Esposa falsa de Simón romance Capítulo 321

Mientras Frida parpadeó sus largas pestañas también se movieron un poco, y pensó durante un rato.

-Supiste que iba a verme con Óliver ese día, ¿por qué no me lo dijiste antes? ¡No quería ocultártelo!-

Se mordió el labio inferior, su corazón se inundó de infinito remordimiento.

Antes ella no paraba de pensar por qué estaba tan furioso, y cuando se lo preguntó con la expresión y las miradas raras, ella se lo tomó muy en serio, por lo que estaba ansiosa por ir corriendo al banquete.

Pero no esperaba ... ocurrieron tantas cosas después.

-¿No querías ocultármelo?- Las miradas sarcásticas de Simón se posaron en su rostro -Mentirosa, ¿qué me dijiste antes de que salieras? que habías quedado con Naomí, y no querías faltar a tu palabra. También le dijiste a Rafael que llegarías al banquete a tiempo, pero ¿qué pasó? ¡No apareciste en toda la noche!-

-¡Estuve allí!- Frida se defendió a sí misma ansiosamente-De verdad estuve allí esa noche, pero me encontré con un pequeño percance, así que llegué tarde. De hecho, fui a verme con Naomí. ¡Aunque también me vi con Óliver, Naomí estuvo conmigo! ¡No te mentí!-

-Entonces, ¿por qué no me lo había dicho directamente?-

Frida se defendió en voz alta y Simón la interrogó con un tono más áspero.

Frida se quedó atónita por su fuerte rugido mirándolo fijamente durante un rato, y bajó la vista débilmente -Fue mi culpa, no debería ocultártelo ... no quería hacer esto, pero ... tenía miedo de que me malinterpretaras en caso de que te lo dijera.-

La relación entre él y Óliver era intrínsecamente sensible, por lo que no se atrevió a mencionar lo de verse con Óliver frente a Simón.

-¡Qué razón tan buena y persuasiva!-, riéndose con sarcasmo Simón, y volvió a burlarse de ella.

Frida levantó la cabeza y lo miró -Este asunto no lo he manejado bien, por lo tanto te pido disculpas, Simón... yo ...-

Pero la última frase por más que intentara no pudo decirla.

Frida sintió que ya no podía hacer nada, respiró hondo y lo miró en silencio.

Sus miradas aún estaban tan frías que esa indolencia parecía que dejase su corazón entumecido y congelado sin rastro de temperatura.

Frente a Simón como este momento, Frida sintió que le había costado tanto esfuerzo para armarse de valor, sin embargo, lo cual estaba desapareciendo paulatinamente. Estuvo un poco asustada. Si ... no dijera nada ahora, ¿sería que ... incluso no tendría las agallas para decírselo en el futuro?

Pensando en esto, Frida se mordió los dientes con fuerza y dijo -Simón, vamos ...-

-Vamos a divorciarnos.-

De repente Simón empezó a hablarle interrumpiéndole.

Eso la dejó boquiabierta.

-Te he dado ese contrato. ¿No es que siempre lo querías? Ahora, como quieras, toma ese contrato y te largas. De ahora en adelante, sales con quien quieras, pero ya no tienes nada que ver conmigo.-

Frida abrió bien los ojos y se quedó pasmada permaneciendo donde estaba.

-¿Lo dices en serio? No solo estás cabreado conmigo, ¿ sino que de verdad quieres divorciarte de mí?-

Simón dijo burlándose-¿Crees que estoy bromeando contigo?-

Frida se quedó sin palabras como si algo le estuviera estrangulando su garganta, y se sintió asfixiada por las ganas de llorar.

-Vete, este lugar no te pertenece a ti. Frida, ¿acaso no es que te casaste conmigo en nombre de tu hermana menor? Ahora estás libre.-

“Ahora estás libre.”

“Este lugar no te pertenece a ti, vete.”

Estas palabras fueron como si un cuchillo poco a poquito atravesara el corazón de Frida.

Dijo estas palabras con indiferencia, pero a ella le resultó extremadamente difícil aceptarlas.

Después de que Simón terminó de hablar, se dio la vuelta y quería girar la rueda para irse.

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