Encuentro cercano romance Capítulo 128

—Es tan arrogante. No puedo creer que estemos esperando a que baje a desayunar. —En el pasado, Ema era la única nuera de la familia Hernández, por lo que Fernando siempre la había tratado bien, así que se volvió caprichosa.

—Esperemos unos minutos.

Cuando Fernando dijo esto, Ema no tuvo más remedio que esperar. Sentía que su estatus en la familia estaba siendo amenazado.

Danitza no quería llegar tarde, pero esta mañana se puso una falda blanca. Sin embargo, cuando estaba a punto de bajar, se dio cuenta de que le vino la regla y manchó la falda. Entonces, tuvo que volver para cambiarse de ropa y lavarla, así que le pidió a Alejandro que bajara primero, pero éste insistió en esperarla.

Cuando bajaron, Danitza se sonrojó de la vergüenza al ver que todos la miraban.

—Lo siento, se presentó algo urgente. —Danitza explicó.

Alejandro la llevó a sentarse. Fernando no dijo nada desde que bajaron, entonces empezaron a comer.

Después del desayuno, Alejandro, Danitza y Laura estaban listos para irse a trabajar. Paulo y Rolando Hernández también se alistarons y se dirigieron a la empresa. Eran los gerentes de las sucursales, así que no trabajaban en la sede central.

—Rolando, Alejandro está casado ahora. ¿Por qué no estás casado todavía? —le preguntó Paulo a Rolando mientras se dirigían al coche.

—No he conocido a la persona indicada. —Dijo Rolando con una cara fría. Él sí amaba a alguien, pero a ella no le gustaba él.

Se subieron a sus respectivos coches y se fueron.

Rolando no se sentía del todo bien. Era el hijo mayor de la familia, pero todo lo bueno le pertenecía a Alejandro, incluso las mujeres. Rolando había amado a Victoria durante muchos años, pero éste la rechazó.

«Victoria, te he amado durante muchos años. ¿Por qué no puedes olvidar a Alejandro?». Pensó para sí mismo.

Sin embargo, justo cuando Rolando estaba pensando en Victoria, recibió una llamada telefónica, y justamente era Victoria.

—¿Estaba el abuelo molesto hace un momento? —Sentada en el coche de Alejandro, Danitza seguía preocupada.

—No, el abuelo es el quien más te quiere. Definitivamente no se enfadará contigo. Es sólo que Ema se estaba impacientando un poco. —Le explicó Laura a Danitza.

En realidad, no esperamos mucho tiempo, solo fueron cinco minutos.

—Si el abuelo no estaba enfadado, entonces todo está bien. —A Danitza solo le preocupaba que el abuelo se enfadara.

Cuando llegaron a la empresa, se dirigieron a sus propios puestos.

Hoy, otro invitado también llegó muy temprano, uno que era bastante molesto, Mauricio.

—¡Hola! Buenos días a todos. —Mauricio los saludó.

Danitza quiso decir algo pero fue llevada por Alejandro, por lo que Mauricio se quedó con Laura.

—Mauricio, ¿por qué estás aquí tan temprano? —Le preguntó Laura a Mauricio mientras caminaba.

—Vine tan temprano para ver a alguien. —Mauricio le dijo a Laura.

Anoche, miró el collar de Nora durante mucho tiempo y siempre le pareció muy familiar. Sin embargo, no recordaba dónde lo había visto antes. Luego, fue al baño y mientras se lavaba la cara, de repente, recordó dónde había visto ese collar. Por tal motivo, fue a la empresa temprano para ver a Nora, ya que no conciliado sueño en toda la noche debido a la emoción que sentía.

—¿Para ver a alguien? Creo que esa persona definitivamente no soy yo. Mauricio, estás en el lugar equivocado, el departamento de mercadeo está allí. —Señalando a lo lejos, Laura le dijo a Mauricio.

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