El Jefe romance Capítulo 29

El ruido incesante de su maldito móvil no paraba de sonar. Lión incorporo su cuerpo desnudo picándose el puente de la nariz. Miro hacia un lado buscando donde carajos estaba su teléfono, al ponerse en pie la sabana blanquecina cayó al suelo dejándolo completamente denudo. Éste busco su saco sacando el aparato que sonaba una y otra vez.

— ¿Qué carajos pasa? Vocifera cabreado.

— Soy Phil… ha pasado algo importante.

— Más vale que sea importante.

— Estaré en tu oficina en 10 minutos.

— ¡Esta bien! Éste lanza el teléfono sobre la cama antes de adentrarse en el baño.

Lión ingresaba en su oficina, donde había una inexistente secretaria. Mascullo palabras de ira, estaba comenzando hartarle las llegadas tarde esa mujer… antes de entrar en su oficina, las puertas del ascensor se abren dejando salir de este a su abogado.

— He llegado a buena hora.

— Pasa de una vez…

En cuanto Lión se encontraba detrás de su escritorio, solo miraba a Phil esperando a que hablara de una vez por todas.

— ¿Y bien? Me has sacado de mi cama como para que más o menos, espero que sea algo interesante. Éste arquea una ceja.

— Romel está muerto. Suelta sin anestesia.

— ¡Que carajos! ¿Cómo demonios se murió el maldito?

— Lo han asesinado.

Lión permaneció de forma imperturbable… eso sí que no se lo esperaba, era muy inesperado eso de que asesinaran al viejo. Arruinaba todos sus planes, pero por otro lado…

— Con el viejo muerto necesito que averigües qué posibilidades hay de hacerme con el museo.

— Muy bien, haré todo lo que pueda. Pero dudo que sea algo fácil de obtener.

— Seguro que lograras conseguirlo.

Phil se fue, Lión sonrió… era muy posible que sus planes no estuvieran de todo dañados. El dinero lo compraba todo y él tenía de sobra. Compraría a quien fuese solo para obtener ese maldito museo, y en cuanto lo tuviera bajo su poder pensaba destruirlo. No dejaría un maldito bloque en pie.

Su móvil comenzó a sonar sacándolo de sus cavilaciones… era Kara…

— ¿Qué pasa?

— El viejo fue asesinado.

— Ya lo sé… ¿Dónde está la rubia?

— ¿Dónde crees?

— ¡Maldita sea!

— Ésta con Severu. Ambos están aquí.

— ¿Ah sí?

— Creo que mantienen una relación, los he visto besándose en el coche mientras el rubio la dejaba en casa de Romel antes de que descubrieran que el anciano yacía muerto en su habitación. ¿Qué es lo que quieres que haga?

Lión apretó con fuerza el teléfono, ¿besándose? Ella estaba besando a ese bueno para nada de Williams. La muy hija de perra se dejó besar por el la noche anterior y ahora esa mañana se besaba con otro hombre. Los dientes le chirriaron. Lo que le provocaba era ir hasta allá y…

— ¿Lión? La voz de Kara lo saco de sus pensamientos.

— Solo… vigílalos.

[…]

En cuanto Eileen escucho las sirenas a lo lejos, bajo corriendo escaleras abajo encontrándose con la enfermera en un mar de llanto. Ésta le abría la puerta a los paramédicos indicándoles a donde tenían que ir. La rubia solo miraba todo como en cámara lenta, parecía que estaba ensimismada en un trance del que no sabía cómo salir. Solo se sentó en una silla a esperar la noticia que ya conocía.

El padre de Williams conversaba con la policía sobre lo que había pasado. Eileen junto con la enfermera podían irse, pero estarían bajo observación por cualquier otra cosa que los oficiales necesiten preguntar.

— Eileen, ya puedes irte a casa. Yo me encargare del resto. Le dice Lumier a la joven.

— Gracias señor Severu.

— Hijo acompáñala, ve que esté tranquila en casa.

— ¡Si padre!

Williams arropa el cuerpo de la rubia en un abrazo, llevándola hasta su coche… después de algunos minutos la pareja se encontraba ingresando en el apartamento de la rubia, Williams le había sugerido llevarla a su mansión pero ella se negó.

— ¿De verdad estarás bien aquí?

— Es mi casa, estaré bien. Responde sentándose en el sofá.

— Me quedare un rato a tu lado, ¿De acuerdo?

— ¿No tienes algo que hacer?

— No. estar contigo es más importante, necesitas estar acompañada. Éste sonríe sentándose a su lado.

— ¿Quién pudo haberle hecho una cosa tan horrible al señor Romel? Él era tan bueno, tan amable. Dice volviendo a llorar.

— Shhh… tranquila. Estoy seguro que se descubrirá quien lo hizo, y mi padre lo pondrá bajo prisión.

Éste toma a Eileen aproximándola a él… la joven dejo caer su cabeza en el pecho del rubio cerrando los ojos, había llorado mucho esa mañana sentía su cara hinchada y más el terrible dolor de cabeza que tenía quizás lo que necesitaba era dormir un par de horas.

Williams sintió el peso de Eileen y de inmediato supo que se había quedado dormida. Tomándola en brazos la llevo hasta su recamara depositándola en la cama. Aparto varios mechones de cabello de la cara conjuntamente dejo un beso en la frente.

— ¡Descansa!

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