Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1158

Mateo, quien era un hombre gritón y corpulento, de torso robusto que solía tener un carácter bastante irascible, salió a sobrevienta de entre la muchedumbre con una cara seria y aterradora. Habitualmente, los padres de Naomí parecían ser amables y se llevaban bien con los vecinos aunque no tenían unas amistades estrechas. Así que esta era la primera vez que todos le habían visto a Mateo tan enojado. Y cuando los vecinos vieron esta escena, se hicieron a un lado porque eran unos chismosos que pasaban todos los días charlando mientras tomaban tés y no tenían la intención de buscarse los problemas.

La primera en apoyarle a Cristina fue una mujer joven, pero vio que todos los vecinos ya se habían apartado a un lado, le ayudó a ponerse de pie y dijo atropelladamente -Cristina, levántate y mucha suerte.

Después de terminar de hablar, ella también se alejó de ella.

"¿Por qué os habéis vuelto unos cobardes? ¿Me dejáis botada así? " Todo el mundo le tenía miedo a Mateo, pero Cristina enderezó la espalda y le dijo -Mateo, llegas justo a tiempo, ¿ cómo le has enseñado a tu hija, que dejas que ella ande diciendo unas calumnias sin ninguna evidencia? La vi crecer cuando era una niña y yo soy como su madre, aunque me estoy haciendo mayor y no tengo hijos a mi lado, tampoco podéis hacer todo lo que queráis conmigo...

Brisa que estaba detrás de Mateo escuchó lo que dijo Cristina, no pudo tolerar a esta sinvergüenza.

"¿Cómo que le viste crecer y eres como su madre? " Recordó que la cita a ciegas que había organizado para su hija era lo peor, y ahora estaba armando el escándalo delante de esa gente, que si todo el vecindario se enterase, ¿cómo sería la reputación de su familia Sáenz y su hija?

Pensando en esto, Brisa le dijo con sarcasmo -Mira, señora, admito que le presentaste a mi hija un novio y le viste crecer cuando era muy pequeña, ¿pero cómo que eres como su madre? ¿Y entonces no somos sus padres o qué?

Cristina no esperaba que reaccionara así, y se quedó en silencio durante un momento, -no te lo tomes tan en serio, solamente lo que quiero decir es que ella tenga que respetar a los mayores como yo?

-Si no eres su madre, no tienes derecho a ordenar a nuestra hija.- Brisa dio un paso adelante y le empujó a su marido a un lado.

A lo largo de muchos años de experiencia, ya sabía muy bien lidiar con una mujer como Cristina.

Desde hacía rato Los Sáenz ya escucharon que esta mujer no paraba de hablar mal de ellos. Ahora Brisa ya estaba cada vez estaba más furiosa, por lo que le dio un ultimátum para decirle -Por cierto, te he escuchado que estás mancillando la honra de mi hija diciendo que tiene un novio mientras te ha pedido que le presentaras otro, ¿no sabes distinguir lo justo de lo erróneo? Al principio, nosotros no estuvimos de acuerdo con la cita a ciegas, pero tomaste la decisión por tu propia cuenta de llamarle a este Gaitán y fuiste al restaurante de ramen a buscar a Naomí para presentárselo. ¿Cómo que fue mi hija quien te había pedido que le presentaras un novio? Además, señora, dijiste que el novio de mi hija le había pegado a Gaitán y en ese momento se encontraba en un hospital con decenas de costillas fracturadas, eso tampoco es cierto, no?

Naomí se hizo a un lado mirándole fijamente a su madre. Después de escuchar estas palabras, se sintió muy satisfecha y al mismo tiempo tenía más confianza. pensaba que a sus padres les importaría más la fama y no harían público este asunto, y que lo resolverían en privado, pero no esperaba que se pusieran a discutir con esta mujer.

-¡Brisa! ¡A ver explícame bien! ¿Cómo que no sé distinguir lo justo de lo erróneo?

-¿Tú fuiste al restaurante a organizar la cita a ciegas? ¡Había muchos testigos! Si ni siquiera no admites esto, parece que todo lo que acabas de decir es una difamación, ¿no?

-Está bien. ¿Pero y qué? ¿Acaso no lo hice por tu hija? Gaitán es un chico muy bueno, ahora se encuentra en hospital por vuestra culpa, qué lástima.

-Cristina, no cambies de tema, dejémoslo claro. ¿Por qué dijiste todas esas mentiras. ¿Cuál es la razón? ¿Lo de Gaitán tampoco es cierto,no? llamemos a la policía directamente para ver qué es lo que realmente pasó.

-¡No es necesario! -Naomí se paró a un lado mirando a todos con una expresión indiferente –Señores y señoras, sois mis vecinos. Debido a que vosotros sois mayores que yo, por lo que tengo que respetaros un poco, pero si abucheáis por este asunto, no me vayáis a culpar por ser tan petulante porque quiero deciros que es imposible que mi amigo hubiera golpeado a alguien. Si lo hubiera hecho, sería porque este pervertido se lo mereció.

-Oye, niña, ¿tienes miedo a que todos vayamos al hospital?

-¿Cómo que tengo miedo? -Naomí curvó los labios y miró de reojo a Diego, quien estaba sentado detrás para observar lo que estaba pasando. Y no hizo ningún movimiento sino se quedaba allí para ayudarla en silencio.

Antes de venir, leyó la copia de documento extra de Carmen y supo que este Gaitán realmente cometió muchos crímenes.

Los dos se miraron, y Diego adivinó sus pensamientos y asintió con la cabeza.

Ella estaba tranquila y tomó una decisión.

-No es necesario ir al hospital en absoluto porque no vais a encontrar nada, y sabréis la verdad cuando vaya a la cárcel.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón