-Yanyan, casarse es una decisión de por vida. No dejaré que te cases con él.
Zhuang Zijin sabía la razón por la cual Lin Xinyan quería hacerlo. Lin Xinyan colocó la comida sobre el mueble que estaba junto a la cama y respondió:
-De cualquier forma, me voy a casar con un desconocido. Es el hijo de tu amiga, ¿no?
-Ella murió hace muchos años y no conozco a su hijo. Deberías casarte con un hombre que de verdad te guste, aunque eso signifique que rompas la promesa. No deberías usar el matrimonio como moneda de cambio. Yo preferiría quedarme aquí el resto de mi vida.
«¿Con un hombre que me guste? Aunque conociera a uno, no lo merecería.» Para ella, no era importante con quién se casase, pues lo que en realidad le importaba, era recuperar todo lo que le habían arrebatado a su madre.
Zhuang Zijin no logró convencer a Lin Xinyan de que cambiara de parecer y emprendieron el viaje de vuelta a casa al día siguiente.
Lin Guoan no las dejó entrar en la casa de la familia Lin porque ellas no le agradaban; en vez de eso, las mandó a vivir a una casa rentada, pero cuando llegara el día, Lin Xinyan tendría que ir a donde los Lin. Lin Xinyan nunca había querido ir allí porque así, su madre tendría que enfrentar a la mujer que destruyó su matrimonio y por ello, preferían quedarse donde estaban; además, ese lugar era tranquilo.
-Yanyan, la oportunidad no se te habría presentado si esto fuera un buen arreglo de matrimonio. Ni si quiera si la señora Zong y yo fuéramos cercanas -dijo Zhuang Zijin todavía preocupada.
Lin Xinyan ya no quería seguir hablando de eso, así que cambió el tema.
—Mamá, solo come.
Zhuang Zijin suspiró, pues supo entonces que su hija ya no quería seguir hablando. Todos esos años, Lin Xinyan había sufrido junto a ella y ahora incluso tenía que sacrificar su oportunidad de casarse.
Lin Xinyan tenía los palillos en la mano, pero perdió el apetito debido a las náuseas matutinas.
-¿Estás bien? -Zhuang Zijin estaba preocupada por ella.
Como Lin Xinyan no quería preocuparla, le mintió diciéndole que estaba resintiendo el cambio de horario por el viaje; luego, dejó los palillos y fue a su habitación.
Después de cerrar la puerta, se recargó sobre ella. A pesar de que nunca antes había estado embarazada, conocía cuáles eran los síntomas, puesto que los había visto en su madre cuando ella estaba embarazada de su hermano. A Zhuang Zijin le daba asco el olor de la comida y solía perder el apetito, y ahora, ella estaba teniendo el mismo síntoma.
Había pasado un mes desde lo que vivió aquella noche, y tenía un retraso en su periodo de más de 10 días. Ni siquiera quería pensaren la humillación que había soportado esa noche. De no haber sido porque era por el bien de su madre y de su hermano, no habría vendido su cuerpo. Entonces, comenzó a temblar...
—Tiene seis semanas de embarazo.
Incluso cuando salió del hospital, las palabras que el doctor le dijo seguían repitiéndose en su mente.
Sin que su madre lo supiera, Lin Xinyan había ido al hospital a que le hicieran una revisión cuyo resultado había salido positivo. Estaba preocupada, no sabía si debía tener al bebé o abortar. Al pensar en eso, no pudo evitar acariciar su vientre. A pesar de que aquel acontecimiento había sido tanto un accidente como una humillación, de alguna manera, estaba indispuesta a abortar al bebé. Estar embarazada la hacía feliz y le daba la emoción de ser madre por primera vez.
Durante un rato muy largo, se sentó en silencio.
Cuando llegó a casa, escondió el reporte del ultrasonido antes de entrar. No obstante, Lin Guoan también estaba allí, lo cual hizo que su expresión se tornara sombría de
inmediato. «¿Por qué está aquí?»
A juzgar por la mirada que tenía Lin Guoan, se podía apreciar que no estaba de buen humor por haber estado esperándola durante un buen tiempo.
-Cámbiate de ropa -dijo él sin emoción alguna.
-¿Por qué? -preguntó Lin Xinyan.
—Conocerás al señor Zhishen ahora que formarás parte de la familia Zong. ¿Quieres conocerlo luciendo así? ¿Quieres avergonzarme de nuevo?
Lin Xinyan se preguntaba qué era ese sentimiento que llegaba junto con el dolor. Pensó que se volvería insensible después de haberse vendido y perder a su hermano; sin embargo, las crueles palabras que Lin Guoan le había dicho, aún la herían. Él nunca se había preocupado por ella desde que las envió a ambas a ese pobre país del oeste.
-No te cases con otra mujer, ¿sí? -sugirió la mujer de manera tímida.
Zong Jinghao la miró con el mínimo interés, pues era algo sobre lo cual no tenía control. Ese matrimonio era algo que su madre había arreglado y no podía echarse para atrás; no obstante, al pensar en esa noche, sintió que no podría soportar decepcionarla.
-Aquella noche, ¿fue muy doloroso?
El mes anterior había viajado a un país extranjero en vías de desarrollo por un proyecto, donde lo había mordido una serpiente venenosa. Habría muerto de no haber sido porque se fue a la cama con una mujer, pues ese era el único remedio. Bai Zhuwei fue quien se entregó a él como su antídoto y él sabía lo descontrolado que estaba en aquel entonces.
Se decía que, para una mujer, podría resultar doloroso hacerlo la primera vez, pero él nunca le mostró nada de misericordia. Ahora que había reparado en ello, pensó que debió haberle dolido. No obstante, esa mujer había soportado el dolor de manera silenciosa y lo único que hizo, fue temblar mientras estaba entre sus brazos.
Él sabía que Bai Zhuwei había estado interesada en él desde el inicio, pero nunca le había dado una oportunidad. Una de las razones era porque no sentía nada por ella; la otra, porque había de por medio un matrimonio arreglado por su madre. A pesar de eso, ella siempre estuvo junto a él en silencio y después del incidente, sintió que era lo correcto darle el lugar que se merecía. Incluso hasta ahora, recordaba el color carmesí con el que se había pintado la sábana aquella noche.
Recostada sobre su pecho, Bai Zhuwei canturreaba con suavidad. Ella siempre había estado enamorada de Zong Jinghao y había encontrado una manera de quedarse con él como su secretaria. No podía permitir que descubriera que ella impura, pues sabía cuán serio era la virginidad de una mujer para un hombre. Así, pagó una generosa cantidad de dinero para que una virgen tomara su lugar aquella noche. Cuando la chica se fue, Bai Zhuwei entró en la habitación fingiendo que había sido ella todo ese tiempo.
—Si te gusta la ropa de esta tienda, puedes comprar más —dijo Zong Jinghao con cariño, mientras le daba unas palmadas en la parte de arriba de la cabeza.
—Esa habitación está reservada solo para los miembros VIP. De la vuelta para ir a su habitación —le recordó la dependiente a Un Xinyan.
En todas las boutiques de lujo, cada probador estaba destinado para una sola persona. Pero para los miembros VIP, esas habitaciones eran aún más extravagantes, pues había un espacio dentro de ellas para el probador y una estancia en la parte de afuera para que los acompañantes pudieran descansar.
-Ah.
Lin Xinyan caminó hacia la habitación de la derecha. En el probador, mientras se cambiaba la ropa, pensó en aquella pareja que recién había visto. Si no había escuchado mal, estaban hablando acerca de la familia Lin.
Quizás ese hombre era...
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