-¿Puedo ver a mami ahora?
Cuando Zong Jinghao la cargó y la llevó al hotel, Lin Ruixi hizo la pregunta porque pensó que había llegado a su destino y se encontrarían de inmediato con Lin Xinyan. Zong Jinghao estaba un poco nervioso, pero después volvió en sí.
-Está jugando al escondite con nosotros y quiere que la encontremos. Todavía no lo hemos hecho.
-Está bien -dijo Lin Ruixi con los labios fruncidos.
Baicheng no era una ciudad grande. Aunque era un condado, parecía más como un pueblo que pertenecía a una destacada familia, los Bai. A pesar de que el hotel no era cinco estrellas, su ambiente, su limpieza y sus servicios eran muy buenos. Shen Peichuan cargaba a Lin Xichen, que todavía no despertaba, mientras un par de personas llevaban su equipaje detrás.
-Este ya es el mejor hotel en Baicheng. ¿Te sentirías
incómodo porque es demasiado pequeño?
«¿Cuándo se había quedado en un hotel así antes?»
-¿No es este lugar agradable? -preguntó Lin Ruixi parpadeando, ya que no entendía por qué había dicho eso el señor Shen.
Zong Jinghao la tomó con firmeza en sus brazos para que no pudiera escuchar su conversación. Después de que ella abriera sus ojos de par en par para mirar el rostro de Zong Jinghao, sus ojos se entrecerraron lento y parecían un par de lunas crecientes.
-Papi, eres tan guapo. -Enterró de inmediato su rostro en su pecho después de hablar.
Zong Jinghao estaba de cierto modo complacido con el dulce cumplido de su hija. Nunca había sonreído desde que Lin Xinyan estaba desaparecida, pero sus labios se curvaron por ella en ese momento.
-Entonces, ¿amas a papi?
-Sí -respondió la pequeña niña sin dudarlo.
Zong Jinghao besó el cabello de su hija. Aunque la fragancia del champú se había desvanecido porque ella no había tomado un baño por dos días, aún sentía que su hija olía bien. Una vez que llegaron a su habitación, Shen Peichuan puso a Lin Xichen en la cama y revisó los alrededores; había reservado todas las habitaciones en ese piso ya que sabía que Zong Jinghao necesitaría un ambiente sereno.
—Papi, ¿me ayudarás a tomar un baño? -preguntó Lin Ruixi mientras saltaba.
—Sí. —Zong Jinghao asintió.
-Papi es en verdad como mami -dijo ella, alzando su mirada hacia él y envolviendo sus piernas con sus brazos.
Zong Jinghao estiró su mano para levantar su barbilla.
—¿Cómo es que nos parecemos?
-Porque cuando quiero algo, mi mamá accede.
Una vez que terminó de hablar, la niña lo soltó y comenzó a saltar de nuevo.
Por el otro lado, la espalda de Bai Yinning estaba escaldada y tenía varias ampollas; no era grave y el doctor había ido a proporcionarle un tratamiento para él. Liu estaba de pie junto a la puerta como un niño que agachaba la cabeza porque sabía que había hecho algo mal, parecía que había llorado mucho, ya que sus ojos se veían rojos.
-Gracias. -Lin Xinyan estaba sentada en una silla junto a la cama.
Si él no la hubiera protegido en el momento indicado, ella estaría recostada en la cama.
-¿En verdad quieres agradecerme? -Bai Yinning estaba recostado de lado en la cama.
Como el doctor había aplicado unos vendajes en su espalda, no podía dormir boca arriba o desgarraría las heridas donde acababan de retirar las ampollas.
-Claro. -Como Lin Xinyan temía que le hiciera peticiones poco razonables, de inmediato agregó—: Debe ser algo que pueda hacer.
-No te preocupes, no te pediré que te cases conmigo -dijo Bai Yinning con una suave sonrisa y los labios de Lin Xinyan se curvaron; él la miró antes de hablar-. ¿Puedes traerme un vaso de agua?
Cuando Lin Xinyan estaba por estirar sus manos para tomar la jarra del escritorio, Liu, que había estado de pie en la puerta, se apresuró hacia ella.
—Yo lo haré. —Quería redimirse.
—Liu, ¿por qué todavía pareces inepta? —dijo Bai Yinning mientras la miraba con calma; cuando Liu quería explicarse, él no la dejó hablar-. Enciérrate y reflexiona tus errores. No aparezcas en mi casa sin mi permiso.
—Pero...
—¿Pero qué? —Su voz era un poco fría.
Después de que Bai Yinning terminara el vaso con agua, Lin Xinyan quería tomar el vaso; sin embargo, como él no retiró su mano cuando ella lo sostuvo, por accidente tocó su mano con la punta de su dedo y de pronto retiró su mano. La mirada de Bai Yinning cayó en la parte de su mano donde ella lo tocó, era como si su calor perduraba por un rato, aunque fuera un roce ligero, duró poco y no tuvo una fuerte impresión en él.
-Supongo que no soy venenoso, pero, ¿por qué me temes tanto?
-No te temo. Para ser honesta contigo, ya estoy casada. Así que, seas tú o cualquier otro hombre, siempre mantendré mi distancia. -Lin Xinyan juntó sus manos mientras su rostro se volvía solemne.
Lin Xinyan usó su matrimonio arreglado con Zong Jinghao como pretexto ahora. Si decía que tenía hijos, Bai Yinning podía o sorprenderse o no creerle, pero esta vez...
Él se relajó, enterró la mitad de su cabeza en la almohada.
-¿Cuántos años tienes? ¿Y ya estás casada y tienes hijos? ¿En realidad lo dijiste a propósito porque te preocupa que me enamore de ti?
-Una persona de 18 años es considerada un adulto. Ya tengo 24, casi 25, ¿en verdad es extraño que esté casada y tenga hijos? —Lin Xinyan contuvo su intranquilidad. En verdad no quería hablar de ello porque no era un pasado maravilloso, pero tener dos adorables hijos sí lo era.
Bai Yinning podía sentir que la voz de Lin Xinyan era un poco temblorosa, rápido y más solemne, diferente a su usual voz que siempre era calmada y constante; luego, dirigió su mirada a las manos de Lin Xinyan, que estaban juntas, mientras soltaba una risa dócil.
-¿Con qué clase de persona te casaste? Ni siquiera te compró un anillo de bodas. ¿Por qué no te divorcias? Yo puedo comprarte uno.
Lin Xinyan bajó la cabeza cuando lo escuchó ya que sus manos lucían vacías y no tenía nada más que el brazalete de jade que le había dado Yuxiu.
-No lo uso. —Fingió estar calmada.
Ella y Zong Jinghao solo llevaron a cabo su matrimonio para cumplir con sus respectivos objetivos y duró un mes. ¿Por qué necesitarían tiempo para conseguir anillos de bodas?
Si bien Bai Yinning no creía que estuviera casada y tuviera hijos, sus dudas al respecto perseveraron debido a los foráneos que llegaron al hotel; entonces, miró a Lin Xinyan y se perdió en sus pensamientos.
—Descansa, regresaré a mi habitación -dijo Lin Xinyan, pues no quería estar a solas con él; se puso de pie cuando terminó de hablar y caminó lento hacia la puerta, poniendo una mano en la pared para apoyarse.
-Lin Xinyan. -Bai Yinning de pronto la detuvo.
-¿Qué sucede? -preguntó Lin Xinyan después de voltear hacia atrás
-Creo que el brazalete de jade en tu brazo es muy hermoso. ¿Dónde lo compraste?
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