Encuentro cercano romance Capítulo 143

Danitza cogió un taxi para ir al Grupo HD. No se lo dijo a Alejandro porque quería darle una sorpresa.

Los recepcionistas sabían que ella era la esposa del presidente, así que la dejaron entrar.

Cuando Danitza llegó al despacho del presidente, abrió la puerta con cuidado y descubrió que Alejandro estaba al teléfono.

Sin decir nada, entró y cerró la puerta.

—Está bien, eso es todo. —Alejandro se sorprendió al ver a Danitza.

—Danitza, ven aquí. —Alejandro colgó el teléfono y le hizo un gesto a Danitza, indicándole que se acercara.

—Ven a sentarte aquí. —Alejandro sonrió coquetamente y tiró de Danitza sobre sus rodillas.

—¿No hay sillas? No es apropiado hacer esto, la gente nos puede ver. —Danitza quiso levantarse, pero Alejandro la detuvo y la abrazó con fuerza.

Habían pasado horas desde que la vio por última vez. La echaba de menos, y algunas partes de su cuerpo también la echaban de menos.

—Está bien, nadie entrará. Saben que mi mujer está aquí, de modo que no serán tan estúpidos de hacerlo. —Alejandro puso su nariz en el cuello de Danitza, aspirando la fragancia de su cuerpo.

Sin embargo, sí había alguien así de estúpido. Cuando se estaban besando, la puerta se abrió, sorprendiendo a Danitza.

Victoria entró y vio lo que pasaba en la habitación. Entonces, dio un paso atrás cerando la puerta mientras ésta se disculpaba.

Después de que Danitza se levantara, Alejandro le dijo a Victoria que entrara.

—Entra. ¿Qué ocurre? —La expresión de Alejandro simplemente no era buena.

—Lo siento, Alejandro. He traído un contrato muy importante, por lo que la otra parte nos pide que lo firmemos inmediatamente. —Victoria parecía agraviada.

Debería de haber llevado el contrato a Alejandro a primera hora de la mañana, pero lo había olvidado. Al ver que Danitza estaba aquí, no pudo evitar querer meterse con ella.

—Déjalo aquí. Ahora puedes irte si no tienes nada más que decir. —Dijo Alejandro.

Victoria se mordió los labios y dejó el contrato. Antes de salir, sonrió y se dirigió a Danitza:

—Danitza, te estás poniendo cada vez más hermosa. ¿Qué tal si tomamos un café cuando estés libre?

—Gracias, pero no me gusta el café. —Danitza ni siquiera miró a Victoria.

La mano de Danitza fue tomada por Alejandro, lo que fue visto por Victoria, así que se enfadó aún más.

—Ya veo, entonces me iré primero. Hablemos después. —Al no conseguir nada de lo que quería, Victoria salió del despacho de Alejandro.

Al irse, Victoria no sabía cómo desahogar la furia que sentía, así que llamó a Ema, pidiéndole que saliera para ser su compañía.

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