—Papá, iré contigo. -He Ruixing dio un paso adelante.
He Wenhuai asintió.
-También es bueno que puedas ir conmigo.
De sus tres hijos, su favorito era el mayor, pues a pesar de que no tenía talento haciendo negocios, era constante y no había molestado a la familia; ahora, también cuidaba del negocio familiar.
En cuanto a sus otros dos hijos, se enojó de tan solo verlos.
-Ustedes dos tienen prohibido salir hasta que este asunto se resuelva. ¡Solo reflexionen sobre sus propios errores en casa! -dijo He Wenhuai con frialdad.
-Papá... -He Ruilin quería explicarle.
A pesar de que tenía intenciones egoístas, también era verdad que lo había hecho por la familia. Al final no resultó, pero tampoco deberían tratarlos así. Pero He Ruize, quien se encontraba a su lado, la detuvo tan pronto como habló.
—Deja de hablar.
—¿Por qué no puedo hablar? -He Ruilin se negaba a ceder -. Mi intención original era hacer algo por la familia, lo que pasa es que no tuvo éxito. No es algo imperdonable, así que es injusto que nos traten así.
Furioso, He Wenhuai se cubrió el pecho. «Ahora no solo no admite sus errores, sino que también se rehúsa a escuchar mis palabras, ¿eh?»
-Bien, es suficiente. ¿No ves que papá está furioso? -la reprendió He Ruixing.
-No finjas ser buena persona enfrente de papá. Tienes miedo de que Ruize y yo nos quedemos con el patrimonio familiar y te quitemos la posición de la compañía, así que complaces a papá en todo...
—¡Suficiente! —He Wenhuai golpeó la mesa y empezó a toser, tal vez debido a que estaba muy enojado. Estaba tosiendo tan fuerte que su rostro se enrojeció, por lo que He Ruixing le dio golpecitos en la espalda.
-Solo estoy diciendo la verdad. Ruixing suele adular a otros afuera y también adula a papá en casa.
El negocio familiar solo estaba a cargo de He Ruixing.
Había regresado a la familia He durante tantos años, pero cada vez que decía que quería trabajar en la compañía, He Ruixing inventaba varias excusas adrede para evitar que se postulara.
«Tiene miedo de que obtenga una parte del patrimonio familiar, ¿no?»
-Está bien, ¡solo vuelvan a la casa! -Xia Zhenyu no pudo soportarlo.
Todos eran sus propios hijos y no podía ponerse del lado de ninguno.
-¡Deja que lo diga! -He Wenhuai abrió la boca y respiró con dificultad, como si se fuera desmayar en cualquier momento por faltarle el aire.
—Papá, ¿es justo dejarle la compañía solo a mi hermano?
He Ruilin se sintió disconforme hace muchos años y solo lo dijo hasta ese momento porque quería sacar ventaja de esa oportunidad para desahogarse. He Ruixing la miró sin decir ni una palabra. Por otro lado, He Wenhuai miró hacia arriba.
—Entonces, ¿ahora me hablas sobre ser justos?
No era un viejo decrépito que solo ponía a su hijo mayor en una importante posición, sino que él analizó la situación de manera minuciosa.
He Ruize estudió algo de psicología y se convirtió en psiquiatra, a pesar de no estar de acuerdo. Después de que regresó de estudiar, no entendía nada sobre los negocios, lo cual no era fácil en una época tan competitiva. Ya era muy tarde para que aprendiera; además, los negocios no eran algo que se pudiera aprender, pues requería habilidad, valentía, y visión, cualidades que He Ruize no tenía.
En cuanto a He Ruilin, era una chica. Antes pudo quedarse con Zong Jinghao, no por su habilidad, sino por lo que habían pasado durante su infancia. Ya fuera por compasión o piedad, la mantuvo como su secretaria, quien solo servía bebidas y organizaba su agenda diaria. Lo más importante es que era una chica y se casaría en un futuro. Por consiguiente, era imposible que He Wenhuai le diera las acciones de la empresa después, las cuales después llevaría a la familia de su esposo.
Por otra parte, He Ruixing tomó estudios empresariales y aprendió con su padre después de graduarse, previo a encargarse de la compañía. Aunque no destacaba, había estado en los negocios por muchos años. No tenía la habilidad de hacer crecer a su familia, pero había acumulado experiencias y podía mantener el statu quo de la compañía. Por consiguiente, se hizo de la vista gorda ante cualquier intento de He Ruixing de usurpar el poder.
He Wenhuai hizo una mueca.
Xia Zhenyu agitó la mano.
-No podría enfadarme más. Llévame a la habitación. Tu papá dijo que no podías salir, así que no salgas durante estos días o se volverá a enojar. —Le recordó.
-Está bien. -He Ruize frunció los labios y dijo-: Aunque esta vez les causamos problemas, en verdad que nuestra intención original era hacer algo por la familia, pero no tuvimos éxito. Sé que para papá tiene sentido colocar a Ruixing en una posición importante y, de hecho, no estoy celoso y nunca pensé en tomar el poder.
No significaba que no tuviera el deseo, pero este no era sobre poder. Si había algo que en verdad quería, habría hecho cualquier cosa para conseguirlo. Un buen ejemplo de esto era Lin Xinyan, a quien por su egoísmo engañó a propósito, diciéndole que el hombre de esa noche era del país A. Como dijo He Ruilin, en realidad era una persona egoísta solo que era bueno fingiendo.
En la casa de la familia Zong, Zong Qifeng estaba practicando caligrafía en el estudio, ya que después de que la empresa pasara a manos de su hijo, se mantuvo al margen por completo y la caligrafía era su pasatiempo. Todas las tardes se quedaba en el estudio por tres horas y Yuxiu le molía la tinta; aunque ya tenían muchos años, seguían haciendo una hermosa pareja.
—¿En qué piensas? —Zong Qifeng miró a Yuxiu, quien miraba aturdida por la ventana.
Ella volvió a sus sentidos y continuó moliendo la tinta.
—No es nada, solo extraño a Jinghao.
Zong Qifeng la tomó del hombro.
-¿Te arrepientes?
Justo cuando Yuxiu quería hablar, alguien tocó la puerta del estudio, y se escuchó la voz del señor Feng, diciendo: -Alguien de la familia He está aquí.
-¿Qué no está ya resuelto el problema con la familia? -Yuxiu dejó lo que estaba haciendo y dijo con un tono frío—: ¿Qué hace aquí?
Yuxiu pensó que habían ido de nuevo por la cancelación del compromiso, pues no habían visto las noticias de ese día, así que no sabían nada de lo que había pasado. Después de terminar de escribir el último trazo, Zong Qifeng puso el pincel en su soporte y dijo:
-Salgamos a echar un vistazo.
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