El Jefe romance Capítulo 34

Algunos días transcurrieron, Eileen no había recibido ninguna visita inesperada y no sabía si estaba agradecida o decepcionada. ¿Acaso estaba esperando que ese hombre continuara molestándola? Bueno era muy posible que lo hiciera, era más que claro que lo haría. Pero, ¿Por qué no lo había visto en días?

Esa tarde regresaba a casa después de ir al súper a por unas cosas, su coche aun no salía del taller. Por insistencia de Williams le dejo a cargo su coche, ella no tenía como pagar las reparaciones pero el rubio se le dijo que no se preocupara por esas trivialidades. Le dejo en claro que si se iban a casar él la apoyaría en todo.

Estando a una cuadra del edificio donde vivía, al cruzar la calle un Porsche negro se detiene abruptamente ante ella impidiéndole dar un paso más. La mujer se queda estática con las bolas de comida en las manos, de pronto de aquel coche se baja Lión atraviado con un traje negro y gafas de sol. De refilón pudo notar que iba armado, ya que su saco se abrió un poco dejando entrever un arma.

Por instinto Eileen retrocede dos pasos al notar que este se acercaba a ella… estando a punto de correr en dirección contraria de su casa la mano de Walker se cerró sobre su brazo deteniéndola en el acto.

—¿A dónde crees que vas? Pregunta quitándose los lentes para que ella pudiera ver aquellos ojos azules que llevaba días sin ver.

— ¿Qué es lo que quiere? ¿Por qué no me deja en paz?

— Resulta que ahora eres más valiosa para mi Eileen.

— ¿Qué está diciendo? Pregunta confusa, era imposible que ese hombre supiera nada.

— ¡Sabes de lo que hablo! Aprieta con más fuerza su brazo. — Porque no vamos a dar un paseo.

El cuerpo de Eileen era empujado hacia el interior del coche, y por lo que ese hombre le había dado a entender era muy posible que supiera sobre el testamento de Romel. No era bueno que subiera al coche de Lión, desconocía las intenciones de ese sujeto… armada de valor la rubia piso con todas sus fuerzas el pie de Lión para luego darle un golpe en la rodilla lo que causo que éste la soltara brindándole la oportunidad de huir.

Corrió en dirección opuesta a Walker, no supo en que momento había tirado las bolsas con comida pero era su vida más importante. Se estaba hartando de correr cada vez que ese hombre se volvía agresivo.

— ¡Con un demonio! Vocifera Lión observándola huir nuevamente. — Que manía la de esa maldita mujer.

Entra a su coche a toda prisa, como pudo le da la vuelta saltándose las luces y haciendo que algunos carros se estrellaran. Sigue el camino de la rubia que corría por las calles como una loca, tropezaba con muchas personas y él se preguntaba si de verdad no le faltaba un tornillo. Apretó la mandíbula mientras aceleraba.

De la nada otro automóvil que venía en sentido contrario se detiene en medio de la calle, Lión reduce la velocidad al ver que Williams se bajaba de este al notal a Eileen correr por la acera. La chica corre hacia el para abrazarlo, en minutos ésta se subía al coche del rubio y ponían en marcha el vehículo. Su ira iba en aumento.

— Ese maldito de Severu es un entrometido. Arranca el coche de golpe.

Varios días después…

— Saben muy bien que este matrimonio debe consumarse. ¿Están claros con eso? La voz de Lumier era severa.

— Si padre, nosotros lo sabemos muy bien.

— No se preocupe por eso, nosotros no incumpliremos la cláusula. Confirma Eileen.

— Muy bien, ¿entonces para cuando quieren hacer oficial la boda?

— En una semana. Sentencia Eileen.

Posteriormente de su encuentro con Lión hace días, la rubia se sintió más amenazada que nunca. Y a pesar de que había quedado de acuerdo con Williams de no contarle nada a su padre sobre su compromiso no le quedó más remedio que apresuras las cosas con su novio.

Éste cuando la encontró en la calla corriendo como una loca desesperada la interrogo hasta más no poder, pero ella no podía decirle que Lión Walker la acosaba constantemente. Así que le invento la excusa más pobre del mundo, y no estaba segura de que se la creyera pero al menos no insistió en preguntar más. A raíz de eso, la rubia le pidió a su prometido acelerar las cosas con la boda.

Williams se sorprendió mucho con su propuesta tan apresurada, ella sabía que el aún seguía muy dudoso con aquel casamiento. Pero aun así aceptaba. Y ella se lo agradecía… y así es que acabaron en la mansión del padre de Williams para explicarle la decisión de ambos.

— Una semana es muy pronto, ¿no lo creen? El viejo mira al hijo.

— Está bien padre, tendremos todo listo para entonces.

Luego de conversar con el señor Lumier, Eileen se excusó un momento dejando al padre con su hijo.

— Williams… le dice con voz seria.

— Sé que lo que vas a decir padre, pero es mi decisión.

— Muy bien, espero que sepas lo que hagas. Le dice con voz seria. — Preparare todo para tenerlo organizado cuanto antes.

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