le pregunta acercándose a nosotros y de inmediato Alai me mira bastante confundida.

— ¿Tu sabías que él sabía? – me pregunta y asiento.

—Lo hable con él. — intercede su padre –Les vi besándose en casa el día de la parrillada y tuvimos una conversación muy seria ayer en esta oficina. — explica y la cara de Alai es de confusión absoluta.

—¿No nos reclamaras? ¿No me dirás que estoy casada? — le pregunta totalmente sorprendida.

Su padre y yo nos miramos como intentando decirnos sin palabras y yo solo le hago un gesto como diciendo que es mejor decirle la verdad.

—Hija. — Le dice –hay algunas cosas que debes saber. — continúa diciendo y extiende su mano para que ella se acerque a él.

—¿Qué es lo que sucede?.— pregunta ya más preocupada.

—Ven, necesitamos hablar. — Insiste y no quiero pensar en que David vaya a decirle la verdad, según habíamos hablado, eso no era lo que el haría, ¿Por qué ahora sí? ¿Qué es lo que ha cambiado de ayer a hoy?

Ella me mira como diciéndome “no me queda de otra” y se sale de la oficina junto a él. Sé que para mí el que ella sepa la verdad sobre Fernando me juega a favor, pero tampoco quiero que ella sufra, es un sentimiento tan extraño, tan nuevo y tan contradictorio que no se ni que es lo que está bien o está mal.

[…]

He intentado concentrarme en el trabajo, pero prácticamente ha sido imposible. No puedo dejar de pensar en que es lo que le puede estar diciendo su padre ahora, mucho menos en cómo debe estar ella.

Consulto el reloj una vez más y me doy cuenta que ya ha pasado una hora desde que ella se fue con su padre. Me levanto de mi silla con la intención de salir de mi oficina y asegurarme que todo esté bien, cuando alguien abre la puerta y sin darme tiempo de reaccionar ella me abraza con todas sus fuerzas.

—¡Sácame de aquí por favor!— me pide desesperada y ¿llorando?

—Alai, amor, ¿Qué sucede? — pregunto acariciando su espalda.

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