Esposa falsa de Simón romance Capítulo 218

Simón vio la cosita roja, que tiñó los ojos negros del color rojo. Sin esperar a que reaccionara, Naomí le había dado pimienta y dijo sonriendo, -El Hot Pot picante picante, debe ser picante. Si no, ¡nada vale!-

Dicho esto, también le mostró a Frida un bocado de dientes blancos. Por la imagen inocente, nadie podía culparla.

Frida miró a Simón en secreto, quien no tenía ninguna expresión raro en la cara, de allí que se aliviara.

Pero esta situación cambió por completo después de que Simón comió un pedazo de cordero picante. Simón sostuvo rígidamente los palillos como si intentara soportar algo.

A Naomí le picaba mucho, pero siguió comiéndolo con gusto.

Frida no se atrevió a comer al principio, observando en silencio la reacción de Simón. Al ver su cara toda cambiada, ella se dio cuenta, -¿No se puede tomar picante?-

Simón frunció las cejas y no le respondió. Obviamente la cara se veía muy mala.

Frida se dio cuenta de algo, así que se levantó de prisa para pedir un vaso de agua helada para Simón.

-Si no puede comer, escúpalo y toma un sorbo de agua helada.-

Simón era muy educado que nunca escupiría en el público. Cuando Frida lo dejó escupir, él sólo frunció el ceño sin moverse.

-Escúpalo ahora.- Frida en realidad extendió directamente la mano debajo de su boca. En ese momento, Simón estaba a punto de rendirse. Afortunadamente, Rafael le dio un pañuelo de papel para que Simón escupiera las cosas, por lo tanto, él podía tomar el agua helada.

Al mismo tiempo, Simón se puso rojo por lo picante. A su lado, Naomí dejó de comer con gusto, ya que los cambios que se produjeron le hicieron que no se atreviera a continuar, mirándolos con pánico.

-Lo siento, Sr. Simón. Pero si supiera que no se podía comer comida picante, no pondría chiles.-

Al ver la mala cara de Simón, Frida tuvo que recoger las cosas, diciendo, -Naomí, no te pongas nerviosa. Te quedas aquí a comer, primero lo envío a casa, quedamos más tarde.-

Naomí sólo podía asentir con la cabeza desesperadamente, y luego le saludó, -No hace falta volver, vas rápida, más tarde llamaré a mi padre para que me recoja.-

-Bueno, ten cuidado.-

Frida se fue directamente empujando a Simón después de decirlo. Le costó mucho meterlo en el coche. Al subir, Frida dijo derechamente a Rafael que fuera al hospital.

Rafael se puso pasmado, pensando si se necesitaba ir al hospital debido a que sólo le picaba.

Pero cuando lo vio un rostro tan mal, Rafael tampoco se atrevió a hacerle preguntas. Él asintió con la cabeza y estaba listo para salir.

-A casa.- Simón dijo de repente en la voz ronca. Frida lo miró, -¿No va al hospital?-

-¿Estoy enfermo?- Simón replicó. De repente Frida se quedó sin palabras. ¡Bueno! Ella estaba demasiado nerviosa.

En el camino, Simón se veía mal. Le picaban mucho la boca y la lengua. Le molestaba mucho la sensación de ardor. Simón dio un vistazo a Frida, quien se sentó al lado con pérdida.

De vuelta a casa, cuando Frida entró en la puerta empujando a Simón, justo se encontraron con Óliver Freixa. Las miradas se pegaron. Frida recordó las palabras que Óliver le dijo antes en el Grupo Freixa, así que rápidamente bajó la mirada para evitar la vista.

Simón se sentía de tan mal humor que ni siquiera le dio una mirada extra.

Los tres pasaron directamente.

Finalmente Óliver volvió la cabeza, mirando la pequeña figura de Frida, cerró un puño sin resignarse.

-Llegaré media hora después.-

¿Media hora? Frida miró el reloj, y luego se levantó, -Bueno, entonces me prepararé.-

Colgó el celular y se cambió de ropa. Cuando estaba lista para salir de la habitación, Simón la miró fijamente, con una mirada no amigable.

Aunque había pasado unos días después del evento picante, Frida siguió pensando si estaba enfadado al ver esta mirada.

Así que tuvo que caminar a su alrededor. A varios pasos, no esperaba que Simón le preguntara fríamente, -¿Tocaste la ropa de mi armario?-

Al oírlo, Frida se detuvo y volvió la cabeza con duda.

-¿Qué?-

La mirada de Simón era tan afilada como un cuchillo, -¿Tocaste mi ropa?-

Frida dijo, -¿Para qué yo toqué la ropa?-

Aunque estaba usando el mismo armario, que se dividió en áreas izquierda y derecha, Frida nunca le interesó vigilar la zona suya. ¿Cómo era posible tocarlo?

Simón la vio inocente, se puso enojado, -¿Estás seguro de que no la tocaste?-

-¿Simón Freixa, acaso perdiste la cosa, es que te robé? ¿Cuál vale mucho en tu armario? Vivimos juntos, si quiero robar algo, debo sacar los que valen la pena robar. ¿Por qué te toqué el armario?-

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