Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1154

Las palabras de Diego hicieron que Naomí se quedara quieta y no avanzara. Entonces Diego se acercó a ella con un par de zapatos, se agachó y le dijo:

-Los zapatos que llevas son demasiado grandes y tiendes a caerte, así que ponte estos primero.

Naomí miró las zapatillas de mujer azul claro que tenía delante y le dio las gracias. Después de ponerse los zapatos que le quedaban bien, estaba a punto de guardar el par que no le quedaba bien, cuando Diego se movió más rápido que ella.

Diego recogió los zapatos que no llevaba y se marchó. Naomí se quedó quieta, miró el vestido que llevaba y luego las zapatillas que llevaba en los pies, y suspiró de alivio por dentro.

"Afortunadamente la estética de Diego es la de un hombre normal."

Si la estética de Diego fuera pobre, podría haber pensado que a las chicas les gustaba el color rosa. Entonces podía que el vestido y los zapatos que llevaba hoy Naomí eran de rosas.

Naomí siguió a Diego bajando las escaleras, donde Coco, la gatita, ya estaba sentada en una silla esperando su comida; Coco vio a Naomí y maulló, así que Naomí fue inmediatamente a sentarse a su lado.

Naomí estaba nerviosa por comer a solas con Diego por primera vez y no sabía qué hacer, así que siguió acariciando la cabeza de la gatita repetidamente.

Coco maulló. Se sintió un poco incómodo y forcejeó un poco, tratando de zafarse de las malvadas manos de Naomí.

-No te vayas -susurró Naomí, cogiendo en brazos a la gatita que intentaba escapar. Como Naomí estaba muy nerviosa, no dejaba de acariciar la cabeza del gatito.

-¡Miau! -Coco protestó descontenta, forcejeando ligeramente.

-La dejas pasar -Diego habló de repente. Asustada, Naomí miró a Diego y se soltó inconscientemente.

Liberadoa, la gatita huyó inmediatamente de los brazos de Naomí y pronto desapareció del comedor.

Naomí no sabía qué decir porque Coco corría muy rápido, como si le tuviera miedo, y Naomí se mordió el labio suavemente, sin atreverse a mirar a Diego a los ojos, cuando oyó que éste le dijo:

-Después del desayuno, te llevaré a casa.

-De acuerdo -Naomí bajó la cabeza para comer.

Naomí comió despacio, pero cuando estaba a punto de terminar, oyó unos pasos y levantó la vista para encontrarse con Carmen, que llevaba tacones altos y hacía un sonido crujiente al caminar, se sonrojó y apartó la mirada tímidamente, pensando:

"¿Qué hace Carmen aquí? ¿Me verá a mí y a Diego aquí y pensará…"

-Buenos días, señor -Carmen los vio a ambos desayunando cuando entró y se sentó al otro lado de la mesa, sacando la información que había traído.

-Buenos días -Naomí escuchó la voz tranquila de Diego, fría y sin ondulaciones, como el agua de un lago invernal.

-Esta es la información que he coleccionado de la noche a la mañana, y también me he tomado el tiempo de recopilar sus condenas anteriores, sus fraudes son enormes y extensos. Sobre la base de este, me temo que tendrá años de prisión.

Naomí miró a Carmen en silencio al darse cuenta de que lo que estaba hablando tenía algo que ver con ella, Naomí pensaba que Carmen miraba atentamente la información o a Diego mientras hablaba, pero Naomí levantó la vista y se dio cuenta de que Carmen también la estaba mirando.

Naomí apartó rápidamente la mirada, con las orejas y el cuello enrojecidos por la timidez.

Naomí se dio cuenta entonces de que acababa de reaccionar muy intensamente, y con una mirada avergonzada a Diego y Carmen, se dio la vuelta y subió las escaleras corriendo.

-Te lo creo, ¿por qué corres? -al oír la voz de Carmen, Naomí corrió aún más rápido.

La reacción de Naomí fue muy graciosa y Carmen miró a Diego y le preguntó:

-Señor Diego, ¿realmente no les pasó nada anoche?

Diego miraba el desayuno inacabado de Naomí, con el ceño fruncido, y nadie más podía adivinar lo que pensaba, Carmen se limitó a acercarle los papeles y le preguntó de nuevo.

-¿Señor Diego?

Diego finalmente la miró de reojo, pero con un poco de descontento, y la reprendió:

-Has dicho demasiado. Lleva esta información a la comisaría y archívala, luego envía una copia a su empresa.

Al oír estas palabras, Carmen se sorprendió un poco; parecía que Diego estaba empeñando en arruinar el futuro de este hombre. Una vez que la policía hubiera introducido los antecedentes penales de este hombre, ninguna empresa se atrevería a contratarlo ni siquiera después de que saliera de la cárcel. Al pensar en esto, Carmen se sintió un poco celosa, nunca había pensado que Diego pudiera encariñarse con una mujer.

-Bien, ¿qué va a hacer con Naomí? Había pensado que lo ocurrido anoche la habría traumatizado, pero no parece haber nada anormal en su estado mental. En ese caso, los dejaré solos, señor, que aproveche su oportunidad.

Carmen terminó, cerró la carpeta y se fue sonriendo. Ella pensaba que Diego habría tomado un enfoque agresivo para cortejar a Naomí recientemente, ya que Diego había traído a Naomí a su casa. Carmen había estado trabajando como secretaria de Diego durante muchos años, lo conocía un poco su jefe.

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