Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1001

-Bernabito, ya soy mayor. Recuerdo que el señor Jorge te hizo regresar a patria con tus padres, ¿no? ¿Por qué decides quedarte de repente? ¿Esto es la idea tuya?

Bernabé movió la cabeza, -es la idea de mi madre. Pasa lo que pasa, no regresaré con ellos. Dylan, ¿es que no quieres llevarme a casa?

Al escuchar esto, Dylan negó con la cabeza.

-¿Cómo es posible? Si quieres quedarte con Jorge, él se sentirá bastante alegre. Pero...

Dylan todavía estaba preocupado.

Pero en este momento, le tomó la mano del mayordomo este niño, caminando hacia el exterior del aeropuerto.

Cuando los dos subieron al coche, Dylan recordó que se fueron a buscar a Bernabé Anthony y Lolita. Justo en este momento sonó el teléfono móvil al mismo tiempo que se dispuso a llamarlos.

Tomó el móvil.

-Señor Anthony.

-Dylan, ¿dónde estás? Fui a buscar a Simón, pero me dijeron que lo sabría yo cuando regresara. Ahora, ¿Qué pasa? ¿Y dónde está el niño?

-Señor Anthony, tengo que llevar a nuestro señorito a casa -dijo Dylan después de explicarle sencillamente-. Me falta tiempo para contarte los detalles. Regresad a casa temprano. Y tened cuidado en el camino.

Luego le colgó el teléfono.

-No, podéis llevarme juntos...

Anthony no acabó sus palabras ya que le cortó la señal, -Joder, ¿por qué colgó el teléfono tan rápido? Todavía quiero saber cómo es la apariencia del niño.

-Se parece tanto al jefe que se podría decir que son idénticos -dijo Lolita al escucharlo.

-¿Son idénticos? -Al imaginar que este niño de unos cinco años tenía la misma cara de Simón, se le ocurrió a Anthony una ola de escalofrío, pensando que este niño no sería lindo.

“¿Un niño que se parece a Simón? ¡Esto es horrible!”

Anthony no podía pensar en esto.

-Sí, bastante mono -lo añadió Lolita en este momento.

Se sintió aún más disgustado por su comentario.

-Basta, deja de decir eso, me siento horrible. ¿Cómo sería este niño? Quería verlo antes, ahora ya no tengo curiosidad.

“Cuando nos encontremos, ¿este chico me mirará con los mismos ojos fríos de Simón?”

-¿Qué quieres decir con estas palabras? ¿Sabes cómo hablar? -Lolita le lanzó una mirada. Evidentemente, ella estaba un poco enfadada oyendo sus comentarios.

-¿No he dicho la verdad? ¿No crees que Simón tiene una cara temible? Si su hijo se parece a él, ¿cómo es posible que sea mono?

A los ojos de Lolita, Bernabé era bastante gracioso de veras. Aunque se parecía a Simón, este chico presentaba un carácter totalmente diferente a su padre. Además, a primera vista, todo el mundo no podría dejar de elogiarlo por su hermoso aspecto.

-¿Qué dices? ¿De dónde viene la palabra “horrible”? Notablemente, Mi jefe es el sueño de todas las muchachas, no como tú...

Las últimas tres palabras le molestaba muchísimo a Anthony y casi lo hizo saltar.

-Lolita, ten cuidado en hablar. ¿Qué significa lo que has dicho? ¿No soy tan guapo como Simón? ¡Yo soy cien veces más guapo que él!

-¿Acaso te atreves a decir estas palabras frente a Simón?

Anthony se quedó sin palabras.

-Cuando lo hagas, estoy convencido de que eres cien veces más hermoso que él.

-Vale -dijo Anthony-. ¿Crees que no me atrevo, tonta? Pero el problema es que Simón se ha embarcado y no puedo pasar el chequeo de seguridad. ¿Cómo lo hago?

Después de su discurso, Lolita le dio un móvil diciendo, -Por el móvil.

Al oírlo, le caía la saliva de inmediato pero considerando la imagen la contuvo al final. Seguió a Anthony a subir al coche como una colita. Se sentó en el copiloto. Cuando terminó atar el cinturón de seguridad, empezó a fijar bien en Anthony.

-Me esforzaré a ganar dinero y luego te invitaré como devuelvo.

Viendo la cara sincera de ella, él asintió con la cabeza y con los labios arriba.

-Bien. Lo esperé.

-¡Bueno!

***

En la casa de Carlos.

Un anciano se ponía de pie delante de la ventana con un bastón. Su figura parecía solitaria y triste, y aunque miraba hacia fuera, sus pensamientos se alejaban.

-Ellos deberían haber embarcado, ¿no? -Después de un buen momento, Jorge se murmuró con un tono melancólico.

Posiblemente a causa del largo tiempo de pie, así que él no pudo aguantarlo y sólo pudo caminar hacia le mesa con el bastón.

Cuando se sentó, una criada le sirvió el té inmediatamente.

-Señor, no sea tan triste. Tome el café.

Mirando el café que puso la criada, a pesar de que esto era su favorito, pero hoy Jorge no sentía nada ansia de tomarlo e incluso se sentía algo enfadado, -Retíralo.-

-¿Señor? -la criada se sintió desconcertada.

El viejo movió la cabeza y ni dijo nada.

-¡Sí! -lo entendió la criada de inmediato.

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