Encuentro cercano romance Capítulo 68

Victoria vio que Danitza se limitaba a mirar la televisión en vez de hacerle caso y se enfureció.

«¿No solo es una que viene de una familia en bancarrota? ¿Qué tiene para ir de creída?». Victoria se sentó junto a Danitza.

—Danitza, me he enterado de que el hombre que te humilló tiene unos sesenta años, encima es gordo y feo. ¿Cómo lo has aguantado? Da asco con solo pensarlo —Victoria irritó deliberadamente a Danitza.

Esperaba que Danitza perdiera los estribos para poder interpretar mejor el papel de «la santa».

Pero Danitza no solo no podía hablar, sino que era como si tampoco pudiera oír. Victoria dijo muchas más cosas desagradables y Danitza actuó como si no hubiera oído nada.

—Oye, Danitza, sé que no te han violado, pero ¿lo saben los demás? Aún tienes que casarte en el futuro, ¿tu novio te seguirá queriendo si sabe que una vez fuiste casi violada por otro hombre? Si estás casada, ¿no se enfadará tu marido cuando se entere? Oh, no deberías estar casada, porque no he visto a tu marido en todo el tiempo que has estado en el hospital —Victoria estaba diciendo todas las cosas desagradables que se le ocurría, porque de todos modos solo estaban ella y Danitza en esta sala.

Danitza por fin reaccionó, se giró, sonrió a Victoria y habló sin hacer voz:

—¡No es asunto tuyo!

Pero Victoria no lo entendió, solo vio la sonrisa de Danitza, tan hermosa y pura.

—¿Qué has dicho? —preguntó Victoria.

—¡Ella ha dicho que no es asunto tuyo! —Nora había regresado en algún momento. Acababa de ir a por algo de comida y Victoria se le había echado encima, qué aguafiestas.

—¿Quién eres? —Victoria no conocía a Nora, pero notaba que Nora no le miraba de forma amigable.

—Soy amiga de Danitza. —Nora dejó a un lado las cosas que había comprado. Tampoco conocía a Victoria, pero con solo mirarla se sintió incómoda, no por la envidia de su buen aspecto, sino por la forma en que parecía una farsante.

—Oh, pues se nota que son amigas, estoy aquí para ver a Danitza, ¿y las dos me tratan con tan mala educación? ¿No les han educado en casa? —Victoria se burló de Nora.

—¿Me hablas de educación? Señorita, ¿crees que tú tienes de eso? Nosotras solo somos educadas con la gente que tiene educación, ¿por qué tendríamos que ser educadas con gente como tú, que habla de educación pero no la practica? —Nora le respondió sin reparo.

Danitza no podía hablar, pero quiso hacer un gesto de aprobación a Nora. Las dos sonrieron con ganas y chocaron los cinco para demostrar su victoria.

—Qué grupo de ignorantes que son. Venir a verlas es una vergüenza para mí. —Victoria se levantó. Se creía una mujer con elegancia, porque la condición de su familia determinaba su temperamento, pero no pensó en la elegancia cuando le decía esas cosas feas a Danitza.

—Pues vete, no es que te hayamos pedido que vengas a visitarnos. ¡Una mujer como tú realmente da asco a la gente! ¡Fuera, fuera! —El temperamento de Nora era irritable y agitó la mano para ahuyentar a Victoria.

Victoria gruñó y se levantó, pero en cuanto lo hizo, vio que Mauricio miraba hacia adentro y se sentó de nuevo.

—He venido a ver a Danitza con buenas intenciones, pero ¿por qué me dicen que me largue? —dijo Victoria de manera acusadora.

El repentino cambio hizo que tanto Nora como Danitza se quedaran atónitas. ¿No era una cara dura hace un momento? ¿Para quién está actuando de buenita ahora?

—¡Danitza! ¡Nora! ¡Victoria! ¿Estáis las tres aquí? —Mauricio solo miró a Danitza y a Nora, no a Victoria.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Nora miró a Mauricio en modo de guardia.

Nora se alisó la ropa antes de sacar a Danitza de la sala.

—Ven, vayamos al baño.

Dejando a Victoria y Mauricio en la sala.

—Victoria, ¿te llevo de vuelta? —Mauricio también quería quitarse de en medio a Victoria, de lo contrario no sabría qué hacer si las tres empezaran a pelearse.

—No, gracias, Mauricio, puedo volver por mi cuenta. Estas dos no son nada fáciles de tratar, cuídate —Victoria aconsejó a Mauricio.

—Ajá, lo sé, lo sé… Ten cuidado entonces, adiós. —Mauricio acompañó a Victoria hasta el ascensor.

Alejandro estaba ocupado, así que le pidió a Mauricio que se acercara a ver si Danitza necesitaba algo, y allí estaba, en medio de una contienda, lo que le causó sustos y sorpresas.

Sorpresa porque Nora también estaba allí. Llevaba mucho tiempo pensando en ella.

El susto fue porque Victoria también estaba allí. Alejandro mimaba mucho a Victoria, por lo que sus amigos tenían que tolerarla mucho.

Por suerte Nora fue obediente. Y ahora que había echado a Victoria, podría llevarse bien con las dos que quedaban.

Pero, Mauricio se había equivocado. El hecho de haber estado de parte de Victoria había empeorado la impresión que Nora tenía de él.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Encuentro cercano