Encuentro cercano romance Capítulo 44

Danitza estaba fregando el piso. Cuando Camila vio que Danitza la ignoraba, se enojó y corrió hacia el piso limpio y lo pisoteó, al instante el piso limpio quedó cubierto de huellas negras.

Danitza siguió ignorándola y volvió a fregar en silencio el suelo sucio.

—Sí que eres muy buena fingiendo. Muy bien, Danitza, algún día no podrás fingir más. No creas que puedas ganarte el corazón del señor Alejandro, porque el señor Alejandro está enamorada de alguien. —Al ver que Danitza seguía comportándose discretamente, Camila sintió que no era divertido meterse con ella.

Una vez que Danitza terminó de fregar el suelo, casi toda la gente del despacho había llegado y volvió a su mesa para empezar a ordenar sus cosas.

Isabel, que era jefa de secretaría, había sido destituida y aún no se había nombrado a una nueva, por lo que la veterana Camila actuaría como jefa por el momento.

Camila ordenó las muchas cosas que había que hacer en secretaría. Separó lo que era fácil de hacer de lo que era difícil, y lo que nadie quería hacer se lo iba a dejar todo a Danitza.

¿No dijeron que era una estudiante sobresaliente de la Universidad de la Ciudad R? Si era así debería ser la más capaz, y como la más capaz debería hacer lo que los demás no podían hacer.

—Danitza, estos son los trabajos que tienes que hacer hoy, por favor dámelos antes de que termine el día. —Camila colocó una gran pila de documentos en el escritorio de Danitza.

Danitza miró el montón de documentos y lo hojeó, era tanto el trabajo que seguramente no podría terminarlo hoy.

—Camila, es mucho, creo que no lo terminaré antes de salir del trabajo —Danitza le dijo honestamente a Camila.

—Bien, si no lo terminas ve al departamento de recursos humanos y diles que no eres capaz de ejercer bien tu puesto, pero no digas que soy yo quien te quiera despedir. —Camila era arrogante.

Pero Danitza no estaba a merced de nadie. Era una persona justa. Si eran amables con ella, sería amable con ellos, pero si querían meterse con ella, tampoco les tendría miedo.

—Camila, no tienes razón en esto. Ni siquiera una veterana como tú sería capaz de terminar todo este trabajo antes de la hora de salir, y mucho menos yo, que soy una novata aquí. Me lo estás poniendo difícil a propósito, y no lo voy a aceptar. —Danitza apartó la pila de documentos.

—¿Habéis oído eso? Danitza no sólo no hizo lo que le he arreglado, sino que está aquí para desacreditarme. Si alguien pregunta, tendréis que testificar por mí. Danitza, ¿cómo es que te atreves a buscar excusas? —Camila no esperaba que Danitza, que parecía delgada y débil, se atreviera a replicarla.

Su rostro estaba ya descontento por la ira, pero el resto de secretaría estaban del lado de Danitza.

Camila siempre había sido una prepotente con los compañeros de secretaría, incluso Isabel tenía que escucharla, pero hoy Danitza se atrevió a contradecirla y ¡todos se sintieron genial al respecto!

—No son excusas. Eres tú la que se está pasando. Está claro que no puedo acabar todo este trabajo en un día, pero insistes en que lo haga. Voy a dejar claro de antemano que necesito tres días como mínimo para todo este montón de trabajo, ya que no tendrá sentido que te lo diga cuando no pueda terminarlo —dijo Danitza a Camila.

—Bien, muy bien, hablaré con el departamento de recursos humanos. Mira, si una novata como tú ni siquiera obedece mis arreglos, ¿para qué hago de jefa aquí? Venga, ya que eres tan capaz, haz tú de jefa. —Camila se fue enfadada.

Parecía que realmente había ido a quejarse de ella. Algún compañero majo se acercó a Danitza y se apiadó de ella.

—Danitza, Camila es una veterana. Me han dicho que está emparentada con la novia del señor Alejandro, aunque puedas echar a Isabel que no tiene respaldo, no lo tendrás tan fácil con esa Camila.

Danitza sintió que era una desgraciada, le volvió a pasar algo en su primer día de vuelta al trabajo.

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