Esposa falsa de Simón romance Capítulo 350

Esa noche, Diego hizo exactamente lo que Carmen había dicho, y condujo directamente desde Ciudad Norte a Ciudad S para ver a Xenia.

Cuando llegó, ya era de noche, y como había hablado por teléfono con antelación, Naomí había ido al supermercado cercano a comprar algunos ingredientes que necesitaba para una merienda nocturna para todos.

Las habilidades de Naomí en la cocina no eran malas en primer lugar, además había seguido a Xenia durante los últimos años para llenar su estómago que no soportaba la comida para llevar, por lo que había desarrollado una buena habilidad en la cocina.

Xenia y Bernabé confían ahora en ella por su cocinar.

En cuanto se enteró de que iba a cocinar, Bernabé se mostró tan goloso que casi no dejó que se le cayera la saliva, -Tía Naomí, ¿vamos a hacer Hotpot después?-

Al oír eso, Naomí lo miró con extrañeza, -Ya no es invierno, ¿qué Hotpot? ¿No tienes miedo de morir de calor?-

A Bernabé no le gustó al oír eso y puso un mohín en los labios, -También se puede comer Hotpot en verano, ¿no crees que es muy diferente que en invierno, tía Naomí?-

Esa frase...

Naomí entrecerró los ojos y observó a Bernabé, extendiendo de repente su dedo índice para tocar la parte superior de la frente de Bernabé.

¿-Diferente-? Y has aprendido una palabra nueva, pequeño comilón, no creas que no sé que intentas comer carne.-

-Bueno.- Bernabé se cubrió la frente, con una pequeña cara llena de furia, -Entonces, ¿vas a conicar Hotpot o no?-

-No.- Naomí se dio la vuelta directamente y abrió el grifo para lavar las verduras, -Tu tío ya trabaja todo el año, tarda más de dos horas en ir de Ciudad Norte a Ciudad S, ¿lo sabes? Y la gente debería estar bastante cansada de socializar fuera, ¿aún así le dejas venir a comer Hotpot? ¿No puedes dejarle que coma algo bueno en medio de la noche?-

Ante sus palabras, Bernabé parpadeó como si leyera otras sentimiento en sus palabras.

Bernabé habló de repente, -Tía Naomí ¿por qué estás tan preocupada por mi tío, te gusta?-

-¿Qué has dicho?- Naomí se levantó de repente como si le hubieran pisado la cola y fue a mirar a su alrededor con los ojos muy abiertos, entonces cuando no encontró a nadie alrededor se apresuró a tapar la boca de Bernabé, -Tú, tú no hables tonterías ¿entiendo?-

Bernabé fue tapado la boca, que era incapaz de hablar, sólo parpadeaba y la miraba fijamente.

Su mirada hizo que Naomí se sintiera culpable y se apresuró a soltarle la mano, -Nada de tonterías, ¿entendido? O no habrá comida para ti la próxima vez-

Al escuchar eso, Bernabé pareció pensar en algo y ladeó la cabeza, -Entonces, ¿tía Naomí, harás Hotpot para mí?-

Naomí se levantó, con todo el cuerpo incómodo, y desempaquetó la comida en la bolsa sin mucha gracia, mientras decía, -De auerdo, puedo cocinarlo para ti. De verdad, probablemente te debo en mi última vida.-

*

En ese momento, en la habitación de arriba, Xenia ya se había duchado y se había puesto una simple camiseta y unos pantalones de estar por casa, de pie junto a la ventana y escribiendo en el teléfono.

-Señor Edmundo, ya hice que mi asistente grabara y guardara la petición que usted hizo en su momento, el tiempo que acordamos es dentro de un mes, mañana haré que mi asistente vaya para ver de qué talla es la señorita Ángela, después de eso diseñaré la ropa que usted desea dentro del tiempo acordado.-

Al hablar aquí, las palabras de Xenia se detuvieron, y mirando las estrellas que salpicaban el cielo fuera de la ventana, no pudo evitar recordar, -Pero ya son más de las ocho de la tarde, y ya es hora de descansar.-

Cuando la otra parte escuchó esto, entonces se rio avergonzado, -Perdón, yo también tengo prisa, así que no voy a perturbarte el descanso.-

Xenia cortó la llamada y dejó el teléfono sobre la mesa, tras lo cual se dirigió descalza al cuarto de baño para ponerse los productos de cuidado de la piel y secarse el pelo.

Cuando terminó con eso y salió justo a tiempo para ver su teléfono vibrado.

Xenia se acerca y coge su teléfono justo a tiempo para ver a Diego llamando.

"¿Ha llegado?" Pensando en esto, Xenia no contestó al teléfono, sino que bajó directamente con los zapatos puestos a abrir la puerta.

Después de abrir la puerta, realmente vio a Diego de pie en la puerta, sus ojos se fijaron en el aire por un momento, y Xenia fue a mirar detrás de él, -¿Sólo tú?-

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