Esposa falsa de Simón romance Capítulo 217

-¿Yo?- Frida estaba asustada, -¿No es eso lo que te apetece?-

-Ya lo veo para ti.- Naomí la invitó a recogerlos y la guía de compras también miró curiosamente a Frida.

Todas las miradas estaban reunidas aquí. Frida se puso pálida, rechazando -No, no me pongo estos.-

-¡Oh! Aunque no te gusta, ¿no podría probarlo por mí? Es que los aretes que llevo hoy son un poco difíciles de quitar, así que los pruebas por mí. -

Frida se quedó sin palabras.

-Pruébalo.- dijo Simón.

Simón estaba en la silla de ruedas oyendo la conversación entre las dos, subconscientemente, levantó la cabeza para ver a Frida.

Ese día Frida llevó una camisa blanca simple, con el pelo negro peinado detrás de la cabeza, lo que se veía particularmente capaz y refrescante, sobre todo, las mejillas blancas están rodeadas por los lóbulos pequeños y redondeados de las orejas.

Parecía él… había probado el sabor de los lóbulos de las orejas, dulce, y... demasiado suave.

Llevó tanto tiempo sin verla usar las joyas que los sirvientes prepararon para ella. Frida no las había usado ni tocar. Siempre se vistió muy sencilla.

Simón dio una mirada a los aretes, que eran exactamente iguales que los lóbulos pequeños y redondeados de las orejas de Frida. Si... se los puso en la oreja… Al pensar en eso, los ojos se le profundizaron un poco más. Cuando empezó a hablar, la voz sonó más ronca, -Pruébalo.-

También él quería saber cómo se veía al ponerse ese par de aretes.

Naomí lo tentaba a propósito. Al escuchar las palabras de Simón, estaba más segura de lo que había supuesto, por eso inmediatamente tiró de la mano de Frida, -Mira, Sr. Simón también te lo dice, ¡inténtalo!-

Frida fue obligada a tomar los aretes, -Vale, bueno…-

Ella cuidadosamente puso los aretes en la mano y se paró frente al espejo para probarlos.

Los pequeños y redondos diamantes coincidieron con su piel blanca y húmeda tan pronto como pegaron en las orejas, e incluso las orejas blancas de Frida se pusieron un poco rosadas.

-¡Eso es bueno!- Naomí exclamó, y luego le presionó el hombro para que se enfrentara a Simón, -Sr. Simón, ¿no es particularmente adecuado estos aretes para Frida?-

Simón le dio un vistazo. Lo que se sintetizaron los pendientes y los lóbulos de las orejas hizo que se le apretó la garganta.

-¡Cómpralo!- Naomí sugirió.

Al oírlo, la guía a un lado se puso alegre, -Sí, señorita, este estilo es de último modelo, estilo único, te queda sólo un par. Si los quiere, se puede comprar ahora.-

Frida miró nerviosa a Simón. Desde el fondo de los ojos oscuros de Simón podía ver su propia figura. De repente pensó en algo y se volvió para consultar a la guía.

-El precio...-

-Bueno, señorita, ahora el precio de estos aretes es muy bueno debido a la actividad.-

Ella tomó la calculadora a contar el precio, dentro un poco, presentó un número puesto para Frida.

Cuando Frida miró el número, le cambió la cara.

Mucho dinero...

Ella no podía permitírselo en absoluto.

Naomí asintió con la cabeza, -Efectivamente, el precio es genial, pues empácalo.-

-No...- Frida rápidamente la detuvo, susurrando, -Estás loca, no tengo tanto dinero.-

A Frida le cambió la cara. ¿Hot Pot picante? ¿No era demasiado común? ¿Cómo un noble, Simón lo aceptará para comer?

-Lo olvidáis... podríamos quedar otro día.-

-Come como quieras, puedo ir.- Simón la interrumpió de nuevo. Naomí lo miró con sorpresa, -¿En serio? Sr. Simón.-

Simón de repente le agarró la muñeca a Frida y le preguntó, -¿Quieres comer?-

Frida entró confuso de lo que dijo.

Al verlo, Naomí de repente sentía que la atmósfera entre los dos pasó a ser bastante ambigua. ¿El señor Simón le estaba pidiendo opinión de Frida?

-Vale, está bien.- Frida respondió.

Después de acordarse, Naomí personalmente dirigió a ellos al restaurante cercano. Al entrar, Frida encontró que la decoración de esta tienda era buena. No se olía a algo extraño y estaba muy limpio en todas partes.

Frida eligió un sitio para sentarse, tomó un pedazo de papel y limpió la mesa. En el papel no se descubrió ninguna mancha de aceite.

Frida pensó que la higiene estaba perfecta, así que a Simón no le molestó mucho.

Pensando en eso, Frida le echó un vistazo, que justo cayó en el fondo de sus ojos. Simón la estaba mirando abrasadoramente.

Como si al culpable le persiguiera el miedo, después de dos segundos de mirar mutualmente, Frida apartó rápidamente la mirada.

De hecho, el Hot Pot picante era el favorito de Frida. Antes le gustó bastante, y cuando estaba embarazada, tenía mucha gana de comerlo. Sin embargo, nunca lo comió después de casarse con Simón. No esperaba que ese día en realidad tuviera la oportunidad de comerlo de nuevo, especialmente junta con Simón. Ella sentía que el mundo de repente se había vuelto misterioso.

-Disculpe... ¿Le gustaría añadir pimienta?-

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