No quería quedarse con Simón para nada.
-Ya le he dicho que voy a divorciarme de él.- dijo Frida.
Tras decir esas palabras, Frida oyó el resoplido de Naomí, que se quedó atónita durante mucho tiempo antes de decir, -¿De verdad le has dicho que vas a divorciarte de él? ¿Y él está de acuerdo?-
-No.-
Naomí respiró aliviada, -Me has asustado. ¿Por qué le has dicho que vas a divorciarte de él sin motivos? Menos mal que Simón no está de acuerdo.-
-Tengo motivos.- Frida dijo seriamente, -Lo digo en serio.-
Naomí dijo, -¿En serio? ¿Por qué vas a divorciarte? Si te divorcias, cederás a Simón a Sofía. ¡No puedes cederlo a una mujer así! Si te vas, estarás dando a esa mujer lo que quiere.-
Al oír esto, Frida permaneció en silencio.
Tal vez fuera cierto que algunas personas no quisieran que los demás obtuvieran lo que querían fácilmente.
Pero Frida no era una persona así. Ella pensó que si Simón no tuviera sentimientos por Sofía, ellos dos no habrían estado juntos.
Ya que ellos habían estado juntos, estaba bien que ella les ayudara, ¿no?
Después de todo, ella realmente no quería luchar por nada y no creía que pudiera ganar, ¿y aunque ganara, realmente seria porque él la quería?
Le parecía que esto solo le haría agotarse.
-¿Por qué no dices nada, Frida? ¿Qué estás pensando?-
-Estoy escuchando lo que piensa mi corazón.- Frida respondió en voz baja, -No te metas en esto, Naomí. Es mi propia decisión y nadie puede cambiarla.-
Naomí se quedó sin palabras por un momento, pero finalmente no dijo nada y colgó el teléfono.
Frida descubrió que ella había colgado el teléfono, así que dejó su teléfono sin remedios.
Parecía que realmente no tenía ningún sitio para quedarse esta noche.
De repente, el teléfono volvió a sonar y Naomí la llamó, -Vienes a mi casa a dormir, ¿no? Vamos, te recogeré esta noche.-
Apareció una sonrisa en la expresión amarga de Frida tras escuchar esas palabras y dijo con alegría, -Gracias, Naomí.-
-Date prisa. Será peligroso si llegas demasiado tarde.-
-Vale.-
Después de que Frida colgó su teléfono, cogió rápidamente su bolso y salió de prisa.
Justamente Simón no estaba en casa y salió sin que nadie la detuviera.
Lo mejor de su matrimonio fue que ella no tenía restricciones y podía ir a donde quisiera.
Así que aunque salió en este momento, nadie la detendría.
Frida fue a tomar un taxi y se dirigió directamente a la casa de Naomí. A mitad del camino Naomí la llamó para preguntarle si ya llegaba. Frida preguntó al conductor y él le dijo que le quedaban unos cinco o seis minutos.
Frida dijo, -¿Qué son las tonterías...? Está bien que sean cómodas y además, tus ropas son mejores que las que llevaba antes.-
Simón temía que ella deshonrara a La familia Freixa, así que le compró muchas ropas caras.
Al principio Frida no acostumbró llevarlas, pero luego sí. Después de todo, eran ropas.
En cuanto a Naomí y Frida, una era impaciente y la otra era más tranquila, por lo que podían complementarse y cuando estaban juntas, estaban muy alegres.
Esa noche, Frida cenó tarde con Naomí.
Luego Naomí bajó a comprar vino y bebía con Frida.
Las dos empezaron hablando y riendo, pero acabaron ambas borrachas.
Naomí bebía mucho vino y luego maldijo en voz alta, -Frida, eres tonta, ¿no? Si los maridos de otras mujeres fueran robados, ellas llegarían a la casa de las amantes para golpearlas, pero tú... ¡Cedes a tu marido a otra persona!-
Frida, con la cara roja, también estaba borracha. Al escuchar las palabras, no pudo evitar sonreír y responder, -¿Por qué no lo cedo? Estoy muy cansada... Yo no lo quiero.-
-¿Te sientes cansada y te renuncias? Te digo que si yo fuera tú, golpearía a esa Sofía... Para hacerle saber las circunstancias de ser una amante y para demostrarle mis fuerzas.-
La silueta de Simón se presentó de repente con claridad ante los ojos de Frida, así que ella entrecerró los ojos y sacudió la cabeza. Pero la silueta de Simón seguía delante de ella, así que no pudo evitar decir, -¡Simón, vete!-
-Vete a la mierda. No quiero verte.-
Naomí no pudo evitar soltar una risa al ver que la mano de Frida se agitaba mientras ella gritaba el nombre de Simón, -Frida, te gusta mucho Simón, ¿no?-
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