Esposa falsa de Simón romance Capítulo 314

-Estoy embarazada de su bebé, ¿pero tú...? ¿Crees que Simón seguirá contigo?-

-Simón no quiere verte y nunca podrás volver a entrar por la puerta. ¡No serás la esposa de Simón! Vete.-

-Es los papeles de divorcio. Firma y no tendrás nada que ver conmigo.-

-Estás casada con Simón, el poderoso. Si no te diera esta oportunidad Liliana, ¿podrías conseguirlo? ¿Qué pasa que pagues algunas deudas por mí? Te he criado durante tanto tiempo, ¿entones no es tu deber?-

-¡Qué fea eres! Tu marido no ha hecho el amor contigo durante dos años, ¿entonces por qué no reflexionas sobre las causas?-

-Vete. Sal de la familia Freixa y nunca vuelve.-

No, no...

Las personas y las cosas del pasado, una por una, aparecieron ante sus ojos y la atacaron vigorosamente.

-No... No me eches fuera, no...-

A la cama de Frida, Óliver había escuchado muchos murmullos de Frida. Repetía continuamente las dos frases.

Óliver no pudo evitar suspirar y sintió lástima por ella.

Desde que llevó a Frida al hospital, tenía fiebre alta y hasta ahora no bajó la temperatura. Como estaba embarazada, no pudo tomar medicamentos, entonces solo pudo enfriarse físicamente.

Óliver estuvo a su lado durante mucho tiempo. Había pasado más de una hora, pero todavía su fiebre no bajó, sino que subió.

La enfermera la estaba cuidando, pero esta vez no pudo evitar mirar a Óliver y le recordó, -Señor, usted la ha cuidado durante más de una hora sin descansar. Su salud no le permite, así que vaya a descansar. Yo me cargo de cuidarla.-

-No.- Óliver sacudió la cabeza, -No puedo tranquilizarme hasta que su fiebre baje.-

-Me ocupo de ella y por cierto que baje su fiebre. No sirve para nada que usted se quede aquí, y además, su salud no le permitir seguir así.-

Óliver dejó de hablar y miró fijamente a Frida. Él intentó hecer que su fiebre disminuyera aplicándole paños mojados.

La enfermera estaba sin remedios. Él era realmente terco. Ellos dos estaban heridos, pero luego salieron juntos y regresaron mojados. La mujer tenía alta fiebre y se desmayó, mientras que las heridas del hombre estaban infectadas, pero no las trató e incluso estaba tratando de bajar la fiebre de la mujer, lo que le hizo doler la cabeza.

-Señor, estás herido y estás mojado por la lluvia, entonces si las heridas están inflamadas luego, también tendrás fiebre alta. Si la señora se mejora pero estás enfermo, vas a contagiarla, ¿no?-

Después de oír sus palabras, Óliver se detuvo y parecía que estaba de acuerdo con lo que dijo.

Entonces la enfermera se apresuró a decir, -Así que me cargo de ella. Voy a cuidarla bien y vas a tratar las heridas.-

Óliver asintió con la cabeza y le entregó los paños.

La enfermera se sintió aliviada por fin. Este era su paciente y si le pasaba algo, no se sentiría bien.

Óliver no estaba muy lejos. Los dos estaban en la misma sala y él estaba en la cama del hospital al lado de Frida. La enfermera le pidió al médico que tratara sus heridas y ella misma estaba cuidando a Frida.

Mientras que el médico intentaba tratar las heridas, Óliver miró fijamente a Frida.

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