Encuentro cercano romance Capítulo 144

Victoria estaba realmente llorando a mares. Ella no lo entendía, era seguro que Alejandro la amaba, y todos en la ciudad de R lo sabían. Sin embargo, en el momento en que apareció Danitza, todo cambió.

—Victoria, detente. Por favor, ya no sigas llorando, sino también me harás llorar a mí. —Ema también empezó a llorar.

En el pasado, a Alejandro le gustaba Victoria, persona con la que ella no se podía comparar. Como hija de la familia Yepes, Victoria era rica y hermosa.

¿Qué tenía Danitza? Su familia tenía un pequeño negocio, que quebró. Lo más irritante era que se había divorciado, pero aún así, Alejandro la trataba como un tesoro.

Dos mujeres frustradas lloraban en la cafetería, lo que sorprendió a los camareros.

—Señoritas, ¿qué ocurre? —El gerente vino a preguntarles.

—Tenemos... problemas, pero... no hay nada que usted pueda hacer al respecto. Solo... déjenos desahogarnos un momento «snif». —Ema también estaba triste. Por lo que ambas continuaron llorando por un rato más.

Después de un tiempo...

—Ya... basta, ya no más lágrimas. ¡Hablemos de negocios! —Victoria dejó de llorar de repente. Se limpió la cara con un pañuelo húmedo y le dio uno a Ema.

—Como ambas odiamos a Danitza, debemos hacer que se arrepienta. Ahora siempre está con una cara de orgullo. ¡¿Cómo podríamos soportar eso?! —Victoria le dijo a Ema.

—Así es. Fernanda realmente está ciega. ¡He oído que ella ha dado el brazalete de jade de la familia Hernández a Danitza! ¡¿Puedes creerlo?! Tú tambiñen serás la nuera mayor en el futuro, no te parece que es injusto. —Ema estaba tratando de abrir una brecha entre Victoria y Danitza.

Victoria odiaba aún más a Danitza. «¿Por qué ella se lleva todo lo bueno? Yo soy mejor que ella, pero no consigo nada».

—A mi no me importa eso. No me interesa en absoluto la reliquia de la familia Hernández. Sin embargo, me siento indignada por el mal que has sufrido. Ema, tú entraste primero a la familia Hernándes, mereces el brazalete de jade más que Danitza. ¡¿Cómo pudieron dárselo a ella?! —Victoria parecía generosa.

Ema reflexionó y encontró razonable lo que decía Victoria. A la familia Yepes no le faltaba nada, pero la familia Moya se había hundido. Así que necesitaba utilizar el dinero de la familia Hernández para subvencionar a su familia.

—Victoria, ¿no te importa el poder de la familia Hernández? —Ema aún no estaba segura.

—¿Crees que me importaría? No te preocupes, solo quiero tomar mi venganza. No tengo ningún interés en competir por el poder de la familia Hernández. Incluso si me caso con Rolando en el futuro, me mudaría, pues no me gusta vivir con los viejos. —Victoria consoló a Ema.

Ahora, ella aún no era parte de la familia Hernández, por lo que no significaba nada para ellos. Sin embargo, debe trabajar con una de las dos mujeres de la familia para deshacerse de la otra.

En cuanto a Ema, que era estúpida, nadie la quería, así que Victoria no se preocupaba por ella en absoluto.

—¡Oh!, Victoria, solía pensar que eras una princesa altiva, nunca pensé que fueras tan amable. Realmente me gustas mucho, yo soy tu fan, me he visto todos tus presentaciones. ¡Eres increíble! —Ema halagó a Victoria.

—Ahora ya no me es posible bailar. Me lesionado una de mis piernas, por lo que ya no puedo bailar más. —Victoria dijo con tristeza. Ella amenazaba a Alejandro con lo de su lesión, pero al final él le había dejado claro que no volvería a ayudarla más en el futuro. Sin embargo, ella no quería rendirse.

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