Narra Daniel
Un tiempo después...
Escuche a Amelia llamar suavemente a la puerta de mi oficina y termine mi llamada. He estado tratando de terminar algunas cosas de último minuto para poder tomarme tiempo para la boda y la luna de miel y prestarle toda mi atención. Ella ha estado tan estresada tratando de planear el día más perfecto para nosotros, y después de que todo el caos termine, planeo mimar cada centímetro de ella como recompensa. Hace tres meses fue su graduación. Ella tenia planes mas adelante en tener su propia empresa de inversión para Jóvenes soñadores. Un meta ambiciosa según ella, pero tendría todo mi apoyo para hacerlo realidad.
—Entra—le pedí.
Abrió la puerta y entró de inmediatamente mi polla estaba dura. Se veía tan inocente y dulce, y no quería nada más que empujar mi polla en su apretado coño. Su vestido blanco era corto y se me hacia agua en la boca.
—Hola —dijo. Bajó la barbilla y me miró a través de sus espesas pestañas. Sus labios brillantes suplican que mi polla se deslizaran entre ellos—.Tengo un regalo para ti—sonrió y caminó alrededor de mi escritorio para pararse frente a mí.
Me incliné hacia atrás en mi silla, abrí bien las piernas mientras ella se movia para pararse entre ellas.
—¿Un regalo para mí? Me encanta cuando me haces regalos —dije. No pude evitar la sonrisa en mi rostro. Me encantaba saber que ella se tomaba un tiempo especial de su día solo para hacerme algo.. Estaba tan llena de vida. Me alegre de ser el afortunado bastardo que tenia la dicha de tener su amor. Descanse mis brazos a ambos lados de mi silla, y espero a que ella me mostrara el regalo. Me extendió el sobre. Lo tomé y lo abrí—.¿Qué es esto?—pregunte con asombro y emoción. La mire a los ojos y vía que estaba muy orgullosa de sí misma. Quería llevarla a casa y follarla sin sentido, pero espere.
—Es un libro sexual—respondió—.Hay todo tipo de cosas para ti adentro, y puedes usarlas en cualquier momento y en cualquier lugar —me dijo.
Solo me tomó unas cuantas caricias más en su clítoris y ella explotó alrededor de mi polla y rompiendo nuestro beso. Arqueó la espalda y dejó escapar un grito de éxtasis mientras se corría sobre mi polla.
—¡Si!
La sensación de su humedad saliendo de su coño y goteando por mis bolas me dejó incapaz de aguantar más. Empuje dentro de ella una última vez y me vacíe dentro de ella, su codicioso coño tratando de tomarlo todo. Una vez que le di mi última gota, se derrumbó sobre mi pecho y se acurrucó contra mí. La rodee con mis grandes brazos y la abrace. Bese su frente y acaricie su espalda mientras unos pequeños apretones de su coño me agarraron.
—Eso fue perfecto —mencione. Ella era lo más importante de mi vida. Estaba tan feliz de finalmente casarme y hacer oficial lo que teníamos. Puede ser peculiar para algunas personas nuestra relación, pero sus opiniones no me importaban ¿Cómo podría no amarla? Ella era más que perfecta. La bese en la frente por última vez, odiando romper nuestra burbuja de intimidad, pero estaba ansioso de casarme con ella y ser su esposo.
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