El Yerno Millonario romance Capítulo 707

Cuando Cain y la pandilla irrumpieron en la Sala Diamante, Charlie estaba de camino a Las Primaveras del Paraíso, conduciendo el BMW de Jacob.

No había planeado salir tan temprano, pero había una molestia en la casa— Elaine.

Ella no podía dejar de regañarlo. Primero se quejaba de lo derrochador que era Jacob por haberse gastado veinte mil dólares en una cena en vez de en cosméticos para ella y en unas rondas de mahjong con sus amigas.

Luego, desvió su atención hacia Charlie, odiandolo por no ganarse la vida fuera y quedarse en casa viviendo a costas de ellos.

Se volvía cada vez más enérgica en su afán de fastidiar, insistiendo en presentarle a Charlie un trabajo como guardia de seguridad en el estacionamiento con un sueldo mensual de tres mil dólares al mes e insistiendo en que le diera todo su sueldo cuando lo recibiera.

Charlie sabía que el bolsillo de Elaine estaba limpio como una patena después de la estafa y que no podía permitirse ningún gasto suntuoso como antes, por lo que sólo podía pasar la mayor parte del tiempo en casa, enfadada y regañando constantemente.

Estaba de mal humor y encontraba a Charlie extremadamente desagradable.

Sucedía que Charlie era el único que estaba en casa además de ella, ya que Jacob y Claire aún no habían llegado, por lo que Elaine no dejaba de regañarlo, lo que irritaba a Charlie al máximo. Por lo tanto, decidió salir de la casa temprano, ya que prefería esperar en el coche que escuchar sus molestos regaños.

Era más temprano que la hora sugerida cuando Charlie llegó a Las Primaveras del Paraíso, así que estacionó el coche en la entrada y escuchaba música para pasar el tiempo mientras esperaba a su suegro.

Según el plan inicial, iba a esperar la llamada de Jacob cuando terminara para recogerlo.

Pero después de esperar un rato, se dio cuenta de que algo estaba mal.

Normalmente había dos guardias y dos meseras esperando en la entrada de Las Primaveras del Paraíso, y los guardias se encargaban de la seguridad mientras las meseras recibían a los clientes.

Sin embargo, hoy no había nadie en la entrada y de ella colgaba un cartel de ‘cerrado’.

Estaba temblando de miedo y gritó: "¡Hay un asesinato arriba!".

El corazón de Charlie dio un brinco de sorpresa.

¡¿Asesinato?!

¡¿Qué demonios?!

¡¿Ha pasado algo dentro de Las Primaveras del Paraíso?!

Rápidamente se adelantó y entró corriendo en el restaurante.

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