Días después
Aunque Alessandro quería tener respuestas de inmediato, Lucía, había movido sus contactos el mismo día de la inseminación, para que las grabaciones donde estaban ella y Kim buscando el esperma y como ella entraba a la habitación donde la inseminó, fueran eliminadas. Así que, no había pruebas de que sucedió con la muestra.
Por lo que, habían pasado varios días y el hospital, seguía recibiendo amenazas de Alessandro, por la desaparición de su muestra.
Era de noche, Kim había llegado al apartamento de Lu, cuando ella la esperaba ansiosa. Así había estado desde que se enteró que, en su intento de ayudar a su amiga, borró información que podría calmar la ira del rico portador. Como lo había llamado ella.
¿Qué sucede ahora, Lu? Llevas días así y ya me tienes preocupada — comenta Kim al ver a su amiga mordiendo las uñas que ya habían desaparecido por tanto morderlo estos días
Es que el rico portador, volvió a ir hoy al hospital y cada vez que viene, el lugar de trabajo se vuelve tenso y estresante.
Aun no entiendo porque le dices rico portador a ese hombre.
Es que está rico, Kim. Ese hombre está tan increíblemente bueno, que solo una mirada molesta de él, me haría abrir las piernas en automático. Y si hablamos de su cuerpo, Dios, un brazo de él es más grande que mis piernas. Ese hombre es tres puntos más musculosos de lo que me gusta.
Entonces es musculoso — murmura Kim al saber los gustos de su amiga.
Demasiado que parece crimen verlo pasearse mientras antoja a todas a su alrededor. Rayos, podría decirte que, si voy manejando y lo veo caminando, me estrello.
>> Porque mi atención y todos mis sentidos estarían enfocados en él. — dice Lucía emocionada al punto que se acuesta en el sofá con la palma de su mano en la frente.
¿Y por eso estás comiéndote las uñas? ¿Te estrellaste caminando por estar mirándolo?
No, claro que… sí. — reconoce ella adquiriendo en su rostro, el color de su cabello; rojo— Caminaba detrás de él y ese hombre giró su cuerpo. Nuestras miradas se cruzaron y las piernas se me volvieron gelatinas e incluso se me olvido como caminar.
>> Por eso, tropecé y cuando creí que me tomaría en sus brazos, se apartó y terminé cayendo de bruces al sueño. — dice Lucía, cubriendo su rostro avergonzada y Kim rueda los ojos negando ante la reacción de su amiga — Fue vergonzoso, pero por lo menos, eso sirvió para que con su voz fuerte y varonil me dijera: ¿Estas bien?
Lucía gime emocionada y Kim se sienta frente a ella para ser espectadora del espectáculo de adolescente enamorada que Lu hace.
¿Y entonces dijiste alguna estupidez para que te vieras tan nerviosa cuando llegué? — pregunta Kim curiosa.
Oh, lo había olvidado. La cuestión es que ese hombre va a demandar el hospital por desechar su muestra de esperma y fue allí cuando me enteré de quien se trataba.
Bien, ¿Quién es?
Tu jefe — dice Lu.
¿El señor Bill? — pregunta Kim confundida.
No, su hijo. Quien quiere destruir el hospital por la muestra de esperma, es el magnate Alessandro Delacroix, tu jefe o exjefe. — informa Lucía y ahora es momento de verse sorprendida Kim
¿Qué? ¿Estas segura de que…?
No sabía que ese hombre tan bueno era el ogro del que me hablabas. Pero si es él. Lo busqué en el navegador y encontré las noticias de su divorcio con Yocelyn.
>> Por lo que, compare las fotos de él con el hombre que causa terror en el hospital y era el mismo. Kim, el hombre que nos va a dejar en la calle, es tu jefe. — dice Lucía angustiada.
Entonces por eso, todos estos días ha estado con dolor de cabeza y el humor más terrible de lo que normalmente lo tiene. — murmura Kim
El punto es, Kim, ¿Podrías hablar por todos en el hospital? — pide Lucía arrodillándose frente a su amiga para tomar después sus manos
¿Qué dices? — pregunta Kim confundida.
Kim, tú tienes una relación relativamente cercana con él. Además, estás en un ambiente distinto al hospital, por lo que, podrías hablar calmadamente con él y tratar de convencerlos de que no nos demande.
¿Qué yo qué? — pregunta Kim confundida.
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