Esposa falsa de Simón romance Capítulo 362

Bernabé sacudió la cabeza, muy comprensivo, -Mamá, no estoy cansado. No me lleves. -

Xenia le sintió mucho cariño. Se acuclilló y le abrazó la pequeña cabeza, -¿Recuestas la cabeza en mi regazo por un momento? Lo siento. No sabía que había sucedido eso. -

Ella se reprochó a sí misma, que siempre sentía que sufriría Bernabé con ella.

Aunque no era un gran problema para Xenia, pero en cuanto a su hijo se sentía culpable. Tal vez ... fuese que no tenía una familia completa desde pequeña, que dejó que se hiciese tan sensible.

-No me importa, mamá. No estoy cansado. Hay mucha gente. Súper animada. -

Xenia no habló nada sino inclinó la cabeza y cerró los ojos en el cuello del niño.

Desde el principio sabía que Bernabé era particularmente entendedor. No le molestaba muchas veces, e incluso buscaba la diversión en el amargor. Y en muchos casos era él quien le consolaba a sí misma en cambio. Más lo pensaba Xenia en eso, más triste estaba.

Naomí bajó la cabeza y los miró. Se acuclilló también, -No pasa nada. La policía dijo que estaba bien. Vamos a pasar después de que lo resuelva o nos desviamos en un otro camino para volver. Oye, solo... parece que tengo hambre por la noche. Hay algo para comer en el coche, ¿Os lo traigo? -

Xenia recuperó la cordura, diciendo en voz suave, -No lo necesito. Tráeselo a Bernabé. -

-Entonces, Bernabé, espera un minuto. Te lo voy a traer. -

-Gracias, tía Naomí. -

Así que Naomí fue a buscar a Santino para pedir la llave y luego regresó al coche para tomar la comida. Naomí trajo un poco y el agua y cerró la puerta. En su camino de vuelta, observó que todos estaban mirando al otro lado, por lo tanto, no podía evitar hacer lo mismo.

Y vio una figura derecho y alto de pie allí.

En las tinieblas se notó la figura vaga, que parecía que la proporción de cuerpo estaba realmente bien.

En cuanto a la cara, no se pudo ver claramente porque estaba de espaldas.

De repente, el hombre giró un poco el costado del cuerpo, que hizo que el rostro lateral guapo se convirtiese especialmente profundo.

Sin embargo, pronto el hombre se dio la vuelta de nuevo.

Aunque era así, Naomí se puso sorprendida por el solo vistazo.

Pareció que surgió una cara conocida antes en la mente, pero pronto Naomí sacudió la cabeza de nuevo.

-¿Cómo puede ser? No lo he visto desde hace mucho tiempo, y no puede estar aquí ahora. -

Naomí susurró, y luego agarró el cabello con la mano.

No obstante, después de ese pensamiento, Naomí todavía no pudo evitar mirar la dirección de ese hombre con el sentimiento poco extraño en el corazón.

Si fuera él, ¿no se encontraría con ellos luego? ¿Qué haría Xenia si se encontrase con él?

Al pensar en eso, Naomí empezó a sentir la ansiedad.

-Tía Naomí, has vuelto. - La llamada de Bernabé la despertó a Naomí.

Naomí se recuperó, cuando descubrió que ella había acudido a la madre e hijo. Probablemente era que estaba distraída, por eso Xenia la miró con preocupación, -¿Qué te pasó? -

Naomí se quedó atortolada por un segundo y sacudió la cabeza, -Nada. -

A continuación, se puso en pie frente a Xenia bloqueando directamente su vista con una sonrisa falsa, -Te traje agua. Bébelo. -

Después, Naomí le dio a Xenia una botella de agua, y luego le dio una al Santino.

Santino lo tomó y le dijo sonriendo, -Gracias. -

-No hay de qué. -

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón