Encuentro cercano romance Capítulo 69

Mauricio había pensado que, si Victoria se iba, Nora y Danitza estarían más cómodas, de lo contrario habría una pelea entre las tres, y estaría sin saber a quién ayudar.

Pensó que había hecho lo correcto, pero cuando Nora y Danitza volvieron y vieron que Victoria se había ido, desahogaron su ira con Mauricio.

—¿Por qué sigues aquí si ella se ha ido ya? —preguntó Nora con frialdad. No aguantaba la forma en que éste ayudaba a Victoria.

—¿Que ella se haya ido, qué tiene que ver conmigo? —Mauricio estaba agraviado, ¿por qué la involucró a él si eran ellas quienes no se llevaban bien con Victoria?

Nora no prestó más atención a Mauricio mientras ayudaba a Danitza a subir a la cama y hacía que ésta abriera la boca para untarle la pomada en la herida.

La pomada se importó del extranjero y se decía que era muy eficaz para favorecer la curación de las heridas.

—Una vez aplicada esa pomada, puedes aplicar esta, que también es muy efectiva y llegó de Francia esta misma mañana. Estoy aquí para traerles esto. —Mauricio recordó en ese momento que había venido a entregar la medicina.

—No puedes hacer nada bien, rápido, dámelo. —Nora se acercó y cogió la medicina. La observó detenidamente, pero su francés no era tan bueno como el de Danitza, así que se la enseñó a ella.

Danitza lo miró y asintió, entonces Nora guardó la medicina.

—Pues gracias, ya puedes irte. —Nora comenzó a echar a Mauricio.

—Es casi la hora de comer. Mira, iré a comprarte algo para comer antes de irme. —En realidad, Mauricio había visto que Nora se había comprado mucha comida.

Pero vio que solo eran bocadillos y eso no era suficiente.

—Tengo comida, así que no te molestes, solo vete. —Nora no se molestó en darle buena cara.

Ese día, cuando Mauricio besó a Nora a la fuerza, aunque aparentemente Nora estaba enfadada, su corazón latió con fuerza.

Estos días soñó con él muchas veces como resultado del beso, pero, hoy Mauricio estuvo de parte de Victoria, así que no le quedó ni una buena impresión de Mauricio. Además, tomó su collar y no dijo que se lo devolvería.

Mauricio miró a Nora y luego a Danitza, y se acercó a Danitza para decirle:

—Danitza, fue el señor Alejandro quien me pidió que viniera a verte, así que cuídate. —Sin despedirse de Nora, se dio la vuelta y se fue.

—¿Qué clase de persona es esa? De verdad..., no se puede explicar con palabras. ¡Realmente los amigos de esa mujer no pueden ser buenas personas! ¡Todos son unos maleducados! —Nora habló a la espalda de Mauricio.

Por dentro estaba tan enfadada, «El otro día me besó, pero ahora se va sin decirme nada».

Danitza miró a su mejor amiga, quería reírse pero no podía por su lengua.

La conocía muy bien. Aunque Nora era fácil de irritarse, no daba importancia a cosas insignificantes, y cuando lo hacía, era que tenía alguna idea en mente.

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