Amaia Domínguez García
León, Guanajuato, México
–Hola güera, ¿Cómo estás?, ¿Qué haces aquí? – La saludé – Él es mi amigo Luis Miguel.
A Luis Miguel, se le fueron los ojos por mi amiga, es que ella estaba muy guapa y acaparaba las miradas de todos, así que al presentárselo los dos quedaron encantados.
–Hola guapo – La güera abrazó a Luis Miguel y él estaba encantado – Ivanna Linares, a tus órdenes y que guapo estás.
–Hola, mucho gusto – A Luis Miguel se le iban los dos ojos – Encantado de conocerte, Luis Miguel a tus pies. Amaia no me había dicho que tuviera una amiga tan hermosa.
–Bueno ya que se conocen. Vamos a hacernos para una orilla, que estando en medio del estacionamiento, nos pueden atropellar – Les sugerí – Güera, no me has dicho ¿Qué haces aquí?
Estaba intrigada, porque no había recibido ningún mensaje ni una llamada de su parte, pues hubiera sido más fácil para que nos encontráramos a la salida.
–Hago todo y nada, Amaia querida – Respondió la güera – He venido a decirte que, si te animas, podemos irnos a Puerto Vallarta en este momento y así alcanzas al tonto de mi amigo.
–Güera, tú sí que estás loca – La miré sorprendida – No nos conocemos mucho, pero no sabes que a mí no me gusta la playa. Además, Axel, estará allá en curso y con su esposa ¿Para qué quiero ir yo allá?
Su proposición en vez de ponerme contenta, me desanimaba, yo no quería estar viendo cómo se demostraban su amor, bueno según Axel, no la amaba, que ella era la que se hacía esas suposiciones.
–Vamos Amaia – Me animó Luis Miguel – Sólo piénsalo, allá está el hombre que amas y yo, puedo conocer un poco más de Ivanna.
–Tenemos clases Micky – Respondí preocupada – Yo no puedo perder mi beca, además ¿Qué le diré a mi papá y a Ale cuando me vean allá?
No podía exponerme a que me sacaran del Tec, no iba faltar a mis clases para nada, además no tenía nada que hacer en Puerto Vallarta, no me habían invitado.
–Amaia, les dirás que vas con nosotros. No tiene nada de malo, no puedo creer que no quieras irte con tu Axel – La güera me miraba con duda – No lo pienses más solo faltarían tres días a clases, miércoles, jueves y viernes y mandar sus tareas por internet.
–Vamos Amaia, no seas aguada – Luis Miguel estaba más que apuntado – No pasa nada y nos servirá de descanso.
Estos dos hablaban como si ya se hubieran puesto de acuerdo, pero ellos si se podían ir tranquilos, yo no tenía dinero para moverme, y se los hice ver.
–Pero yo no tengo dinero para ir. Está bien que gano bien de las tareas, pero, no es para pagar una suite de lujo allá – Expuse – Además Axel, no creo que quiera estar en esa situación de tener allá a su amante y a su esposa.
–Yo digo que vayamos – Insistió Luis Miguel – Ponte a pensar que, sí él está tan mal con su mujer allá puede conocer a alguien.
–Amaia bajemos a comprar algo de beber – Micky me propuso – Les invito lo que quieran.
Eso no se iba a poder, si íbamos a ir en carretera lo mejor sería ser precavidos, así que de mi parte, estaba descartado, no pondría en riesgo la vida de todos, y si tomaba uno, los demás no, porque no iba a conducir en estado de ebriedad.
–No creo que podamos beber, en el camino, al menos no la güera, que es la que va a conducir – Dije preocupada – No podemos ser irresponsables con la demás gente que va a ir en la carretera.
–Yo no tomaré vino ni nada de alcohol, Amaia – Respondió ella – Yo sé que no puedo conducir y tomar. Pero les acepto un refresco, ustedes pueden embriagarse si quieren.
–No creo, yo tengo que dormirme. Me mareo en la carretera – Dije apenada.
–Sólo acompáñame, Amaia – Me pidió Micky – Por favor.
–Está bien, vamos.
Bajamos con Micky a comprar unos refrescos, botana y unas bebidas para él y ya cuando regresamos al auto, él se subió atrás conmigo para ayudarme a dormirme y no marearme. Por eso yo odiaba viajar, pasar incomodidades y todas esas cosas y ahí estaba a punto de salir a carretera a buscar a alguien, que debía estar feliz con ella, con su esposa.
No sabía cómo me iban a recibir, sobre todo él, que no se esperaba que llegáramos, sé que la güera está enterada de todo eso, pues ella y Axel se dicen todo y de seguro ella sabe dónde se van a hospedar, esperaba que mi papá no se molestara por llegar así sin más.
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