Esposa falsa de Simón romance Capítulo 168

¿Considerarlo como un soborno?

El rostro de Naomí cambió, al parecer las palabras de Óliver pretendían admitir que estaba conquistando a Frida.

Ay, Dios mío.

Naomí no pudo evitar parpadear. Si Óliver realmente estaba conquistando a Frida, ¿qué pasaba entre ella y Simón? Naomí no pensaba que Frida había entrado al Grupo Freixa por Simón, porque sentía que su identidad era similar a la de ellas.

Pero ahora parecía que su... identidad no debería ser tan simple, ¿verdad?

¿De qué otra manera los dos hermanos del Grupo Freixa...?

Pensando en eso, Naomí no pudo evitar toser levemente, -Esto, vicepresidente Óliver, ¿tomas en serio a Frida? Aunque... todos somos gente común, tal vez para vosotros, las chicas comunes somos algo eso... Pero vicepresidente Óliver, tengo que explicar que también tenemos dignidad. El señor Simón acaba de bajarle el puesto a Frida, y tú también...-

Lo dijo dudosamente, soltó la mitad y se tragó la otra mitad, no se atrevió a decir nada porque temía ofenderle accidentalmente.

Pero, aun así, Óliver entendió el significado de sus palabras y sonrió levemente.

-Sé lo que quieres decir, no te preocupes, no soy ese tipo de persona.-

Naomí, -¿De verdad sabes lo que quiero decir?-

Después de pensarlo, Naomí sintió que Óliver no era ese tipo de persona. Por lo general, era un caballero en la compañía, pero nunca le había visto interesarse en alguien. A pesar de que todos decían que, si pudieran tener una relación con el vicepresidente Óliver, definitivamente él sería la pareja más gentil.

No obstante, Naomí siempre sintió que su sonrisa no podía llegar hasta su interior, e incluso le daba a la gente una sensación de distanciado.

-Vicepresidente Óliver, creo que Frida es una persona que trata a todo con seriedad.- Después de pensarlo, Naomí volvió a decir.

Óliver no dijo nada, solo sonrió, y los dos se alejaron cada vez más.

Frida fue directamente al piso de arriba para buscar a Iris y se sorprendió cuando empujó la puerta.

Porque la persona que estaba en la oficina hoy no era Iris, sino... Simón.

-¿Por qué estás aquí?-

Simón levantó la vista y la miró con frialdad.

-¿Qué pasa? ¿Te he dado el contrato y el lugar ya es tuyo?-

Frida, -¡…No quise decir eso!-

Dicho eso, se acercó y puso las cosas que tenía en mano sobre la mesa. Simplemente no esperaba que Simón apareciera allí.

Y de hecho habló con ella, cosa que no había hecho en casa.

La mirada de Simón era extremadamente burlona, -¿No querías devolver el contrato y la tarjeta bancaria? ¿Por qué lo has recogido de nuevo? Mujer de segunda mano, ¿cuántas palabras de lo que dices es verdad?-

Esas palabras... Frida sintió un dolor en el corazón y se mordió el labio inferior levemente sin mirarlo.

-Si crees que es verdad, es verdad; y si piensas que es falso, no tengo nada que decir al respecto.-

-Según lo que dices, ¿hice mal en culparte?-

Frida no habló.

Simón siguió mirándola con frialdad.

Frida respiró profundamente, -Ya que Iris no está aquí, me marcho.-

Tan pronto como salió por la puerta, Frida se topó con Iris, -Oye, Frida, ¿ya estás aquí? Le dije a Simón que vendrías pronto. No esperaba que llegaras tan tarde hoy. Este es el café que compré antes cuando bajé abajo, hazme el favor de llevarle una taza a Simón.-

Dicho eso, Iris directamente pasó por ella para ir al otro lado, -Iré a ver cómo van.-

Frida se quedó sin palabras.

Ella estaba sujetando dos tazas de café allí, sin saber qué hacer.

Al final, solo pudo darse la vuelta y poner ambas tazas delante de Simón.

Frida se sintió deprimida y sus ojos mostraban decepción.

Iris pensó un rato, -¿Por qué no? Venga, Simón, vamos juntos, Frida también se viene.-

Dicho eso, Iris le dio un empujón a Frida, -¿Verdad que sí, Frida?-

Como él se negó, Frida simplemente respondió, -Me da igual.-

Su tono sonaba desganado, como si no le importara en absoluto.

En realidad, estaba decepcionada. De todas formas, Simón no iba a ir, por lo que ¿qué tenía que ver con ella? ¿Por qué debería seguir preocupándose por eso? Debería dejarle que se explotara de ira.

Y cuando esas palabras llegaron a los oídos de Simón, sintió que a ella no le importaba si salir o no a cenar con él. Tal vez la petición de Iris era forzada para ella, por lo que el aura que envolvía a Simón se volvió más frío y severo. Un momento después, Simón soltó una risa con desdén.

Iris, -¿…De verdad que no vais?-

Ni Simón ni Frida respondieron, Iris sintió que se había esforzado para nada, así que respondió, -Está bien, entonces iré yo sola.-

Frida se sentía un poco molesta allí, entonces se puso de pie, -He quedado con una amiga para salir, os dejo.-

Sin esperar a que los dos reaccionaran, caminó para salir de la oficina.

Así que sólo quedaron Simón e Iris en la oficina. Iris evidentemente sintió que el aura de Simón se volvía más frío. No pudo evitar tomar un sorbo de café, y luego lo miró, -Simón, ¿qué os pasa? ¿Estáis discutiendo?-

Simón la miró con severidad, sin decir una palabra.

Iris levantó los labios con orgullo, -Parece que vuestra relación es aún más cercana de lo que me imaginaba.-

Tan pronto como pronunció eso, Simón hizo girar la rueda de su silla para dirigirse hacia fuera.

Iris se quedó sin habla.

¿A quién había ofendido ella?

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