La carencia de iluminación en la casa era perfecta para quien subía esa noche las enormes escaleras. Siendo sigiloso con sus pisadas, aunque nadie podría escuchar nada en aquella soledad de mansión. El individuo llego al último escalón caminando hacia la primera puerta del corredor, éste saco el arma que llevaba oculta en su cuerpo conjuntamente con un cilindro silenciador el cual adapto al cañón del arma.
Con guantes negros en sus manos abrió la puerta de la recamara con mucho cuidado, dentro de esta también reinaba mucha oscuridad. Solo se oía el pitido de una máquina de oxígeno. El invasor se introdujo en el cuarto aproximándose a la cama empuñando el arma la cual levanto en dirección a Romel Vertuchi quien dormía con una máscara de oxígeno en la cara.
Sin piedad alguna, éste sujeto descargo el arma sobre el cuerpo de Romel. Se aproximó a la víctima desconectando el aparato respirador. El anciano había muerto.
— ¡Ya no lo necesitaras! Exclama sonriendo.
Y así mismo como había irrumpido en la casa, se marchó. Sin dejar huellas o pistas.
[…]
Eileen observaba a ese sujeto comérsela con la vista, se preguntó que estaba planeando hacer ¿quizá pretendía terminar lo que no termino en el museo? Los vellos se le pusieron de punta no más al recordar ese momento tan… bueno, ni ella misma sabia como llamar ese encuentro.
La rubia llevo los brazos hasta su pecho intentando ocultar que no llevaba brasier. Sus pezones se marcaban lo que la hacía sentirse como desnuda. Y mientras ese sujeto continuara mirándola como lo hacía más avergonzada se sentiría.
— ¿Siempre recibes a tus visitas vestida de esa manera?
— Eso no es su problema. Y le pido que se vaya de mi casa, nosotros no tenemos nada de qué hablar. Yo no continuare trabajando en el museo, así que no tengo nada que ver con todo esto.
Lión se acerca a ella mirándola como un depredador en plena caza. La chica ante el comienza a palidecer en segundos causándole un enorme placer. Estando cerca de unos pasos de ella, de la nada Eileen saca un pequeño cuchillo de cocina. Inmediatamente Lión se detiene observando el arma blanca en las delicadas manos de la rubia.
— ¿Y qué pensabas hacer? Herirme con eso… no me hagas reír.
— Lo haré si es necesario. Ahora váyase de mi casa.
Éste aprieta la mandíbula con fuerza la muy capulla hablaba en serio… miro los ojos de Eileen parecía decidida pero a la vez estaba muy asustada. Lión dio un paso más hacia ella y en lo que la rubia retrocedió este aprovecho para tomar las muñecas de Eileen.
No supo en que momento ese sujeto intentaba quitarle el cuchillo pero allí estaban, forcejando por quien se quedaba con el arma.
— Suéltalo. Decía el sobre ella.
— ¡Noooooo! Grito ésta.
En un momento de mucha fuerza, Eileen se hace con el arma logrando lastimar la mano de Lión… quien al parecer no le importo sino después de arrebatarle el arma a la rubia. Lo tira lejos de ambos mientras se mira la herida de su mano.
— Eres un peligro. Masculla.
— ¡Dios mío! Estas sangrando mucho. Dice ésta angustiada.
Su corazón se volvió completamente loco de repente, no se movió en ningún momento cuando noto que Lión se acercaba a ella lentamente. Los ojos ámbar de Eileen pillaron como ese hombre al que le tenía tanto miedo enfoco la mirada en sus labios poniéndola ansiosa. Su cerebro estaba por hacer corto circuito ante la cercanía de él.
Entonces… su corazón estallo cuando el mafioso acuno la mejilla de la rubia con la palma de la mano conjuntamente probó la boca de Eileen. El contacto fue delicado, mucho para como había pasado las otras veces. Instintivamente ella cerró los ojos al ser besada con aquella delicadeza, degustando de la boca de Lión.
El beso prosiguió siendo lento y calmado, aunque su cerebro le dijera que estaba completamente loca la chica estaba disfrutándolo. Pero entonces, éste hombre se separó de ella de golpe lo que ocasiono que Eileen espabilara saliendo de aquel trance absurdo.
— Espero que me des buenas noticias al terminar la semana, si no lo haces juro que pasaran cosas muy malas. Y esta vez seré yo quien las provoque. Amenaza enfático.
Lión se pone en pie pasando a un lado de la rubia quien seguía en shock por aquellas palabras tan sinceras y crueles a la vez. Al escuchar como la puerta era azotada ella da un respingo que causa el nacimiento de un par de lágrimas que corren por sus mejillas.
Se podía ser más atorrante en la vida, ella no creyó que nadie más podría ser más que el mismísimo Lión Walker.
[…]
Detrás de la puerta de Eileen, Lión permaneció en el pasillo por lo que fueron algunos minutos ¿Qué carajos le estaba pasando? ¿Por qué diablos la había besado de aquella manera? Ella le había correspondido el beso, y eso fue lo que más le enojo por esa razón se separó de la rubia a los golpes dejando aquellas frías y horribles palabras en medio de ambos.
Debía ser más remiso con aquel asunto… pero por otro lado, era tan inexorable no querer besarla y más cuando ella comenzaba a ceder. Lión sabía que aquello no lo conduciría a nada bueno. Esa pequeña e insignificante disensión que mantenía dentro de sí, lo llevaría a la maldita tumba. Éste mira su mano… definitivamente lo mataría como a un sucio bastardo de porquería.
Para desgracia de la rubia que se encontraba metida en ese apartamento, eso no iba a sucederle a Lión Walker. Había cometido un error, y gracias a sus palabras le hizo entender a la chica cuales eran sus intenciones para con ella… encamino sus pasos hasta la salida, eso era lo mejor.
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