Así que, ¿todo su esfuerzo durante tantos años fue en vano?
¡Belmira casi quería morirse!
Por suerte, esta vez se dio cuenta a tiempo, si no, tendría que vivir con la fealdad por el resto de su vida.
"¿Qué pasa? ¿Hay algún problema?".
"¡No!", respondió Belmira con un rostro lleno de frustración.
"Je...". La risa suave del hombre llegó a sus oídos.
Belmira se volteó hacia el hombre con una sensación de horror.
La cara del hombre estaba aún más deslumbrante que lo habitual, no tenía la frialdad o ferocidad acostumbrada... Lorenzo estaba sonriendo...
Ella ya había notado que ese día parecía estar de muy buen humor. ¿Sería porque había dormido bien anoche?
La naturaleza irascible y colérica de Lorenzo también tenía mucho que ver con su insomnio crónico, nadie podría soportar la falta de sueño durante tanto tiempo.
Pensando en eso, Belmira comenzó a maquinar.
¿Debería aprovechar el buen humor de Lorenzo y pedirle que la dejara salir?
Debido a un intento de fuga, Lorenzo la había encerrado en casa en un ataque de ira y le prohibió incluso ir a la escuela.
Justo antes de bajar las escaleras, había recibido un mensaje de texto del encargado de su clase para notificarle que debería asistir a clases o de lo contrario, si seguía ausentándose, podría ser sancionada o incluso expulsada de la escuela.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Eres mi Uno en Diez Millones