Esposa falsa de Simón romance Capítulo 346

Diego estaba bien, pero Frida se sentía un poco avergonzada.

Ella sacó la tarjeta de su habitación para abrir la puerta, luego la empujó.

-Pasa.-

Diego pasó con su bolsa y siguió a Frida al interior.

-Santino me lo contó todo.-

Frida colocó la bolsa que tenía en la mano sobre el escritorio y asintió, -Bueno, como ya me has investigado, supongo que tienes claro mi pasado.-

Diego no dijo nada, pero la expresión de su rostro ya indicaba que entendía bien este asunto.

Era mejor saberlo que no saberlo.

Para que Frida no tuviera que volver a decírselo cuando le pedría ayuda, ahora que Diego sabía más de lo que tenía que decir, las cosas irían mucho mejor.

-Eso, ¿puedo pedirte un favor?-

Al escuchar eso, Diego enganchó los labios y asintió con una sonrisa, -Claro, pero...-

¿Pero? Frida estaba un poco aturdida, ¿todavía había una condición?

-No puedo ayudarte sin ningún razón, y antes de ayudarte en este asunto, tienes que decirme si ya te identificas como hija de la familia Leguizamo.-

Frida se quedó sin palabras.

No esperaba así.

Frida no pudo decir nada por un momento.

-Sr. Diego, yo ...-

-¿Sigue llamándome Sr. Diego?- Diego sonrió suavemente, sus ojos la miraban con ternura.

Desde el principio de conocer a Diego, Frida siempre había sentido que aunque Diego era tranquilo y firme, pero al mismo tiempo, también era una existencia que hacía que la gente se sintiera poderosa y no se le podía acercar, su cara no tenía expresiones adicionales la mayor parte del tiempo, incluso con este tipo de parientes de la gente pertenecía al tipo de gente que no reconocería a seis parientes por el bien de la justicia.

Ella no creía que él fuera capaz de sonreírse con tanta delicadeza.

¿Era este el poder del afecto?

Frida miró a Diego por un momento sin saber cómo reaccionar, y luego no sabía lo que le pasaba, como si estuviera bajo la compulsión del afecto, realmente le llamó, -Hermano... -

Sin embargo, con un solo sonido, las palabras de Frida se congelaron en sus labios y se detuvo en la boca sin llamar otra vez.

Sin embargo, este sonido fue suficiente para Diego.

Extendió la mano una vez más, y Frida trató de esquivar, pero de alguna manera se las arregló para quedarse quieta y dejar que la palma de Diego cayera sobre su cabeza.

Diego le frotó ligeramente la nuca, con una sonrisa deslumbrante.

-Así es, recuerda, en el futuro, toda la familia Leguizamo es tu respaldo, mientras lo necesites, yo siempre estaré ahí. A partir de ahora, serás la hermana de Diego, ¿entendido?-

Con ese tono de voz, que era como hablarle a un niña, Frida parpadeó por un momento y asintió tontamente.

-¿Qué quieres hacer con tus asuntos?- Diego la preguntó sobre su aventura con Simón.

-Me voy a divorciar de él, pero no quiero verlo ahora-.

-Está bien, haré que alguien se ponga a trabajar en ello-. Diego asintió, la petición que había hecho su hermana menor, él definitivamente no la rechazaría.

"¿Es tan sencillo?" Frida pensó que sería difícil, pero no esperaba que aceptara tan rápidamente.

Frida pensó un momento y añadió, -¿Puedo salir de la ciudad?-

-Por su culpa, ¿ya no quieres quedarte aquí?-

Aunque un poco avergonzada, Frida admitió, -No quiero volver a verle, y mucho menos quedarme en esta ciudad con él dentro, yo...-

-No hay problema, tenemos propiedades en el extranjero en la familia Leguizamo, podemos enviarte al extranjero, dependiendo de si estás dispuesta o no...-

¿Dejar el país? Frida nunca había pensado en esto, sólo había pensado en dejar esta ciudad, pero nunca había pensado que Diego le diría directamente que debía dejar el país.

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