Por la mañana el teléfono de Eileen no paraba de sonar, la chica no quería saber nada de nadie. Pero no le quedó más remedio que ponerse en pie para contestar, el día anterior no le dedico ni un minuto al museo y quizás pensó que podrían estar llamándola de allá.
Pero al contestar, no era del trabajo. Era Williams informándole que su difunto jefe lo sepultarían esa misma tarde. Después de que practicarle una autopsia los resultados fueron que había muerto la noche anterior. Y como no arrojo más resultados, por ende no era necesario que el viejo permaneciera por más tiempo congelado.
— Comprendo.
— Pasare por ti más tarde.
— Estaré esperándote.
Al colgar la llamada Eileen suspira… eso había sido demasiado rápido, no pensó que esa tarde enterrarían a su jefe. La chica mordió sus labios, sentía una inmensa pena por dentro. Llevaba conociendo al señor Romel por algunos años, le había tomado mucho cariño. Lión Walker era un asesino, el peor hombre del planeta. Una única lágrima corrió por la mejilla de la rubia la cual limpio de inmediato.
Debía arreglarse para estar lista en cuando Williams fuera a por ella…
[…]
Detuvo el Porsche color negro a una distancia prudente de una pequeña aglomeración de personas vestidas de negro bajo muchas sombrillas del mismo color. Esa tarde se tornó lluviosa y gris, Lión observaba en entierro del viejo Romel desde su coche. Desde que supo de la muerte de Vertuchi se estaba preguntando quien pudo haberlo asesinado.
No es que le importara mucho, total si no se moría por sus propios medios el mismo hubiera terminado haciéndolo. Pero no era su momento de morir, necesitaba que ese anciano le firmara primero los documentos. Ahora no estaba muy seguro de lo que iba a pasar con aquel maldito museo. Pero fuese como fuese pasaría a ser suyo.
En eso, la diviso a ella… Esa inconfundible melena amarilla la reconocería a kilómetros. Amusgo los ojos conjuntamente apretando el volante, Williams Severu la abrazaba. Ambos se encontraban bajo la protección de una misma sombrilla lo que causo que el mafioso se cabreaba aún más. Pensó que ese sujeto se estaba entrometiendo mucho y cada día se encontraba más cerca de Eileen. No obstante, bien que ella ya no le servía en lo absoluto. Solo la acosaba por una cosa, y ahora el viejo había muerto.
Sin embargo, no podía quitarle los ojos de encima y enfurecerse cada vez que miraba como el maldito rubio la consolaba posando sus manos sobre sus hombros.
[…]
Bajo un paraguas Eileen no paraba de llorar por la partida de su jefe. Williams se encontraba a su lado intentando darse consuelo, uno que la ayudaba mucho. Pocos eran los que habían asistido al funeral, podía entenderlo todo fue muy rápido y para colmo estaba lloviendo.
Para cuando el padre termino con las palabras el féretro de Vertuchi fue introducido al hueco… unos minutos después las personas dejaron sus presentes, todos lanzaron rosas y así mismo se alejaban. Eileen simplemente no se podía mover de donde estaba.
— Eileen, es mejor que nos vayamos a casa. Comenzará a llover con más fuerza. Le apremia el rubio.
—Me gustaría quedarme un poco más, si no te importa espérame un rato.
— Te espero en el coche.
— ¡Gracias! Ésta levanta la mirada a lo que Williams deja un beso en sus labios.
En cuanto la chica se quedó a solas lanzo las flores que tenía en la mano… la lluvia se tornaba más reacia mojando sus pantalones sus piernas, el vestido negro le llegaba un poco más bajo de las rodillas.
— Así que estas saliendo con un Severu. Eileen da un respingo al escuchar la voz de Lión a sus espaldas. Se da la vuelta abriendo los ojos como platos.
Entreabrió los labios al divisar a Lión acortar el espacio entre sus labios… sus boca sabia a lluvia, dulce muy dulce. Involuntariamente cerró los ojos dejando que éste afianzara el agarre de su cintura. La rubia paso la mano por detrás de la nuca de Lión quien profundizo aquel beso bajo la lluvia.
El cerebro de Eileen se había desconectado por unos segundos, para luego volver a la realidad… ¿Qué era lo que estaba haciendo? En el cementerio, en el funeral de su jefe, ¿y qué pasaba con Williams? No mantenían una relación… ¿Qué clase de mujer era? ¡Demonios! Era la peor de todas. Separo el cuerpo de Lión empujándolo algunos centímetros, parecía desconcertado.
Frunció el ceño al mirarlo, si creía que ese sujeto era un asesino como se le ocurría si quiera dejarse besar.
— ¿Por qué hace esto? Le dice ella.
— ¿Por qué me respondiste al beso?
Ella abrió la boca para responder, pero la verdad era que no tenía una respuesta para esa pregunta. Eileen se comió los labios para evitar decir cualquier idiotez.
— Pareces que solo buscas jugar con los hombres, te he visto besarte con ese Severu y ahora me permites besarte. ¿A qué juegas? Porque te digo de una vez que perderás contra mí.
— ¿Jugar? Pregunta con descredito.
— Solo eres una mujer más, como todas las fáciles que conozco. Le dijo con desprecio. — Nos estaremos viendo Eileen. Expresa dándose la vuelta para regresar a su coche.
Eileen permanece sumergida en las palabras tan horribles que ese hombre le había dicho. Y aunque tuviera un poco de razón, no se las merecía, porque cuando estaba cerca de él algo muy extraño pasaba dentro de ella. No podía explicarlo pero Lión ocasionaba un revoloteo en su estómago. Y eso comenzaba asustarla.
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