Encuentro cercano romance Capítulo 141

Al ver a Alejandro sentado junto a la abuela Hernández, Ema se emocionó mucho. Era raro que ella tuviera la oportunidad de dentarse junto a él. La abuela era una verdadera bendición para ella.

La abuela miró a Alejandro y pensó: «Este chico es realmente guapo, heredó todas las ventajas de Alfonso y Fernanda».

La abuela miró con orgullo. Por su parte, Ema miró aturdida a Alejandro, pensando: «Este hombre es cien veces más guapo que mi marido. ¿Por qué todas las cosas buenas solo le pasan a Danitza?».

—Abuela, se hace tarde. Debes de estar cansada por el vuelo de hoy. ¿Por qué no descansas pronto? —Alejandro miró a su abuela, que le miraba aturdida. No sabía qué pasaba, pero ya era hora de que ella se fuera a descansar.

—Alejandro, realmente eres un amor. Te quiero mucho. Así siempre debes de tratarme. —La abuela se aferró a la mano de Alejandro. Tenía un aspecto lamentable, lo que hizo que el corazón de Alejandro se ablandara un poco. Aunque era bastante frío con los de fuera, seguía siendo muy bueno con su familia, especialmente con los mayores, era una persona muy filial.

—Abuela, por supuesto que tengo que debo tratarte bien. No te preocupes. —Alejandro acarició la mano de la abuela y la consoló.

—Bien, sabía que eres el mejor. Así que puedo estar tranquila entonces, tenía miedo de no poder vivir aquí. —Se quejó la abuela Hernández.

—No, abuela, no te preocupes. Aquí todos te tratarán bien. —Alejandro ayudó a su abulea a levantarse.

—Abuela, te ayudaré a volver a tu habitación para que descanses, ya mañana hablaremos. Volveré mañana temprano para acompañarte. —Alejandro sujetó un brazo de la abuela, y Ema apoyó rápidamente el otro.

—Alejandro, déjamelo a mí. Has estado ocupado todo el día. —Le dijo Ema a Alejandro, con angustia.

—Está bien. Alejandro, puedes ir a descansar que Ema me ayudará a regresar. —La abuela también se sintió pena por Alejandro, así que no quiso que la llevara de vuelta y lo apartó.

—Entiendo. Abuela, ve despacio con Ema, yo iré a bañarme primero. —Al ver que la abuela y Ema se habían ido, Alejandro subió las escaleras. «Parece que la familia se ha llevado bastante bien hoy, seguro que todos se portaron muy bien con ella».

Alejandro subió las escaleras. Hoy estuvo muy ocupado, por lo que en ese momento, echaba mucho de menos a Danitza.

—¿Danitza? —Alejandro empujó la puerta y vio que Danitza estaba ocupada en el dormitorio. Al oír la voz de Alejandro, se dio la vuelta.

—Alejandro, ¿has vuelto? —Tan pronto como vió a Alejandro, Danitza guardó las cosas que tenía en sus manos, se levantó y se puso delante de él para ayudarle a guardar sus cosas y a colgar su ropa.

—Hoy estuve tan ocupado que ni siquiera tuve tiempo de pensar en ti. ¿Qué estabas haciendo hace un momento? Pareces muy misteriosa. —Alejandro descubrió que algo parecido ocurría muchas veces, así que empezó a sospechar algo.

—Estoy haciendo mis cosas. Alejandro, te prepararé el baño, así que espérame aquí. —Danitza fue al cuarto de baño para preparar la bañera para Alejandro.

Alejandro se quedó pensativo mientras tomaba un poco de agua, quería saber lo que estaba haciendo Danitza hace un rato, pero después de pensarlo por un rato, lo dejó pasar. Este era el secreto de Danitza y como ella no se lo quiere contar, debía de tener sus motivos.

Antes de que pudiera terminar su vaso de agua, Danitza ya había salido diciendo que el baño ya estaba listo.

—Muy bien, Alejandro, puedes ir a bañarte. Todavía tengo algo que hacer, así que me iré a la cama cuando termine. —

—Está bien, entonces iré a bañarme. —Alejandro dejó su vaso de agua y entró al cuarto de baño.

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