Enamorándome de ti romance Capítulo 11

Lin Xinyan frunció las cejas. En el momento de la entrevista parecían haber estado satisfechos con ella, pero pensó que quizás habían encontrado a un mejor candidato. Al cambiar de perspectiva, le resultó mejor el hecho de aceptar que la habían rechazado.

Después de regresar a casa, por la noche, Zong Jinghao se encerró en su estudio, aparentemente por asuntos del trabajo.

En la tarde, Lin Xinyan averiguó cuáles eran los platillos favoritos de Zong Jinghao gracias a la señora Yu, por lo que ella misma preparó la cena.

—Esto es lo que una esposa debe hacer —dijo sonriente la señora Yu.

Lin Xinyan sonrió mientras tenía la cabeza agachada. De no ser por el hecho de que necesitaba la ayuda de aquel hombre, no habría tenido la iniciativa de complacerlo.

—La señora falleció hace mucho tiempo y como el padre del señor se volvió a casar, el señor Jinghao vuelve rara vez -suspiró la señora Yu—. A pesar que es muy indiferente, en realidad valora mucho las relaciones.

Lin Xinyan se quedó en silencio, escuchándola.

-La señorita Bai salvó al maestro cuando era una niña.

Desde que creció, ha estado tras el señor, a él no le gustaba como a ella, pero luego de que regresaron de aquel viaje de negocios, cambió su actitud con ella. Sin embargo, no tiene de qué preocuparse, pues usted es su esposa legítima.

La señora Yu la consoló, dándole unas palmadas en el hombro.

Lin Xinyan bajó la cabeza y sonrió con amargura. «De verdad no tengo nada que decir respecto a con quién tiene una relación cercana.» A pesar de que eran marido y mujer, eran como extraños y tenía muy claro lo que su matrimonio significaba.

Lin Xinyan miró hacia el estudio, pensando en el café negro que Bai Zhuwei había preparado esa mañana.

-Señora Yu, ¿dónde está el café de grano? Quisiera prepararle un poco de café a Zong Jinghao.

En este momento, la señora Yu pensó que la chica comenzaba a prestar atención, así que tomó el café de grano para ella.

-Sin azúcar ni leche -le dijo-. Al señor no le gustan las cosas dulces.

Lin Xinyan asintió y a toda prisa preparó una jarra de café, que luego vertió en una exquisita taza de café y se la llevó ella misma al estudio. Zong Jinghao estaba hablando por teléfono, parecía irritado.

-¿Qué pasa con el departamento de Recursos Humanos? ¿Es tan difícil reclutar a un traductor?

Él hablaba muchos idiomas, pero en realidad, no conocía el del país A y debido a la barrera lingüística, era incapaz de lidiar con la gran cantidad de cosas que necesitaban ser tratadas en el nuevo proyecto.

-Dile al gerente de Recursos Humanos que tiene un día para contratar a alguien. De otro modo, ¡será despedido!

De pronto, justo cuando Zong Jinghao estaba teniendo un ataque de ira, alguien llamó a la puerta, pero él no disminuyó su tono de voz y dijo con frialdad:

—¡Adelante!

Lin Xinyan sintió que el corazón le daba un vuelco. «¿Está de mal humor ahora?» Ya había tocado la puerta, así que ahora tenía que entrar, aunque fuera un mal momento. Lin Xinyan se esforzó mucho por sonreír.

—Te preparé café.

Despacio, Zong Jinghao trasladó su mirada del rostro de Lin Xinyan hasta el café que llevaba en sus manos, al mismo tiempo que entrecerraba los ojos.

Después de que Lin Xinyan se duchó y se acostó en la cama, no pudo dejar de dar vueltas, así que se levantó. Pensó en el café que había derramado sobre los documentos de Zong Jinghao; sintió pena por eso y quiso compensarlo, así que se dirigió al estudio. Una vez allí, encendió la luz y vio que los documentos aún estaban mojados sobre la mesa, también dándose cuenta de que estaban escritos en el idioma del país A. Había partes de los documentos que estaban empapados de café y eran casi ilegibles. Encontró hojas en blanco y comenzó a copiar las palabras que había en el documento. Lin Xinyan sabía que el idioma de ese país no era muy usado; por ende, a manera de disculpa, tradujo los documentos en el idioma local para que Zong Jinghao pudiera leerlos.

Ya eran las tres de la madrugada cuando terminó de traducir y anotar el contenido de todas esas docenas de documentos, bajó el bolígrafo, masajeó su adolorida muñeca y ordenó los documentos antes de colocarlos en el escritorio. Luego, regresó a su habitación a dormir.

A la mañana siguiente, cuando Zong Jinghao estaba desayunando, Lin Xinyan aún no se había despertado, pues se había ido a la cama muy tarde y estaba exhausta debido a su embarazo.

-¿No se ha levantado? -preguntó Zong Jinghao frunciendo el ceño.

-No. Usted es su esposo, ¿pero me pregunta a mí, que soy ajena a su relación? -respondió cabizbaja la señora Yu.

Zong Jinghao entendió a lo que se refería la señora Yu.

-Olvídalo -espetó.

Él no era bueno dando explicaciones, ni siquiera a la señora Yu, quien lo había cuidado desde que era un niño.

-Señor, sé que entre usted y la señorita Lin no hay sentimientos, pero este matrimonio lo arregló su madre cuando aún vivía. Además, creo que la señorita también se preocupa por usted. Ayer, cuando regresó a medio día, me preguntó sobre su comida favorita, así que ella misma

preparó la cena e incluso el café.

«¿Entonces no actuó con repentina hospitalidad para conseguir el terreno en Repulse Bay para la familia Lin? ¿Ella se preocupa por mí?» Zong Jinghao pensó que eso era ridículo, y se volteó para mirar a la señora Yu.

-No te dejes engañar por su apariencia.

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