El nerviosismo las recorría a las dos. Pensar en que estarían involucradas con Alessandro Delacroix, asustaba a ambas al saber la causa de su enojo, por tener a su bebé o por haber tenido la posibilidad de salvar su muestra de esperma y no hacerlo.
Estaban en un gran problema y Lucía, no estaba fuera de él al ser parte del robo. Uno que no debió efectuarse en ninguna circunstancia, pero había pasado.
Iré a la farmacia por las pruebas — dice Lucía saliendo del asombro.
Vamos juntas. Dudo que pueda quedarme en casa. — dice Kim y ambas salen en búsqueda de las pruebas de embarazo.
Las dos, tienen tanto temor que se imaginan mientras caminan a la farmacia, como son esposadas por robar el esperma de Alessandro Delacroix y a ninguna le parece un final agradable de sus vidas, cuando han luchado tanto por ser ciudadanas ejemplares o por lo menos, lo habían sido hasta el robo de esperma.
Ambas miraban atentas a cualquier cosa o persona que se acerca a ellas porque el temor es tan grande en ambas, que piensan que, en cualquier momento, Alessandro Delacroix vendrá a llevarlas presas a ambas.
Cuando quieren llegar a la farmacia, un auto se detiene abruptamente tan cerca de ellas que creen que el final es en ese momento.
¡Kim Morgan! — gritan desde el auto haciendo que ambas salten ante el susto y confirmen que realmente es su final.
Mientras ambas se abrazan nerviosas por ser esposadas, un compañero de la universidad de Kim, baja del auto con varios documentos en la mano. Como las chicas, cierran sus ojos ante el nerviosismo, mientras se abrazan, no ven al chico que se acerca a ellas hasta que él habla más cerca.
Kim, te han enviado esto a mi departamento. Vengo a entregártelo. Vas a hacer tus prácticas laborales en un bufet y ya tenemos el primer caso. — dice el chico extendiendo los documentos.
Lentamente, Lucía y Kim abren los ojos y Kim, quien confirma que no es la policía, toma los documentos y lee la información que le hace abrir los ojos emocionada.
¡Realmente inicio mis prácticas en un bufet tan grande! — grita Kim emocionada y Lucía la abraza mientras ambas lloran y saltan emocionadas, bajo la mirada del chico frente a ellas.
¡Que genial, mi reina! ¡Por fin las cosas salen bien para ti! — dice feliz Lucía.
Bien, lamento interrumpirlas, pero el caso fue entregado ahora y debemos trabajar en esto para que mañana en la reunión al mediodía estemos al tanto de cada detalle de fármacos que serán la prueba de esta demanda. — dice el chico y ello hace que ellas dejen de celebrar para ponerse serias.
¿Dónde debo estar para saber la información del caso? — pregunta Kim emocionada.
En el bufet. Tenemos una oficina. Allá tenemos todos los datos del caso. Pero, debemos ir ahora, no sé si quieras ir en el taxi o conmigo. — dice el chico.
Va contigo. — dice Lucía empujando a su amiga mientras en su mente hay todo tipo de imágenes de amor y sexo en un bufet.
Kim la mira mal, pero se va con el chico con el que pasa toda la noche estudiando los casos en compañía de tres practicantes más.
Por lo que, cuando amanece y va a la universidad por una de las pocas clases presenciales que tiene, sale de la misma y se marcha al trabajo donde tendrá que renunciar o moriría ante tantas cosas que hacer y poco tiempo disponible.
Básicamente no durmió en la noche. Por ello, se subió a un trasporte público rumbo a su trabajo y colocando una alarma para despertarse cuando este cerca del mismo, se duerme todo el viaje y se baja casi dormida. Agotada, camina hacia la entrada de la empresa y es alguien quien la toma del brazo para que no se tropiece con el escalón de la entrada.
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