Frida cayó en sus brazos inmóvil, el efecto de la droga había matado su última pizca de conciencia y fuerza.
Los movimientos de Simón para desabotonarse eran muy similares a una máquina con muchos años de antigüedad, muy torpes.
Frida solo se quedó mirando en silencio con los ojos entreabiertos.
La respiración de los dos aceleró.
Después de quitar el último botón, Simón se levantó repentinamente de la silla de ruedas sosteniendo a Frida.
La confundida Frida ni siquiera se molestó en saber por qué una persona discapacitada de repente se levantaba de la silla de ruedas.
La llevó paso a paso hasta la cama grande del dormitorio y la colocó en la cama blanda.
Su cabeza tocó la almohada suave. Luego un cuerpo pesado y caliente se echó encima de ella. El aura fuerte del hombre la rodeaba y sus grandes manos calientes estaban sujetando su cintura.
-Te preguntaré por última vez, ¿realmente te lo has pensado bien?-
Frida no dijo nada.
-¿No te arrepientes?-
Parecía que estaba hablando solo, pero Simón insistió en preguntárselo.
Entrecerró los ojos y se acercó a ella. Sus labios finos rozaron sobre su labio superior, y le preguntó en voz baja, -¿Sabes quién soy? Si no puedes decirlo, no te ayudaré.-
¿Frida seguía sin decir nada?
-¿Eh?- Simón la levantó y con destreza le desabrochó los botones de la espalda, -¿Quién soy?-
-Mmm...- Frida abrió los ojos con dificultad y miró a la persona frente a ella.
Al principio veía dobles, pero luego se superpusieron lentamente, y con solo una mirada...
Simón la escuchó susurrar, -Si... Simón...-
Entonces se quedó satisfecho. Sonriendo besó su labio superior, -Buena chica.-
Finalmente dejó hacer eso de tentarla y no complacerla.
Era como un escalador, esquivando todos los obstáculos con flexibilidad y acercándose a la cima de la montaña a gran velocidad.
Cuando finalmente llegó a su destino, Frida solo sintió un dolor que venía de alguna parte, lo que la hizo consciente durante unos dos segundos y abrió los ojos bien grandes.
En ese momento, los ojos de Simón estaban llenos de luz, como si miles de estrellas estaban iluminando en sus ojos.
Frida estaba estupefacta, sus hermosos ojos se abrieron más grandes para mirarlo fijamente.
Sus finos labios tocaron sus ojos. Su voz era ronca.
-A partir de ahora, no importa a dónde vayas o cuál sea tu identidad, recuerda este momento.-
*
Frida tuvo un largo sueño.
En el sueño, se convirtió en un conejito blanco que se perdió en el bosque. Luego se encontró con un lobo feroz que parecía tan hambriento que el conejo se dio la vuelta y se escapó.
Pero sus patas eran demasiado cortos y no salió de la zona de lobos feroces después de correr durante mucho tiempo.
Pronto, fue capturado por el lobo feroz.
Luego, el lobo se comió el conejo entero.
¡Frida se despertó asustada y abrió los ojos de repente!
Después de abrir los ojos, se dio cuenta de que estaba dentro de una habitación con una decoración blanca por todas las partes, donde había un aparato a su lado que producía sonidos y un olor a desinfectante que envolvía todo su entorno.
¡Era el Hospital!
¿Por qué estaba ella allí?
Al oír eso, Frida recuperó sus sentidos y negó con la cabeza, -No es necesario Melba, no siento ninguna molestia, no es necesario llamar a un médico.-
-¿Entonces quiere un poco de sopa?-
Melba se puso de pie, desenroscó la botella térmica y le sirvió un plato de sopa a Frida. Frida también se sentía hambrienta, así que asintió y estiró las manos para coger la sopa de pollo cortésmente. Luego bebió la sopa de pollo tranquilamente.
De improvisto preguntó, -Simón... ¿vendrá pronto?-
Melba sonrió y dijo, -Sí, me dijo el señor Simón que volverá pronto y que cuidara de la señora Freixa mientras tanto.-
Entonces Frida exhaló un suspiro de alivio, “Menos mal que vendrá”.
Porque ella tenía muchas preguntas que hacerle.
Mientras bebía la sopa de pollo, Melba de repente dijo, -Señora Freixa, no es que quiera regañarle, pero ustedes los jóvenes deben controlarse. Eso de que tenga que venir al hospital por ese tema es malo para su salud a largo plazo.-
Al escuchar eso, Frida detuvo su gesto de tomar la sopa de pollo. Luego con la cabeza ligeramente inclinada pensó, “¿Por ese tema?”.
Ese tema, ¿a qué tema se refería?
-Incluso si son jóvenes recién casados también deberían ser moderados. Después de todo, les queda mucha vida por delante. Señora Freixa, realmente se lo aconsejo porque yo ya tengo edad y ya he pasado por eso, no se enojará conmigo, ¿verdad?-
Frida dejó la sopa de pollo que sostenía y preguntó, -Melba, creo que no te he entendido muy bien.-
Melba no supo cómo responder.
“¿Cómo se lo puedo decir a la señora?”. Melba dudó durante mucho tiempo y luego de repente señaló el cuello de Frida.
Frida inconscientemente bajó la cabeza en la dirección que señaló, pero no pudo ver nada.
Melba, -...Señora Freixa, en fin, que es mejor que los jóvenes sean un poco más moderados. Solo tenga en cuenta estas palabras y ya.-
Frida pensó que Melba era rara, porque decía unas cosas que... no podía entenderlas en absoluto.
Frida se fue al baño cuando terminó de beber la sopa de pollo, y entonces al verse en el espejo, ¡de repente se dio cuenta de lo que significaban los comentarios de Melba!
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