Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1031

Después de decirlo, Rafael examinó el aspecto de Simón.

Simón todavía estaba muy tranquilo, mientras recogió el documento y lo abrió. Rafael sudó mucho en la espalda, -Señor Simón, ¿qué tal si se toma el tiempo? Yo…¿volveré?

Aunque había dejado a Ariana que suprimiese algunos párrafos no importantes, no estaba muy cierto, después de todo, se sentía muy avergonzado por escribir este asunto, especialmente los detalles de meter el afrodisiaco.

En ese momento Ariana le dijo que lo narrase como la historia de otra persona, y que no estuviera nervioso. Cuando lo dijo, también se sentía como repetir lo que vio.

Hasta que entregase él este documento a Simón, iba sintiendo el peligro.

De repente, Simón levantó la mirada, que se caía en la cara de Rafael.

-¿Estás nervioso?

Al oírlo, Rafael chupó subconscientemente los labios, y sacudió la cabeza, -No.

¿Cómo podría ponerse nervioso? ¡Qué divertido!

-¿No? -Simón retrajo la mirada, dijo indiferente, -Pues espérame aquí, déjame leerlo.

Rafael no sabía cómo replicar.

¿Qué podría decir? Estaba nervioso, lo que se vio claramente, ¿por qué le preguntó con intención?

Él no podía contestarle que estaba realmente nervioso.

De verdad, no estaba tan seguro de este documento.

Por lo tanto, cuando Simón iba a ver, Rafael decidió darle a Simón un poco de preparación psicológica por adelantado.

Con una tos ligera, Rafael le informó, -Señor Simón, le pedí a otra persona que me escribiese este documento.

-¿Otra persona? -Simón levantó las cejas, y parecía recordar algo-. ¿Está todo arreglado?

Rafael entendió lo que estaba indicando, asintió con la cabeza, -No se preocupe, he de asegurar la confidencialidad, pero…la gente que me escribió el documento es una chica, su técnica de escritura es un poco soñadora, pues…

Rafael se detuvo sensatamente, ya que lo había dijo tan claramente que el señor Simón tuvo que entenderlo.

-Lo veo -Simón lo ignoró y bajó la cabeza para leer.

Estaba muy serio y sincero viéndolo, como si fuera un tesoro precioso en vez de un documento.

En realidad, para Simón, eso se trató del pasado de Xenia, que era su tesoro.

Prestó mucha atención en la nota, parecía que no le importaron el estilo y la gente que lo escribió.

Al principio, Rafael estaba muy nervioso, pero poco a poco se relajaba, ya que se encontró que Simón a lo mejor se hundía en sus recuerdos. Frunció el ceño a veces. Rafael pensaba que no estaba satisfecho de la historia. Pero cuando iba a explicarlo, Simón no tenía señal de reprenderlo, sino que seguía leyendo con el ceño.

Un rato después, Rafael lo vio frunciendo el ceño cada vez más serio, incluso mostrando amenaza. Rafael pensó que no podía evitar el castigo esta vez.

Pero Simón se comportó sin cambio, ni paró ni reprendió.

Como lo sabía sobre Simón, Rafael lo observaba con cuidado. Se encontró que se cambiaba de humor por los ojos, aunque se vio muy tranquilamente desde fuera.

Sólo debido a que llevaba muchos años acompañando a Simón, Rafael podía darse cuenta de los cambios en sus ojos.

Por eso, ¿el señor Simón realmente se sumergía en los recuerdos?

¿Mostraba la amenaza antes debido a que recordó lo pasado? ¿No por él?

Por eso, Simón estaba luchando contra las escenas que fluyeron rápidamente. la lucha era dura pero Simón no tenía miedo.

Poco a poco, le iba doliendo la cabeza.

Sudó por toda la espalda, pero debido a que estaba en invierno, no se vio la camisa húmeda debajo del abrigo.

Se le cayó el sudor frío desde la frente, uno tras otro, por la cara hermosa hasta el documento.

Le dolía mucho.

Aunque era así, insistía leer la página siguiente.

Cuando leyó los argumentos de que Xenia fue metido el afrodisiaco, casi estaba a punto de vomitar sangre por la ira fuerte.

Se reprochó más a sí mismo su irresponsabilidad. A Xenia no le había protegido de los daños.

Al mismo tiempo, Xenia también estaba soñando.

En el sueño, regresó a la época cuando acababa de casarse con Simón y le pasó otra vez lo que había pasado. Cuando se despertó, se dio cuenta de que estaba sudando bastante por toda la espalda.

Ella encontró su corazón latiendo muy rápido, incluso se sentía inestable en su vientre. Si latía tan rápida, su bebé también debería sentir mal.

Por lo tanto, Xenia tuvo que tranquilizar las preocupaciones y el miedo, y pensar en más buenos asuntos y las ideas que pertenecía a ahora.

Gradualmente, Xenia se aliviaba. La ropa estaba tan mojada que no pudo llevar más. Tuvo que levantarse de la cama y sacar la ropa nueva desde el armario para cambiar.

La casa estaba muy silenciosa, ni tenía un sonido.

Xenia recordó que se había dormido en la sala de estar. Debido a que no tenía gana de descansar inmediatamente cuando estaba tan llena, después de regresar a casa, se había tumbado en el sofá con el mando a distancia de tele.

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