Ella es mi medicina romance Capítulo 40

— Algo me dice que el viaje será tremendo —comentó al aire —.

— Entiendo, Girop vas conmigo hasta que lleguemos a la casa de Yohana, ya de allí sabrás que me sentare con Yohana —comento y Aidan asiente energéticamente—.

— ¿Y yo? —comenta Pablo — ¿Dónde dejarás a tu novio?

— Mi novio estará muy bien conduciendo así que no le veo el problema —comentó—.

— Estiben es el mayor de los Evans así que a él le corresponde manejar —dice mirando a su hermano— así que yo no le veo ningún problema con que esté sentado al lado de mi novia, es normal ya que soy tu novio ¿No es así?

— Vaya, díganme que no seré así cuando tenga novia —comenta Miguel y yo río—.

— Deja de ser tan intenso Pablo — comenta mamá Mariana—. Paulina se va sólo por unas semanas, no para toda la vida.

— Mamá, ¿Sabes cuánto me costó que aceptara ser mi novia? —Comenta Pablo indignado —.

Mamá Mariana niega mientras sonríe.

— ¿Hacía parte de tu conquista correr por la casa empapado con agua fría que Paulina te arrojó? O ¿Cuando corridas tras ella en el anterior paseo por quien sabe qué cosa pasó entre ustedes?, ¿O cuando la regañaste en la piscina porque se estaba ahogando con un calambre? ¿O cuando la llevabas en el hombro borracha y te vómito? ¿O cuando te hizo correr desnudo en la casa? O...

Y todos están muertos de la risa.

— No le veo la gracia —comenta Pablo indignado—. Como sea, no la veré durante un tiempo. Lo cual se me va a ser eterno. Vivimos juntos, hemos comido juntos, jugando juntos y muchas cosas juntos en muchas partes de la casa, lo que me va a hacer extrañarla constantemente. Así como ella me extraña cuando viajo por cosas del negocio.

— Aish, creo que me va a dar diabetes de tanta miel —comenta Ismael estremeciéndose—.

— No eres el único — digo riendo—.

— ¡Oye! Deberías estar de mi parte —comenta, Pablo indignado—.

— ¿Por qué razón? —pregunto—.

— ¡Eres mi novia!, es una regla que estés de mi lado —comenta con obviedad—.

— No se en que parte esta escrito esa regla —comentó—. Además las cosas son como son. Sólo me voy una semana no me estoy yendo para toda la vida.

— Cuando yo me voy de viaje me extrañas y no voy por tanto tiempo ni a un lugar tan peligroso —comenta Pablo—.

— En realidad no te extraño como tal —comentó— a decir verdad estoy muy ocupada en el hospital con tantos pacientes por más de 12 horas de turno seguidas. Por lo que durante el turno no tengo tiempo de sentir tu ausencia —Pablo se agarra el corazón dolido por mi comentario — y cuando llegó a casa —en Pablo se ven rayos de esperanza— estoy tan cansada que me duermo inmediatamente.

— ¡Ouch!, mi corazón —dice tocándose el pecho y cayendo sobre sus rodillas— fría como el hielo. Definitivamente me pierdes Paulina.

— Pero cuando duermo, sueño contigo —comentó—.

— Ya me recuperaste —dice levantándose rápidamente con una sonrisa de oreja a oreja —.

Yo ruedo los ojos por su acción, pero a la vez me parece muy tierno.

— Vaya. Que rápido te es convencerlo —comenta Aidan—.

— Hey, si sueño con él —comento— es mi novio, obvio que voy a soñar con él.

— Dilo de nuevo —dice un alegre Pablo—

— ¿Que sueño contigo? —pregunto fingiendo confusión —.

Pablo niega

— No, lo otro —.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella es mi medicina