Encuentro cercano romance Capítulo 49

Danitza miró la sopa para la resaca que sostenía Diego y, como ahora tenía sed, la tomó y se la tragó de golpe.

—¿No hay más? Está bastante deliciosa. —Danitza se limpió la boca. Sentía que con un tazón de sopa estaba mucho mejor, porque si no, no sabría si podría ir a trabajar.

—Claro, cuando termine de asearse puede bajar a tomar más. —Era la primera vez que Diego escuchaba a alguien preguntar por más sopa para la resaca.

—Está bien. —Danitza estaba mucho más despejada, se dirigió al baño y se miró en el espejo, su reflejo mostraba que su carita estaba sonrojada como una manzana, además se sentía un poco caliente al tacto.

«No puedo salir así».

Danitza se colocó una capa gruesa de maquillaje en la cara para cubrir su enrojecido rostro, pero no se dio cuenta de lo pálida y aterradora que se veía su cara después de aplicársela.

Después de arreglarse, ella se puso un vestido rosa y se ató el pelo en una coleta. La cara bonita que tenía, ahora parecía ser la cara de un zombi por la cantidad de maquillaje que se había echado.

Cuando bajó las escaleras, Diego se sorprendió al ver su cara, pero tampoco dijo nada,

«Quizás ese maquillaje esta de moda este año, Realmente no entiendo a los jóvenes de ahora.» pensó para sus adentros, con sorpresa.

—Señora Hernández, ¿va a ir a trabajar hoy? —preguntó Diego con cautela.

Observó que Danitza no caminaba con pasos firmes y se preocupó por ella.

—Sí, me da cosa tomarme otro día libre. Después de todo, no es un trabajo fácil de conseguir —dijo Danitza. Dos personas habían sido despedidas por su culpa y encima armó mucho jaleo en todo el Grupo HD.

—Bueno, también es bueno que sea tan constante en ir a trabajar. —Diego pensó que Danitza era una chica agradable, no era pretenciosa ni petulante.

Después de desayunar, Danitza tomó el autobús para ir al trabajo. Se bajó en una parada antes y caminó hasta el Grupo HD.

Llegó a la oficina a tiempo, pero se sentía raro estar en un despacho tan grande sin esa persona.

«El señor Alejandro aún no ha llegado, pero él nunca llega tarde, ¿por qué todavía no viene?»

Danitza hizo toda la limpieza y preparó el café de Alejandro, pero éste seguía sin venir. Danitza se aburría y, al no venir Alejandro, no tenía otra cosa más que hacer que pasar el rato en la oficina.

—Danitza, Danitza, ven, te he traído algunos bocadillos. —Nora llamó a Danitza desde la puerta.

Le había traído una bolsa grande de bocadillos, pero no pudo decirle a Danitza que eran de parte de Antonio.

—Vaya, todos estos son mis favoritos, gracias, Nora —dijo Danitza con una sonrisa, para luego cogerlos.

—Danitza, ¿quieres venir al departamento de ventas a pasar el rato? Me he enterado de que el señor Alejandro no va a venir a trabajar hoy, parece que su primer amor ha vuelto después de tres años y va a ir a recogerla. Piénsalo, estuvieron separados por mucho tiempo, después de recogerla seguro que irán a apaciguar su pasión, así que no vendrá. —Nora le contó a Danitza la noticia que había escuchado.

Danitza, al enterarse de que el primer amor del señor Alejandro había regresado, no se sentía muy bien, sentía como si tuviera un nudo en la garganta.

—Danitza, vamos, vente a mi departamento. —Nora no se dio cuenta de que a su amiga le pasaba algo.

Danitza también sentía que lo suyo era muy pretencioso. No era de su incumbencia que el primer amor del señor Alejandro estuviera de vuelta,

«¿Por qué debería de sentirme infeliz? Debo estar dándole demasiadas vueltas al asunto.»

—Vaya, llegas tarde, mi Danitza ya tiene compromiso, quizás tengas más suerte en la otra vida —Nora bromeó con el chico.

A esto le siguió un grupo de carcajadas.

Las repentinas risas cesaron de golpe cuando vieron a un hombre que dejaba a todos sin aliento en la puerta.

—¡Danitza, creo que deberías saber dónde está tu puesto de trabajo! —Alejandro habló con frialdad.

Todo el departamento de ventas se quedó sorprendido y un silencio abrumador cubrió el ambiente.

Alejandro echó una mirada a uno de los chicos que aún tenía la mano en el respaldo de la silla de Danitza, entonces se sintió incómodo al verlo.

—Señor Alejandro, está aquí, ya vuelvo a mi puesto, ahora mismo regreso. —Danitza dejó su taza de café y se levantó apresuradamente.

Alejandro echó un vistazo a su alrededor y luego se dio la vuelta y se fue.

—Dios, Danitza, te he metido en problemas. Seguro que el señor Alejandro te echará una bronca por descubrir que no estabas en tu puesto de trabajo. —Nora también sabía que el señor Alejandro era muy duro con Danitza.

—Tranquila, vendré a visitarlos en otra ocasión. Nos vemos. —A continuación, Danitza se despidió de todos.

—Danitza, ten cuidado, no repliques a nada de lo que diga el señor Alejandro, supongo que así se calmará. —Todos estaban preocupados por ella, así que Danitza se alegró de que tanta gente se preocupara por ella, teniendo en cuenta que solo se conocieron desde hace nada.

—Sí, lo sé. Gracias, chicos. Me voy, adiós. —Con eso Danitza se despidió de todos una vez más y se apresuró a salir por la puerta solo para chocar con alguien de frente.

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