Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1194

En frente de las preguntas de Brisa, Rafael se las contestó adecuadamente. Los dos hablaron por un momento.

Brisa le echó el té mientras dijo, -¿No es que acabas de volver? ¿Por qué no vuelves a casa a descansar un poco?

A Rafael le ocurrió algo y dijo sinceramente, -He descansado, por eso vengo.

¿Había descansado? Brisa subió las cejas y miró su apariencia de cansancio en el viaje, cómo era posible que hubiera descansado? No fueron a creer en estas palabras las chicas, cuánto más para ella que había vivido la mitad de su vida.

Pero la contesta de Rafael también fue apropiada, Brisa tampoco echar por tierra sus palabras, sólo dijo,-Está bien si descanses un poco, estás muy ocupado. Eres muy joven todavía, tienes que cuidarte bien. No es como nuestra Naomí, se pierde por el amor. No duerme por medianoche y ¿no se sabe de qué está alegre con el móvil cogido?

Rafael estuvo cogiendo el vaso, paró un momento después de oír eso y echó un poco de té fuera del vaso.

Brisa vio esta reacción inapreciable.

Pero ella quiso contarle todo hoy, aunque se dio cuenta de que Rafael estuvo incómodo en su corazón en este momento, fue un paso que tuvo que pasar.

-Ahora es muy conveniente de estar enamorados para los jóvenes, podéis decir algo como queráis por el móvil. No era como nosotros en el pasado, sólo pudieron escribir las cartas después de la cita a ciegas, no era muy conveniente.

La sonrisa de Rafael desapareció un poco, aunque había adivinado el resultado más o menos, tampoco pensó que pasó tan rápido.

Era demasiado rápido... que le hizo encontrarse inadvertido.

Él supo que no tuvo tiempo suficiente, pero no supo que estuvo retrasado tanto.

Rafael bebió un té a sorbos.

El sabor amargo se extendió por toda la boca, pasó por la garganta y entró en la corazón directamente.

Después de un rato, él se rio levemente.

-Sí, la tecnología está desarrollada, es muy conveniente de hacer cualquiera cosa.

Evitó hablando del noviazgo de Naomí.

Brisa supo que él debió oírlo, pero no supo cómo pensó él. Sólo le vio beber el té uno trás uno, tomó varios a continuación.

Por lo contrario, Naomí que estuvo fuera no supo nada de lo que hizo Brisa. Ella todavía estuvo envedijándose por cómo contó claramente las cosas a Rafael. Realmente ella había expresado claro, pero fue evidente que Rafael estuvo reacio a abandonar su idea. Si no que no vino aquí después de volver esta vez.

Al pensar en eso, Naomí se envedijó mucho y mordió sus dedos.

¿Qué era la mejor manera de hacerlo ?

Pensó de vuelta, Naomí decidió a contarle la verdad directamente. Le dijo al grano, después de saber que ella estuvo con Diego, Rafael debió dejar esta idea para siempre.

En el momento que ella lo pensó claro y preparó para llamar a Rafael, Brisa y Rafael salieron desde dentro.

-Gracias por el té, señora Brisa. Vuelvo a casa ahora, os visitaré cuando tenga tiempo la próxima vez.

Brisa le agitó la mano, -Vale, descansa bien en casa, Rafael. Debes estar cansado por el trabajo recientemente, coma bien cuando vuelvas.

-Gracias por su preocupación.

Rafael volvió el cuerpo hacia Naomí, llevó una sonrisa muy ligera en los lados de labios. Él tampoco dijo nada, sólo la miró. Brisa empujó el brazo de Naomí,- Acompaña a Rafael fuera.

-Sí... Naomí se volvió a conciencia, asintió con la cabeza desordenadamente y acompañó a Rafael andando hacia fuera.

Rafael vino conducido, Naomí vio que él vino solo, se preocupó un poco, -¿Conduces aquí solo?

-Sí.

Rafael subió al coche y condujo el coche por una distancia antes de paralo. Lo paró al lado de la calle y sacó el regalo.

Él abrió la caja, hubo una horquilla exquisita y pequeña dentro.

Fue descubierta sin intención cuando él pasó por un mostrador de cristal durante el tiempo que estuvo tratando. el trabajo en el extranjero. Pareció que fue una horquilla pequeña, pero fue hecha por una persona famosa, por eso su precio no era barato.

Él no tuvo otra imaginación, sólo que le recordó a Naomí cuando vio esta horquilla, y además le pareció que esta horquilla fue adecuada a Naomí. Cuando se volvió a conciencia, él había comprado la horquilla ya.

Era la primera vez de comprar un regalo para una chica en su vida.

Tanto feliz Rafael se sintió aquel momento, tanto amargo se sintió ahora.

Él cerró la caja, volvió a guardarla y siguió conduciendo.

Después de unos diez minutos, el coche se paró antes de un bar.

Paró el coche como quisiera. Él quiso volver a casa directamente, pero cuando vio el bar, también pareció que estuvo bien en beber unos chupitos en este momento.

¿Quitar las molestias con alcohol? Je, si fuera el Rafael del pasado, a lo mejor no hizo así. Pero hoy... él pareció que el pudiera aprobarlo posiblemente de repente.

Al mismo tiempo, hubieron dos chicas a la puerta tirando una a otra.

-Ay, me quedan muchos artículos para terminar. Si no los entregue dentro de esta semana, me mataría mi redactora. Hágame un favor, que entra tú sola, ¿vale?

Ariana se vistió de una blanca camiseta grande y un pantalón suelto y resistió la tirada de su buena amiga con esfuerzos.

Fue su mejor amiga, dijo que el chico que le gustó estar en este bar bebiendo. No se atrevió a venir sola, la obligó a venir. La causa fue que ella no prestó atención a su apariencia, no fue interesada por los hombres, ¿por eso ella no se preocupó por llevarla?

¡Quién no prestó atención a la apariencia!

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