Frida se refrescó después de confirmar su cita con La familia Leguizamo.
Sofía había dicho que su hermano mayor estaba ocupado, así que parecía que tenía razón. Diego sólo tenía media hora libre y había mucha gente comiendo a esa hora.
Frida volvió a preguntar por los hábitos alimenticios de Diego y reservó un restaurante.
La reserva del restaurante debía pagarse por adelantado, y esta vez Frida volvió a preocuparse, no tenía suficiente dinero.
Se suponía que la empresa le iba a reembolsar los gastos de trabajo, pero todavía estaba un poco afectada por el incidente con La familia Fernán, así que no se atrevió a pedir a la empresa que le reembolsara y pensó en pagar por su propia cuenta.
¿Cómo iba a invitar a Diego a cenar si ya no tenía dinero?
Después de pensar un rato, Frida decidió llamar a su hermana, Liliana.
No había tenido ningún contacto con su familia desde la última vez que había salido de casa. Era como si su familia hubiera desaparecido también, sin ponerse en contacto con ella para preguntarle cómo le iba desde que se casó.
Pero Liliana no dudó en colgar cuando recibió la llamada de Frida.
Como tenía culpa en su corazón, temía que Frida acudiera a ella por el dinero de la última vez.
Frida miró su celular colgado y una sonrisa de desprecio apareció en su cara.
Al parecer, Liliana pensó que no había forma de encontrarla si colgaba. Entonces, Frida se dirigió directamente a la puerta de la escuela después del trabajo y la esperó.
La escuela no debería encontrar a nadie a esta hora, pero Liliana, a diferencia de las otras chicas, tenía que ir a la práctica de baile después de la clase, así que justo era la hora cuando la práctica había terminado.
Desde la distancia, Frida vio a Liliana, que salía en grupo con algunas de sus compañeras que bailaban juntas.
- ¡Liliana! -, la llamó Frida.
Liliana se detuvo y miró a su alrededor, su cara cambió al ver que era Frida.
-Lili, ¿no es esa tu hermana? -
-Tu hermana está aquí para verte. ¿Así que todavía vas a salir a cenar con nosotras hoy? -
Frida se quedó esperándola tranquilamente. Liliana estaba un poco impaciente, -Vosotros id a esperarme a una cafetería cercana, yo iré a buscaros después de tener unas palabras con mi hermana. -
-Bien. -
Cuando algunas de sus compañeras se marcharon, Liliana le dijo con disgusto, -Frida, ¿por qué no me dijiste con antelación que venías a verme? Me lo pones difícil apareciendo de repente en la puerta del colegio. Mis chicas me están esperando. -
Frida permaneció inexpresiva mientras hablaba con frialdad, -Te habría avisado con antelación, pero no contestaste al teléfono. -
Mientras hablaba, Frida sacó su celular y lo agitó delante de Liliana, -Te he llamado varias veces, pero no me respondes. -
Al escucharla decir esto, los ojos de Liliana se deslizaron un poco, -Eso es porque estaba practicando mi baile y tenía el teléfono en silencio, así que no lo oí. Hermana, ¿no sabías siempre que iba a practicar el baile, y me llamaste a esa hora? -
Frida, -…-
Parecía que se había vuelto a ablandar.
Además, Liliana era su propia hermana. Ahora que Liliana había admitido su culpa y había dicho por qué, Frida se encontró perdonándola por dentro.
-Hermana, ¿me has perdonado? Lo siento, no era mi intención hacerlo. -
-¿O qué? ¿Podría haberte cortada? - Frida estaba realmente enfadada, había ahorrado ese dinero durante mucho tiempo, pero después de que Liliana lo hubiera gastado en un suspiro, no tenía ni siquiera fondos para emergencias.
-Lo siento mucha hermana, todavía tengo doscientos, te los doy ahora. - Tras decir esto, Liliana sacó apresuradamente su cartera para llevar los doscientos euros que había dentro a Frida, -Este es el resto del dinero, siempre quise devolvérselo a ti, pero cuando me lo pediste la última vez, tenía miedo y no me atreví a admitirlo. -
Mirando el billete verde de doscientos euros, a Frida le ponía un poco de inquietud, -Todos me das, ¿y qué vas a hacer? -
Liliana se limpió las lágrimas de la comisura de los ojos y sonrió, -Está bien hermana, mis compañeros tienen tarjetas de comida, entonces comeré con ellos. Si no están de acuerdo, guardaré diez euros para comprar pan para comer. En primer lugar, fue mi culpa todo esto y debería haber sido castigada. -
Eran hermanas de sangre, y las dos estaban especialmente unidas de pequeñas, y después de tantos años … Frida no quería dejarla sufrir, y esta vez tomó Liliana la iniciativa de admitir su error, y Frida la perdonó.
-Es mejor dividirlo en partes iguales, te quedas con cien para tu propia cena. Estoy muy necesitado de dinero, así que te daré un poco más cuando me paguen. -
Al oírla decir eso, la sonrisa de Liliana se congeló un poco, -¿Lo estás pasando mal desde que te casaste, hermanita?-
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