Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1169

-¡Coco es tan lindo! -El ronroneo de la pequeña gata emocionó a Naomí.

Naomí echaba de menos, de repente, una noche de hace unos días en la que estaba de mal humor y Coco le frotaba la cabeza contra el brazo de vez en cuando, susurrando para consolarla.

Y ahora también.

Pero también recordó la cara de disgusto que puso Coco después.

Con esto en mente, Naomí tecleó inmediatamente.

-Parece que a Coco no le gusto, la otra mañana intenté acariciarlo y salió corriendo en cuanto me vio. Cuando tenga la próxima oportunidad, lo abrazaré todo el día.

Un momento después de enviar el mensaje, Naomí se dio cuenta de que lo que había dicho parecía demasiado casual.

"¿Diego me encontrará molesto así?"

-No hace falta que esperes, mañana verás a Coco -respondió Diego a su mensaje justo cuando ella pensaba.

Naomí miró el mensaje con cierta emoción. Todavía se sentía tan irreal.

"¿Acabamos de estar juntos? ¿Cuándo empezaron a cambiar las cosas exactamente? ¿Le gusto? Y si es así, ¿cuándo empezó a quererme?"

Varias preguntas seguidas se vinieron a la cabeza, haciendo que a Naomí le explotara la cabeza.

De repente, el teléfono volvió a sonar.

-¿Te recojo mañana?

-Pero tienes que ir a la oficina, ¿no tienes que trabajar mañana?

-Es fin de semana.

"Así que es fin de semana. Si es una pareja normal, deberían tener una cita, ¿no?" Pero su novio era Diego, así que Naomí no se atrevió a esperar que lo hiciera.

-No hace falta que vengas a recogerme, envíame la ubicación y vendré a verte mañana cuando haya terminado con mis asuntos.

Diego no se lo pensó demasiado y le envió la ubicación directamente.

Naomí estaba tan contenta que decidió ir al supermercado después de despertarse, y acercarse a él por la tarde.

Justo cuando Naomí se disponía a dar las buenas noches a su novio, recibió un mensaje de voz de Diego.

-¿Ya no me hablas por teléfono? -Una voz masculina y grave llegó a los oídos de Naomí.

-Es tarde, en otro momento, acóstate temprano, buenas noches.

A continuación, Naomí también envió un simpático emoji de buenas noches.

Contemplando el emoji, Diego se paralizó por un momento antes de sonreír.

-Jajaja -Mateo se sentó a su lado y también preguntó-. ¿Y a qué se deben las ojeras? ¿No has dormido bien esta noche?

Naomí se quedó sin palabras, sentía que era un error desayunar con sus padres

-Mamá y papá, voy a estar ocupada los próximos dos días, así que no estaré en la tienda, así que os pido que os ocupéis de la tienda por ahora, y si lo necesito, contrataré a más personal -Tras decir esto, Naomí se levantó enseguida y se dirigió a la habitación.

-Todavía no has terminado tus gachas -dijo Mateo.

-No tengo apetito ya.

La puerta de la habitación se cerró de golpe.

-¿No tiene miedo ella de pasar hambre? -preguntó Mateo a Brisa.

Brisa hizo una mueca y se sentó, luego miró con recelo a su esposo,

-Ya no tenemos que protegerla.

-¿Qué pasa?

Brisa no quiso darle explicaciones y se limitó a comer tranquilamente sin contestar.

Pero no había esperado que la relación entre Naomí y Diego se desarrollara tan rápida. Habiendo visto antes la desesperación de Naomí por el afecto, había pensado que su hija siguiera sufriendo, pero no tan pronto...

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