Esposa falsa de Simón romance Capítulo 266

Rafael miró la escena, con el rostro sereno y tras un momento dijo con calma, -Te estás equivocando.-

Tras decir eso, la abrazó y le dijo con calma, -Te acompañaré a tu habitación.-

Naomí todavía estaba muy sorprendida y antes de que pudiera reaccionar, fue llevada por Rafael.

Luego, en su propia habitación, Naomí se sintió despierta por el asombro.

-He visto a Simón...-

-Estás borracha.- Rafael la miró fríamente, -No has visto nada.-

-¿Verdad?- Naomí parpadeó con una expresión graciosa. Pero acababa de ver al hombre ponerse de pie…

¿No era Simón un lisiado? ¿Cómo podía ponerse de pie?

-Sí, es verdad.- Rafael la miró solemnemente, -Tienes que dormir ahora y todo volverá a la normalidad mañana.-

-Vale.- Naomí asintió y se dirigió a su cama. Luego se tendió directamente en ella y pronto se quedó dormida.

Rafael que estaba en la habitación, -...-

La respiración de Naomí se estabilizó rápidamente y tras asegurarse de que estaba realmente dormida, Rafael respiró aliviado, salió de la habitación y cerró la puerta.

Estaba muy solemne mientras cerraba la puerta.

Después volvió al salón, el hombre alto y guapo se había sentado de nuevo en su silla de ruedas, con Frida en sus brazos. Le miró a Rafael fríamente.

-¿Ella lo vio?-

La voz de Simón era fría.

Rafael, muy asustado, asintió y luego sacudió la cabeza.

-Señor Simón, ella está tan borracha que seguro que se olvidará.-

Simón no dijo nada y el ambiente en la habitación era aterrador. Rafael dudó y finalmente intercedió por ella, -Es la mejor amiga de Frida, así que si usted le hace algo, probablemente Frida no estará contenta, ¿verdad? -

Tras decir esas palabras, Rafael sintió que Simón la miró con una mirada aguda. No se atrevió a levantar la vista para mirar los ojos de Simón, así que solo pudo bajar los ojos y agachar la cabeza.

-¿Estás intercediendo por ella, Rafael?-

Rafael sudaba y dijo temblando, -¡No, no! Solo digo la verdad.-

-Bueno.- Simón dijo con una sonrisa fría, -Como Frida ha bebido tanto con ella, puedo hacerle algo, pero...-

¿Cómo? Rafael quería saber qué haría Simón con Naomí, pero no se atrevió a preguntar.

Pasó tanto tiempo que Rafael pensó que Naomí iría a morir, pero por fin escuchó la voz de Simón.

-Esta vez es la excepción. Quédate y arregla el asunto. Deberías saber la gravedad del asunto.-

Rafael se sorprendió y levantó la vista bruscamente, -¿Señor Simón, no vas a hacerle algo?-

-Esto no significa que puedas relajarte.-

-¡Sí!- Rafael asintió de inmediato, -Me quedaré a arreglar el asunto y le preguntaré cuando se despierte. No se preocupe, Señor Simón. Yo sé qué hacer.-

Después de obtener la respuesta que quería, Simón ya no tenía motivos para quedarse y además, la mujer en sus brazos estaba inquieta, que estaba incómoda y no paraba de moverse. El olor a alcohol y a barbacoa lo envolvía.

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